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Tensión entre Gobierno y oposición tiene a Venezuela cada día más dividida

Tras los actos de violencia que se vivieron esta semana en la Asamblea Nacional, las tensiones políticas aumentaron y no se ven soluciones. Analistas temen que las cosas empeoren.

5 de mayo de 2013 Por: Juan F. Alonso | Corresponsal de El País, Caracas

Tras los actos de violencia que se vivieron esta semana en la Asamblea Nacional, las tensiones políticas aumentaron y no se ven soluciones. Analistas temen que las cosas empeoren.

“El país no está polarizado, lo que está es movilizado. Tenemos una democracia movilizada con el pueblo protagonista en la calle y debemos sentirnos orgullosos de eso”. Con estas palabras el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, trató el pasado 1 de mayo de poner punto final al debate en relación a la tensión en la que se encuentra sumido el país luego de las elecciones presidenciales del pasado 14 de abril, las cuales oficialmente él ganó por estrecho margen; y que su rival, el opositor Henrique Capriles Radonski, desconoce e impugnó esta misma semana.El país aparentaba estar más tranquilo luego de que la oposición llamara a los suyos a dejar de protestar en las calles para exigir el recuento de votos de los comicios, manifestaciones durante las cuales, según las autoridades, nueve personas perdieron la vida y decenas de instalaciones públicas fueron atacadas. Sin embargo, las imágenes de un grupo de diputados oficialistas abalanzándose sobre sus colegas opositores para ‘molerlos’ a golpes, mientras estos portaban una pancarta y tocaban unas cornetas en el hemiciclo del Parlamento para protestar contra la decisión del presidente del organismo, el chavista Diosdado Cabello, de negarles el derecho de palabra y suspenderles el pago del sueldo hasta tanto reconozca al Mandatario, dejaron en claro que la crisis está lejos de haberse superado y que, por el contrario, es una bomba de tiempo.“Venezuela no se merece espectáculos tan bochornosos”, afirmó el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Diego Padrón, quien tras alertar que “el odio, la agresión y la violencia conducen a caminos de destrucción y de muerte”, se ofreció para tender puentes entre las partes.No obstante, las posibilidades de que este diálogo se dé, al menos por ahora, son nulas. El propio Maduro lo ha dejado en claro desde que fuera proclamado el pasado 15 de abril. “No habrá pacto con la burguesía. El tiempo de los pactos se terminó”, soltó ese día, minutos después de asegurar que “reconozco y respeto a quienes no votaron por mí” e incluso los invitó a trabajar por el país.Expertos como el catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad Central de Venezuela, Carlos Raúl Hernández; y el presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, también dan por descontado que el Gobierno y la oposición se sienten en una mesa.“La ruta adoptada por el Ejecutivo es el escenario bipolar: moderado en economía y radical en política. En los próximos días seguramente veremos nuevos ataques y provocaciones a la disidencia, con el objetivo de llevarla al límite y hacerla responsable de la crisis. En lo absoluto buscará tender puentes, eso solo lo hará con los empresarios”, afirmó León, el vocero de la principal encuestadora, quien advirtió que si la oposición cae en la trampa quedará deslegitimada.Cabello quiere sacar a MaduroHernández, por su parte, también auguró un endurecimiento de la posición de las autoridades frente a sus rivales, pero no atribuyó esto a una estrategia para intimidarlos ni someterlos, sino para provocar a la caída del presidente.“Maduro ha demostrado ser un inepto. No solo dilapidó parte del capital político que le legó Hugo Chávez, pues si tomamos como válidos los resultados de las elecciones del 14 de abril no solo perdió 700.000 votos sino que hizo que esos sufragios fueran con Capriles, pero además está demostrando una gran incapacidad de manejar la situación actual y por ello estoy seguro que gente como Diosdado Cabello debe estar sacando sus cuentas y temiendo que la Revolución en manos de Maduro está en riesgo”, afirmó.Para el catedrático, la actitud “de matón” de Cabello para con los diputados opositores es una clara señal de que está buscando desestabilizar al Gobierno y complicarle al máximo la gobernabilidad. “A Maduro no le conviene esta situación, por el contrario a él le convendría buscar negociar con la oposición, pero en su incapacidad y falta de liderazgo no halla como hacerlo y eso es aprovechado por Cabello, quien debe estar alarmado por el crecimiento que está teniendo Capriles y la oposición”.Hernández no descartó que el enfrentamiento entre los dos líderes del chavismo termine desembocando en el recuento de los votos solicitados por la oposición o incluso en unos nuevos comicios.Esta opinión no es compartida por León, quien replicó señalando: “Algunos consideran que existe conflicto entre Cabello y Maduro. Mi opinión es que es una estrategia de policía malo y bueno”.La polarización es útilLa catedrática Mireya Lozada, coordinadora de la Unidad de Psicología Política de la Universidad Central, tampoco es muy optimista respecto a la posibilidad de que se dé un verdadero diálogo. ¿La razón? “La polarización ha constituido un eficaz mecanismo de control social y político, donde un grupo llama a despreciar al grupo contrario, al que no se ve como adversario político sino como enemigo”.En la oposición, entre tanto, están dispuestos a dialogar, pero advierten que eso no implicará que renunciarán a su exigencia de que se sepa la verdad de lo ocurrido en los comicios ni se dejarán amilanar en el Parlamento. “No somos violentos, pero si nos atacan nos defenderemos. Fuimos electos para representar a nuestras regiones y lo haremos”, aseveró el diputado Eduardo Gómez Sigala, a quien el martes no le tembló el pulso para noquear a un colega chavista cuando trató de agredirlo.El Presidente de la Conferencia Episcopal ha iniciado contactos con las autoridades para conseguir su visto bueno y tratar de que las partes se sienten y aunque está consciente de que la tarea es cuesta arriba, advirtió: “Los agudos problemas del país (la violencia diaria, la inseguridad, la deficiencia de los servicios públicos y la crisis económica) requieren ser afrontados desde el entendimiento entre las partes, pues ninguna de ellas es autosuficiente para resolverlos”.Por ahora, las cosas en Venezuela parecen estar en la sin salida, mientras la situación se crispa día por día.

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