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Venezuela: ¿las marchas lograrán poner fin a la crisis?

La tensión en el país vecino crece, sin que se vislumbre una salida clara. ¿Qué puede suceder?

30 de octubre de 2016 Por: Jessica Villamil Muñoz | Reportera de El País

La tensión en el país vecino crece, sin que se vislumbre una salida clara. ¿Qué puede suceder?

El 4 de febrero de 2014 Venezuela vivió su primera gran marcha. Desde entonces, los habitantes del vecino país  completan 996 días reclamando en la calle por altos índices de criminalidad; la inflación; la escasez de productos básicos de la canasta familiar; las extensas filas en los supermercados para adquirir carne, pollo, huevos... Por la falta de medicamentos, de especialistas en los hospitales, de profesores en las escuelas... Por la represión, la falta de garantías electorales, el abuso de la Fuerza Pública... Cada día que pasa se le suma un motivo a la lista de razones para volcarse a gritar, a pedir,  suplicar. 

Ahora, en Venezuela también marchan porque el Consejo Nacional Electoral les negó la posibilidad de decidir si se revoca o no el Gobierno del presidente Nicolás Maduro.

También salen los simpatizantes del chavismo —dicen— por orden gubernamental. Lea también: Maduro aumenta un 40% el salario mínimo en Venezuela

Son dos años largos en los que las protestas no han cesado y aunque la voz de millones de personas sigue sin ser escuchada, analistas políticos e integrantes de la oposición aseguran que es una manera de desactivar esa bomba social, política y económica que puede estallar en cualquier momento.

Otra manera de neutralizar el inconformismo es por la vía democrática, es decir, estableciendo un diálogo Gobierno-oposición e incluso convocando elecciones para que se haga la voluntad del pueblo. Pero esto último, admiten, es lo que precisamente no va a ocurrir, al menos por ahora.

  El poder de la masa

[[nid:588902;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/563x/2016/10/000_hi684.jpg;full;{Miles de opositores, entre los que estaban Henrique Capriles y la activista Lilian Tintori, salieron a protestar en la 'toma a Venezuela'. En respuesta, el presidente Nicolás Maduro los acusó de ejecutar un plan contra el desarrollo del país en un discurso a sus partidarios en Caracas. Foto: Elpaís.com.co | AFP}]]

Hoy habrá una cumbre en las Islas del Rosario entre representantes de la Mesa de Unidad Democrática, MUD, (grupo político que enfrenta al chavismo) y el Gobierno de Nicolás Maduro; mediando, habrá delegados del Vaticano. 

Hasta ahora, como en otras oportunidades, las partes han confirmado asistencia. Sin embargo, dice Colette Capriles (analista política que nada tiene que ver con Henrique Capriles  ‘archirival’ de Maduro) que el objetivo de ese diálogo es resolver la crisis política y económica, pero ni siquiera hay una agenda de temas para discutir.

Dice que es cierto que todos los días  se marcha, pero que lo que se ve en los diarios no es una repetición: “El diálogo se debe concentrar en que el gobierno acepte que la crisis no es de necesidades básicas insatisfechas. Aquí la situación  es de dimensiones absolutamente monstruosas, desconocidas en Latinoamérica”.

Comenta que incluso ahora se ven más disminuidas las manifestaciones y no es porque se hayan reducido los inconformes, sino debido a que la represión por parte de la Fuerza Pública es “brutal” y da la impresión de que la gente se hubiera resignado. Entonces, asegura, “el referendo no solo era importante sino popular”.

Margarita López, historiadora de la Universidad Central de Venezuela, califica la situación es “peligrosa, violenta, delicada”.

Coincide con Colette en que solo se resolverán las dificultades si el Presidente las reconoce, pero hay un actor fundamental en este “drama” que son las Fuerzas Militares que siguen manteniendo a Maduro en el poder.

Pero, considera que si el Jefe de Estado no quiere conversar, ni modificar su plan de Gobierno, el país seguirá por una vía más dictatorial.

Y es que el Presidente, parece vivir en una burbuja que lo mantiene aislado de la realidad. El martes pasado llegó al país después de una gira internacional en medio de  protestas y recriminaciones, pero en su cuenta en Twitter solo atinó a decir cosas como: “Aterrizando lleno de emoción, sigamos en la victoria”. “Resumen de una extraordinaria semana de trabajo, de dedicación y compromiso con la patria de Bolívar”. “Volvemos a la Patria, con la certeza del triunfo de esta Gira Relámpago, por la estabilidad económica y la paz”. Incluso se dio el lujo de anunciar el incremento del salario mínimo en un 40 %.

 A juicio de López, no hay un límite en el tiempo para que la bomba explote, pero ve que si el Ejército sigue apoyando al Gobierno, el día a día continuará con la consolidación de una dictadura con  la que se pondrá en la cárcel a más líderes de la oposición y disolverá los partidos políticos.

 “Solo si tenemos suficiente fuerza en la calle y el apoyo internacional  para presionar a Maduro, lo podremos llevar al redil constitucional”, dice la analista.

Precisamente por eso, Hiram Gaviria, exdiputado  y presidente del Partido Unión y Entendimiento (Puente), señala  que en el gobierno debería haber un gesto de “sensatez”  para buscar una salida a la actual situación del país y esta no puede ser otra que “el pueblo se exprese en una elección”.

Sostiene que el gobierno debería “producir un acuerdo que (…) reviva la recolección del 20 % de las firmas o plantee una salida electoral en el corto plazo”, porque el costo de mantenerse  en el poder será cada vez más alto.

Para Gaviria, el llamado a paro es “una señal política, en el sentido de que la sociedad sigue inconforme con la forma en que se está conduciendo el país y desea una salida consensuada dentro de la Constitución, preferentemente una salida electoral”.

Pero Margarita López dice que esa participación popular no será posible. “No solo no se va a dar el revocatorio, sino que como van las cosas en Venezuela no volverá a haber elecciones. El Gobierno las va a obstaculizar porque sabe que estas serán su fin”.

Por eso, el pueblo seguirá marchando. Primero se tomaron las calles de Caracas, capital del país. Luego se sumaron uno a uno los 335 municipios que componen el territorio nacional. Lo hacen todos los días y el viernes se hizo un paro cívico de doce horas. Ya el diputado Juan Andrés Mejía anunció que mañana caminarán por toda Caracas hasta el Palacio Presidencial de Miraflores porque además de la crisis, también “están cansados e indignados de recibir insultos y amenazas”.

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