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Terroristas reclutados por internet, el arma del Estado Islámico

Los autores de los recientes ataques son personas con desequilibrios o sociópatas, dicen expertos.

31 de julio de 2016 Por: Redacción de El País | AFP

Los autores de los recientes ataques son personas con desequilibrios o sociópatas, dicen expertos.

En los últimos dos años, el grupo terrorista Estado Islámico ha copado el internet con sus mensajes de odio y llamados a sus “soldados” para que, usando cualquier medio, cometan atentados contra los infieles de Occidente. Y estos mensajes, multiplicados en las redes sociales, han llevado al terrorismo a un nuevo nivel. No solo el de los llamados ‘lobos solitarios’ sino a personas con desequilibrios mentales o trastornos de  personalidad que al escuchar estos llamados cometen los ataques.Estos personajes son “difíciles de detectar, con procesos muy individuales, íntimos, que pocas veces comparten con otros”, dice Jhon Marulanda, asesor internacional en temas de seguridad. Lea también: Propaganda del Estado Islámico seduce a jóvenes con desequilibrios. Mohamed Lahouaiej Bouhlel, un tunecino, de 31 años, que atropelló el  15 de julio pasado a 84 personas en Niza, no estaba fichado por los organismos de inteligencia. Había sido detenido por maltratar a su esposa y tenía problemas mentales, pero no era religioso y nadie sabía de su radicalización.  Mohammed Dalil, un refugiado sirio de 27 años, que  se hizo estallar con una bomba cerca de un festival de música en la ciudad bávara de Ansbach, al sur de Alemania, no era reconocido como posible extremista, aunque se encontraba bajo tratamiento médico. Poco antes había estado hablando con una persona desconocida en una conversación “intensa” por internet, informó el ministro estatal de Interior de Baviera, Joachim Herrmann. El adolescente afgano de 17 años, que acuchilló a cuatro personas cerca de Múnich,  era, según las autoridades,  un “desequilibrado”.En los últimos meses, este tipo de ataques aislados se han multiplicado en Europa.   “El EI sabe que cuanto más ocupe el espacio mediático, más eco tendrán entre la población de fácil radicalización o entre los psicopáticos. Representan la antisociedad, el anti Occidente, esto puede canalizar. Una radicalidad social sin pasar forzosamente por una política y religiosa”,  dice el psicólogo Patrick Amoyel, especialista en fenómenos de radicalización.  Lea también: ¿Qué debe hacer Francia para evitar nuevos ataques? Expertos estiman que el  número creciente de personas que  cometen acciones violentas al grito de “¡Alá akbar!” se debe, en parte, a que estos enfermos se dejan influir fácilmente por la actualidad y el contexto social. “Delirios místicos siempre los ha habido. A menudo son los más peligrosos (...) Es gente que ha amoldado sus delirios a la actualidad. Hoy es ‘Alá es grande’ lo que da un sentido místico y mesiánico a sus actos. Por eso hay tipos que empotran su carro contra la muchedumbre o apuñalan a desconocidos, porque la actualidad alimenta su esquizofrenia, sus ataques delirantes”, explica el experto en psiquiatría Daniel Zagury. Pero hay que evitar abusar del término de “desequilibrado”: en los casos de acciones yihadistas hay pocos enfermos mentales, sólo alrededor del 10 %, estima el experto. Los otros son “pequeños delincuentes con cabeza hueca, con una primera vida de toxicomanía, de contrabando, y en la segunda lavan la primera con un islam radical; o bien, los más peligrosos, gente estrictamente normal con un compromiso ideológico, sin pasado en la delincuencia, a veces con estudios, muy determinados”. Los llamados ‘ lobos solitarios son, según solitario Raffaello Pantucci, investigador del Centro para el Estudio de la Radicalización,  una manada impredecible; provenientes a veces de familias inestables, con una educación buena o deficiente, inconformes con el entorno, indignados, proclives a algún tipo de sociopatía, movidos por la acción violenta, inspirados en ocasiones por ideas extremistas, aunque no siempre soportados por una organización terrorista”.  'Un Alá más vengativo'  “Un delirio es algo que da sentido a la existencia cuando ya no lo tiene”, afirma Zagury, que ha evaluado a varios yihadistas. “Se alimenta sobre todo de lo que pasa en el mundo. Otro contexto social, habría expresado sus propios delirios”. Para la psicóloga clínica Amélie Boukhobza el problema estriba “en ponerse de acuerdo sobre el término de desequilibrado” porque una persona “puede ser cercana al movimiento islamista radical y también tener problemas psiquiátricos”. “Actualmente, la omnipresencia de Dáesh (acrónimo árabe del Estado Islámico) en los medios de comunicación puede influir sobre los más desequilibrados. De forma general, en los delirios psiquiátricos Dios suele estar presente. Un Dios bueno o malo. Con la amplitud que adquiere el fenómeno Dáesh, Dios puede sustituirse por Alá. Un Alá más presente y vengativo", agrega. “Sería interesante lanzar un estudio científico, con un registro de todos los casos. Con frecuencia tendemos a decir que se trata de desequilibrados, pero habría que hacer un estudio de verdad. Cada caso es particular”, dijo. “Están los que saben lo que hacen, que lo hacen con conocimiento de causa, son los verdaderos terroristas” pero también “los que tienen psicopatologías de paso a la acción” y las consignas del EI pueden hacer que actúen. El docente de la Universidad Icesi Markus Schultze-Kraft dice que “los atentados, donde se supone que hay alguna vinculación con EI (de ninguna manera siempre es claro), se dan con más frecuencia ahora. Según los expertos hay diferencias entre EI y Al Qaeda. “Por medio de horrendos actos de violencia y terrorismo y el uso muy sofisticado de la propaganda electrónica, el EI busca estar y mantenerse en el centro de la atención de la opinión pública global. Al Qaeda, que parece nunca se recuperó del todo después de que fuera abatido Osama bin Laden, actúa de manera menos visible, aunque no necesariamente menos letal”. El ataque en Múnich El 22 de julio un joven de 18  años y sin antecedentes penales  mató a nueve personas en un centro comercial. Luego, se suicidó.  Las investigaciones arrojaron que  el joven, germano-iraní “empezó a preparar la matanza hace un año”, dijo el fiscal Thomas Sternkra-Koch. La Policía descartó   definitivamente que haya habido cómplices y la relación con el yihadismo. Al parecer,  Ali David Sonboly,  cuyos padres llegaron a Alemania en los  90,  sufrió acoso escolar. Sonboly había estado en tratamiento psiquiátrico por fobias sociales y depresiones. Entre sus modelos estuvieron Tim Kretzshmer, autor de una matanza en un colegio de Winnenden, y Anders Breivik, el ultraderechista que asesinó a más de 70 jóvenes en Noruega.

 

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