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“Vivimos momentos de angustia en que sentimos la muerte”

Desvelada y con miedo. Así pasa las noches Saida Paola Duque Correa, una de las colombianas atrapadas en Alejandría, que permanece a la espera de regresar a su país, tras el polvorín social que sacude a Egipto desde hace una semana

3 de febrero de 2011 Por: Por Andrea del Pilar Barrero I Elpais.com.co

Desvelada y con miedo. Así pasa las noches Saida Paola Duque Correa, una de las colombianas atrapadas en Alejandría, que permanece a la espera de regresar a su país, tras el polvorín social que sacude a Egipto desde hace una semana

Desvelada y con miedo. Así pasa las noches Saida Paola Duque Correa, una de las colombianas atrapadas en Alejandría, que permanece a la espera de regresar a su país, tras el polvorín social que sacude a Egipto desde hace una semana y que ha alcanzado considerables dimensiones. Ya era de madrugada en Egipto, pero Saida, con su voz calmada y con aparente quietud, le contó vía telefónica a El País que permanece despierta, al igual que sus otras compañeras, porque sólo se puede dormir cuando ha salido el sol. Son las 3:30 de mañana y estamos despiertas, no podemos dormir. Todos estos días, en las noches, no dormimos por la inseguridad en las calles, porque soltaron a unos presos y ellos se están metiendo en las casas, violentamente. Vienen por grupos a hacer saqueos. No podemos dormir. Saida es una bacterióloga oriunda de Valledupar, con 33 años de edad, que lleva once meses viviendo en Alejandría, adonde llegó para aprender el idioma árabe, sobre el islam y conocer más de la cultura egipcia. Reside en un edificio de una zona céntrica de la ciudad, junto con una de las cuatro colombianas que están en esa ciudad, y tres venezolanas. Desde que cae la noche, los hombres de cada apartamento, de cada casa, se ubican en las calles para protegernos. Entonces, cuando viene un grupo de maleantes, ellos nos avisan por medio de una palabra clave, que indica que viene el peligro y todo el mundo se prepara para defenderse. Hasta nosotras, que somos mujeres, hemos tenido días en que nos ha tocado tener en nuestras manos un par de botellas para el momento en que ellos (los asaltantes) lleguen. Es que muchos usan palos, cuchillos y armas de fuego. Los últimos días en Egipto se han convertido para Saida y sus compañeras en una gran prueba de fe y de valor. Tenemos mucha angustia porque vivimos momentos en que sentimos que ya la muerte la tenemos ahí, pero Dios es el que sabe cómo hace las cosas y como él decida, así es. La colombiana cuenta que las protestas en las calles son más violentas durante las noches, razón por la cual lleva varios días sin salir del edificio. Aunque todavía tiene algo de comida, el dinero escasea y los bancos continúan cerrados. La verdad salimos muy poco, sólo lo necesario y en horas del día porque hay toques de queda desde las 3:00 de la tarde hasta las 3:00 de la mañana. Aquí estamos en la casa de una familia egipcia y ellos nos han brindado todo el apoyo. Se han comportado con nosotros como nuestra segunda familia y tenemos que agradecerles mucho.Pero, según dijo, hasta ahora no ha tenido una respuesta del Gobierno colombiano para salir de Alejandría a un lugar más seguro, mientras se calma la ola de violencia. El Gobierno hasta ahora no nos ha solucionado nada. Lo que dijeron fue que había un avión en El Cairo que salía a las 12 del medio día del jueves (hoy) y que si podíamos trasladarnos hasta allá, nos llevaban. Pero que hasta el momento no podían hacer nada por nosotros, porque estamos en Alejandría.La situación le preocupa porque siente que corre riesgo su vida. La inseguridad asusta en las calles y las medidas de las autoridades no son suficientes para calmar la furia. Cómo vamos a arriesgarnos a irnos, son tres horas de viaje vía terrestre (hasta El Cairo), sabiendo como está la situación del país, si no lo hacen ni siquiera los mismos egipcios, cómo lo vamos a hacer nosotras, que somos extranjeras. Ayer, por ejemplo, no había servicio de buses ni de trenes. Aún asombrada, dice que ya Egipto no es el mismo país tranquilo y seguro que siempre había admirado. Nunca me imaginé esto y mucho menos en este país, que es maravilloso. Ya vamos a cumplir un año y nunca habíamos visto algo así. En este momento no contamos con Policía en ninguna parte, es el mismo pueblo el que se está defendiendo. No veo la hora de llegar a Valledupar y ver a mi mamá, mi papá, mi sobrino, mi hermanito, remató a pocas horas de que amaneciera para conciliar el sueño y aprovechar que ya se restableció el internet para seguir en contacto con su familia.

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