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Protesta obrera hace temblar los cimientos de las grandes obras en Brasil

Los sindicatos de la construcción exigen más días libres y mejoras en sus sitios de trabajo.

12 de abril de 2011 Por: Elpais.com.co | EFE

Los sindicatos de la construcción exigen más días libres y mejoras en sus sitios de trabajo.

Con demandas sencillas como más días libres, el pago de horas extras, o sanitarios para las mujeres, los empleados de la construcción civil en Brasil se han puesto en pie de guerra con huelgas que amenazan la ejecución de las grandes obras con las que el Gobierno busca apuntalar el crecimiento del país.Todo empezó el 15 de marzo, cuando una supuesta trifulca entre obreros que trabajaban en la construcción de la hidroeléctrica de Jirau desembocó en actos de vandalismo en los que fueron destruidos 70 alojamientos y 43 autobuses usados para el transporte de los empleados.La hidroeléctrica de Jirau, que se levantará en el río Madeira, en el estado de Rondonia, fronterizo con Bolivia, es la obra civil en ejecución de mayor envergadura en Brasil y en ella trabajan 22.000 obreros.Al calor de los incidentes se organizó de forma espontánea una huelga que incendió los ánimos de los empleados de la construcción de otras obras ubicadas en distintos puntos del país y también incluidas en el Plan de Aceleración de Crecimiento (PAC), un multimillonario programa estatal destinado a infraestructuras."Las reivindicaciones son variadas, mejores condiciones de alojamiento, de alimentación, pago de horas extras", dijo Joao Carlos Gonalves, secretario general de Fora Sindical, el segundo sindicato del país.Las protestas, además de la citada Jirau, han salpicado a la vecina hidroeléctrica de Santo Antonio (15.000 trabajadores), a una refinería y una petroquímica en el estado de Pernambuco, y una termoeléctrica en Ceará, ambos en el noreste.El sindicalista calificó la secuencia de movilizaciones como la " años después presidente, y reconoció que la escasa presencia sindical en los lugares de trabajo dificulta las inspecciones.El ministro de Trabajo, Carlos Lupi, visitó este lunes los campamentos de Jirau y Santo Antonio, donde los obreros aceptaron volver al trabajo mientras discuten algunas de sus peticiones con las constructoras."Estamos en busca de soluciones para las cuestiones planteadas por los trabajadores, al final ellos trabajan para el desarrollo de nuestro paÍs. Es necesario darles buenas condiciones de vivienda, transporte, ambiente de trabajo adecuado y salarios justos e iguales" , expresó Lupi en su visita.Pese a la decisión de los obreros de regresar al trabajo en las dos hidroeléctricas, la situación está lejos de volver a la normalidad."La situación está parcialmente normalizada, pero incluso en los lugares donde los trabajadores han regresado no es posible la actividad" , dijo a Efe uno de los representantes de la central sindical Conlutas, Atnágoras Lopes.Según Lopes, la tensión y el malestar persisten y la amenaza de que las movilizaciones vuelvan si no se buscan soluciones a largo plazo son una realidad."Todos los regresos se han producido a partir de conquistas parciales. El clima es delicado" , dijo Lopes y añadió que una de las situaciones que genera mayor malestar es la diferencia salarial para un mismo puesto de trabajo debido a la subcontratación.La planta de Jirau compone junto con la de Santo Antonio el llamado Complejo Hidroeléctrico del RÍo Madeira, que tendrá una capacidad instalada para generar 3.450 megavatios de energÍa.La hidroeléctrica, con una inversión prevista de 8.700 millones de reales (unos 5.200 millones de dólares) comenzará a operar previsiblemente en marzo de 2012."Es el dinero público el que está financiando estas obras. El Gobierno asume su culpa a medias, esconde la responsabilidad que tiene al menos en lo que respecta a las inspecciones de trabajo" , denunció Lopes.Además, denunció el papel de las constructoras en la financiación de las campañas electorales y señaló que la mayorÍa de los proyectos en marcha son ejecutados por empresas que contribuyeron económicamente a la candidatura de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff.Durante la visita que Lupi hizo ayer a los campamentos de las hidroeléctricas se acordó que hoy comenzarán las negociaciones entre los sindicatos y las constructoras para un convenio colectivo y las empresas aceptaron restablecer un transporte colectivo regular para que los trabajadores puedan ir a visitar a sus familias.

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