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¿Quién heredará el liderazgo del Alba si llega a faltar Hugo Chávez?

La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, Alba, creada en 2004 entre Venezuela y Cuba y luego ampliada a Bolivia, Nicaragua, Honduras, pequeños estados caribeños, y Ecuador, recibiría un golpe letal por la pérdida de uno de sus líderes fundadores.

30 de diciembre de 2012 Por: Patricia Lee, especial para El País.

La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, Alba, creada en 2004 entre Venezuela y Cuba y luego ampliada a Bolivia, Nicaragua, Honduras, pequeños estados caribeños, y Ecuador, recibiría un golpe letal por la pérdida de uno de sus líderes fundadores.

Los misteriosos informes sobre la salud del presidente venezolano Hugo Chávez ya no pueden ocultar un hecho político fundamental. Aunque se recupere o logre controlar su enfermedad, Chávez ya no podrá ocupar los mismos espacios de poder, ni en Venezuela, ni en América Latina, al decir de los observadores políticos. En octubre, entre dos episodios de cáncer, Chávez ganó la reelección para un nuevo período presidencial de seis años, pero si tuviera que dimitir en los primeros cuatro años de su nuevo mandato, la Constitución establece que se debe realizar una nueva elección en 30 días, lo cual abriría la posibilidad de un triunfo del opositor Henrique Capriles. Tal cambio en el poder venezolano implicaría un terremoto en la política regional. La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, Alba, creada en 2004 entre Venezuela y Cuba y luego ampliada a Bolivia, Nicaragua, Honduras, pequeños estados caribeños, y Ecuador, recibiría un golpe letal por la pérdida de uno de sus líderes fundadores, cuando el otro, Fidel Castro, se extingue lentamente, y por la pérdida de la ayuda financiera que esos países recibían gracias a la bonanza petrolera venezolana.Cuba sería la primera en sufrir las consecuencias. La Isla, que reemplazó la dependencia de la Unión Soviética por la del petróleo venezolano, se vería privada de un apoyo clave. Un 60% de las necesidades energéticas son cubiertas por Venezuela, a cambio de servicios médicos. En 2011, el comercio entre los dos países fue casi la mitad del de la isla, y 60% de las divisas que recibe Cuba por servicios provienen de Venezuela, que además otorga créditos blandos para decenas de proyectos de desarrollo. En Nicaragua, la supervivencia política de Daniel Ortega depende de Hugo Chávez. En lo que va de su Presidencia, desde 2007, Managua ha recibido US$7517 millones. Venezuela sólo reclama el 50% del monto del petróleo, a cambio de alimentos y la otra mitad se financia a 25 años. Bolivia y Ecuador sufrirían menos desde el punto de vista económico, pero la ausencia del adalid del Socialismo del Siglo XXI tendrá sus consecuencias políticas.Habría que ver qué sucede con el ingreso de Venezuela al Mercosur, acelerado tras la destitución del presidente Fernando Lugo en Paraguay, en julio de 2012, aprovechando la suspensión de ese país - que se oponía al ingreso venezolano - del organismo regional. Chavismo sin ChávezSi, por el contrario, el líder venezolano logra recuperarse, aunque sea temporalmente, o si es reemplazado por el vicepresidente Nicolás Maduro, o si su movimiento gana unas eventuales elecciones presidenciales derrotando a Capriles, estaríamos ante un chavismo sin Chávez.Este movimiento podría mantenerse en Venezuela debido a los engranajes económicos y de subsidios sociales que el chavismo ha establecido en su mandato, aceitados por los buenos precios del petróleo.Pero de cualquier manera, la geografía política venezolana cambiará sustancialmente. “Hoy no parece fácil que el actual vicepresidente Maduro pueda mantener unido al chavismo frente a una eventual elección presidencial. El rol político del Ejército puede aumentar y la mitad de los veinte gobernadores chavistas, son militares elegidos por el Presidente como candidatos”, dijo Rosendo Fraga, del Centro Unión para la Nueva Mayoría de Buenos Aires. Vacío regionalAún si el chavismo sin Chávez retiene el poder, la ausencia del líder bolivariano en el plano latinoamericano e internacional será cualitativa. No se trata solo de su atractivo como personaje carismático, sino de que ha dejado una silla vacía que por ahora no encuentra reemplazante, como se pudo ver en las cumbres de Unasur y Mercosur, a las que Chávez no asistió. En las últimas semanas, el presidente ecuatoriano Rafael Correa y el presidente boliviano Evo Morales viajaron a Cuba a visitar a Chávez. Pero a pesar de su popularidad, los dos presidentes representan liderazgos muy parciales en el contexto latinoamericano como para reemplazarlo.“Con toda franqueza no creo que ese liderazgo sea replicable ni heredado al presidente Correa o al de Nicaragua o a Evo Morales”, afirmó el historiador mexicano Enrique Krauze, para quien ninguno de los mencionados puede tomar ese lugar a nivel continental, porque no tienen ni el carisma ni el petróleo de éste.Rosendo Fraga coincide en que “el Presidente ecuatoriano ha sido el primero en hacerse presente, quizás porque aspira a sucederlo en el liderazgo anti-estadounidense en América del Sur. También han manifestado su intención de visitar a Chávez en La Habana los presidentes de Bolivia, Perú y Uruguay”.Carlos Malamud, analista para América Latina del Real Instituto Elcano de España, se pregunta si la revolución bolivariana sobrevivirá sin Chávez, y responde con un “no tajante”, no sólo porque “ningún Presidente tiene el carisma del caudillo venezolano”, sino porque “ningún país, salvo Venezuela, puede gastar ingentes cantidades de dinero para financiar un proyecto indefinible. llena el vacíoLo más seguro es que el proyecto bolivariano caiga cada vez más bajo la órbita de Brasil y de su presidenta Dilma Rousseff, quien, si bien es miembro del Partido de los Trabajadores, ha demostrado que no le tiembla la mano ante la corrupción.Esta ‘brasileñización’ suavizará el modelo chavista, manteniendo algunas de sus consignas de independencia y no sometimiento, pero adecuadas a la realidad de una potencia como Brasil, que aspira a ocupar su espacio en el mundo global, y para ello tiene que demostrar que ejerce un papel dirigente en su patio trasero, léase, Suramérica.Se ha especulado con el papel de Cristina Kirchner como líder continental. Habiendo recibido hace un año un 54% de los votos, pero ella hoy enfrenta una fuerte caída de su popularidad, al terminar un año aciago, que ha revivido las peores pesadillas de 2001, cuando una combinación de cacerolazos, piquetes, huelgas generales y saqueos, provocaron la renuncia del presidente radical Fernando de la Rúa. En este caluroso verano, Hugo Moyano, el dirigente de la poderosa central sindical peronista CGT, pasó a la oposición y convocó la primera huelga general contra un gobierno kirchnerista, mientras que la clase media protagonizó masivos cacerolazos y, días antes a la Navidad, volvió la imagen de los temidos saqueos en más de 400 negocios de todo el país. Los jóvenes de cara tapada huyendo con televisores plasma en carritos del supermercado no son una buena imagen para una presidenta que sufre el desgaste de casi 10 años de poder, y que viene sufriendo derrotas judiciales sucesivas en su batalla a vencer o morir contra el Grupo Clarín, con una economía que ha dejado de crecer.Al comenzar 2013, el modelo “nacional y popular” no parece ser muy atractivo cuando una parte de nuestro continente está en busca de un nuevo líder.

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