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Radicalismo de ciudadanos: un virus que aterra al mundo

Ataques de ciudadanos del común pueden tener detrás a grupos radicales organizados.

26 de mayo de 2013 Por: Redacción de El País

Ataques de ciudadanos del común pueden tener detrás a grupos radicales organizados.

Qué pueden tener en común los hermanos Tsarnaev, supuestos responsables del atentado en la maratón de Boston y las dos personas que al parecer decapitaron a un soldado británico en Londres a plena luz del día a mediados de la semana que pasó?Según algunos analistas, lo que posiblemente tengan en común es que en ambos casos puede haber una relación de los agresores con grupos islamistas radicales que tienen como objetivo cometer actos terroristas de menor escala para generar miedo.Aunque esta es apenas una hipótesis, las autoridades inglesas creen que los vínculos entre grupos extremistas y civiles es bastante posible en el caso del soldado Lee Rigby, de 25 años, quien fue asesinado a machetazos por dos personas, que gritaron: “Alá es grande”, en árabe. Además, se reveló que Michael Adebolajo, de 28 años, uno de los supuestos asesinos del soldado británico, podría tener conexiones con el grupo radical islamista Sharia4Belgium, organización que promovía la aplicación de la ley islámica en Bélgica y que se disolvió en 2012.Adebolajo se convirtió al Islam hace una década guiado por Anjem Choudary, mentor del portavoz de Sharia4Belgium, Fouad Belkacem. El agresor además conocía personalmente al predicador radical británico Mizanur Rahman, quien también mantenía relaciones con radicales en Bélgica, según indicó éste mismo en su perfil de Facebook.Bakri Mohamed, otro clérigo radical, que tiene prohibida la entrada en el Reino Unido y que actualmente vive en el Líbano, afirmó que conoció al supuesto asesino del soldado y dijo que es un hombre “muy valiente” y advirtió que “bajo el Islam esto puede ser justificado, no tuvo como objetivo a civiles, sino a un militar en una operación”.¿Terrorismo civil?Para el analista Marcos Peckel es muy pronto para determinar si los ataques en Boston y Londres tienen relación con grupos terroristas organizados, pero dice que sí es muy probable que este tipo de hechos violentos beneficien a organizaciones terroristas internacionales como Al Qaeda.“Puede que no lo hayan ordenado o que los perpetradores de estos hechos sean miembros, pero al tener un sello musulmán, lo que hace es darle fuerza a los radicales organizados, haciendo parecer que están realizando ataques coordinado, pero que son de menor escala”, explica Peckel.Esta postura es compartida por el también analista Ancízar Marroquín, quien cree que los grupos islamistas radicales pueden atribuirse estos crímenes, sin tener responsabilidad en ellos, solo con la finalidad de permanecer vigentes. “Estos hechos les dan titulares en la prensa, hacen que se hable de ellos, de la labor que adelantan en contra del mundo Occidental, pero no significa que hayan estado detrás de los hermanos Tamerlan Tsarnaev y Dzhojar Tsarnaev para atentar contra la maratón de Boston”, añade Marroquín. Por su parte, Adam Isacson, miembro de la Oficina de Promoción de los Derechos Humanos de Washington, dice que aunque los hechos protagonizados por los hermanos Tsarnaev y por Michael Adebolajo, quienes dejaron las bombas en la maratón de Boston, son graves, pues causaron muertes y daños, no son para nada equiparables con lo que pueden hacer organizaciones terroristas con logística y capacidad de ataque.“Y también es menor de lo que han hecho individuos sin agendas políticas o religiosas. No creo que haya nada detrás de este tipo de atacantes, más allá de fervor religioso o ideológico”, agregó.Isacson añade que para él los servicios de seguridad británicos, así como los norteamericanos, no tienen forma de prevenir este tipo de situaciones, porque eso implicaría violar la intimidad de los ciudadanos.“Los hermanos chechenos de Boston eran dos jóvenes quienes, mientras jugaban videojuegos y comían pizzas, hicieron bombas caseras hechas de cohetes y ollas de presión. El nivel de vigilancia estatal/policial sobre nuestras vidas privadas que se hubiera necesitado para detectar un complot de ese tipo sería aterrador”.Y añade que aunque se conocían de los intereses religiosos de los atacantes del soldado en Londres, eso no es razón para que el Gobierno inicie investigaciones o haga seguimientos. Isacson cree, sin embargo, que este tipo de hechos violentos puede presentarse de nuevo porque la población de musulmanes que vive en Inglaterra es superior a los dos millones de personas y la exacerbación ideológica y religiosa que se ha desatado en los últimos es una suerte de catalizador de violencia.

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