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Perú define hoy su futuro entre una 'china' y un 'gringo'

Con una leve ventaja sobre Pedro Pablo Kuczynki, Keiko Fujimori llega este domingo a las urnas, donde se definirá al próximo presidente peruano.

5 de junio de 2016 Por: Redacción de El País y agencia AFP

Con una leve ventaja sobre Pedro Pablo Kuczynki, Keiko Fujimori llega este domingo a las urnas, donde se definirá al próximo presidente peruano.

Entre Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynki no hay mayores  diferencias. O por lo menos así queda reflejado en las propuestas de Gobierno en caso de llegar a la Presidencia de la República de Perú.

Lo dicen sin tapujos analistas políticos y lo saben quienes están habilitados para ejercer hoy su derecho al voto en la segunda vuelta electoral.

Entonces, el país elegirá entre la hija de japoneses que busca limpiar el nombre de la familia, asociado por la mitad de los peruanos con la corrupción y la represión que vivió el país durante el gobierno de Alberto Fujimori entre 1990 y 2000. O, el descendiente de inmigrantes europeos que se vale de un acrónimo para tener  recordación.  

Lea también: Perú elige presidente este domingo, conozca algunos datos clave sobre este país

En este duelo de  derechas, la candidata de Fuerza Popular (FP), de 41 años, lidera las apuestas frente al otro finalista de la primera vuelta, Pedro Pablo Kuczynski, de Peruanos por el Kambio (PPK), para sustituir a partir del 28 de julio al actual mandatario Ollanta Humala.

La llave que les abrirá la puerta de la Presidencia para los próximos 5 años la tienen cerca del 20 % de indecisos, según los sondeos.

La ‘china’ y el ‘gringo’ cerraron la larga campaña electoral  el jueves por la noche. Fujimori puso el broche de oro de una campaña que la ha llevado a recorrer cada rincón de Perú en Villa El Salvador, un emblemático barrio obrero del cinturón industrial de Lima ante miles de seguidores, mientras que Kuczynski eligió Arequipa, la segunda ciudad en importancia del país, a  mil kilómetros al sur de la capital.

“Con el respaldo de ustedes tendré el honor de convertirme en la primera presidenta del Perú”, dijo la candidata rodeada de su marido, sus dos hijas, su madre Susana Higuchi y su hermano Kenji, el congresista más votado.

Sondeos del viernes

La populista de derecha Keiko Fujimori  seguía favorita en los sondeos revelados el viernes para vencer en el balotaje presidencial. Pero su rival Pedro Pablo Kuczynski ganó adhesiones de los indecisos, lo que podría generar un final apretado. De acuerdo con las estimaciones, Keiko no 

crece en preferencias, mientras su rival empieza a captarlos de sectores que aún no tienen clara su preferencia. Según un simulacro de votación realizado el 1 y 2 de junio por la firma GFK, Fujimori obtendría un 50,3 % de los votos válidos frente a un 49,7 % de su rival Kuczynski, lo que sería s un empate técnico.

Kuczynski, arropado también por la familia y sus candidatos a las vicepresidencias, Martín Vizcarra y Mercedes Aráoz, no escatimó alusiones a la corrupción y las violaciones de los derechos humanos que jalonaron el gobierno de Fujimori padre.

“La mejor seguridad en un país es si hay democracia”, dijo este exministro de Economía y exitoso hombre de negocios, de padre alemán y madre francosuiza, educado en Reino Unido, Suiza y Estados Unidos.

La hija del autócrata que purga una condena de 25 años por corrupción y crímenes de lesa humanidad sigue generando muchas resistencias en cerca de la mitad de la población, pese a que su partido logró mayoría absoluta en el Congreso el pasado 10 de abril.

“Hay que quererse poco para votar por Keiko”, dice el periodista César Hildebrandt en el editorial de su propia revista, quien asegura que los peruanos están a punto de “la coprofagia”, tras recordar el saqueo de lo público y la destrucción del Estado durante el prolongado gobierno de su padre.

“Nunca ha trabajado. Ni su marido tampoco. ¿Por qué tiene tanta plata?”, se pregunta el taxista Ronald Ramos, quien votará por Kuczynski, que ha recibido el apoyo de casi todos los principales candidatos que quedaron desbancados en la primera vuelta, entre ellos, la popular líder de izquierda Verónika Mendoza.

Sin renunciar al pasado paterno, Fujimori ha tratado de insuflar una imagen de modernidad e independencia a su campaña y mucha cercanía con el pueblo, aunque algunos de sus estrechos colaboradores están en el ojo de mira de la justicia por lavado de dinero y corrupción.

La redentora

Keiko Fujimori  podría terminar hoy, a sus 41 años, como la primera mujer en ser elegida presidente de Perú y coronar así una carrera política que inició a los 19 años como Primera Dama  del gobierno de su padre.

Susana Higuchi, su madre, denunció a hermanos y familiares del entonces Presidente por comercializar donaciones provenientes de Japón destinadas a personas pobres.  Aquella acusación le valió ser torturada en los servicios de inteligencia, según reveló ante el Congreso. Desde entonces Keiko carga con el pasivo y activo de un gobierno al que una vez definió como “el mejor de la historia en Perú”.

Sumido en un escándalo de corrupción, su padre renunció a la Presidencia en noviembre de 2000 con un fax desde Japón, donde se refugió amparado en su nacionalidad nipona. Ella optó por quedarse en Perú y enfrentó acusaciones por presuntos malos manejos de fondos públicos en el pago de sus estudios en Estados Unidos. Salió limpia, y ese episodio le cimentó una imagen de corajuda. Dio la batalla cuando hasta los hermanos de su padre se convertían en prófugos.

Para los peruanos, el lado bueno de esa herencia es que Alberto Fujimori derrotó a la feroz guerrilla maoísta de Sendero Luminoso y la hiperinflación de cuatro dígitos que le dejó su antecesor Alan García. Pero ahora el padre de Keiko está preso y condenado desde 2009 a 25 años de cárcel como autor intelectual de dos matanzas con 25 víctimas, un niño entre ellas, ocurridas durante la lucha antiterrorista en 1991.

Impenetrable y fría,  Keiko ha reconstruido su imagen pública buscando transmitir nuevos valores, como un espíritu democrático, en un intento por distanciarse de su padre.

Keiko, que en japonés significa ‘hija bendita’, en 2004 se casó en Lima con el italoestadounidense Mark Villanella y se reconcilió con su madre, quien la acompaña en campaña. 

Madre de dos niñas, con esa veloz trayectoria pugnó en 2011 por la Presidencia con Ollanta Humala en balotaje. Sugerir el indulto a su padre le costó la elección.

La derrota le hizo comprender que debía desprenderse del perfil autoritario con el que se identifica al fujimorismo. Renovó progresivamente el partido, lo llamó Fuerza Popular y dejó de lado al ala dura, identificada con el fujimorismo, sin romper con ellos.

Cerca de 23 millones de ciudadanos están convocados a las urnas en Perú, donde es obligatorio votar.

Un ‘gringo’ 

“Dicen que estoy viejo, pero el coco (cerebro) y la experiencia me funcionan”. A sus 77 años, Pedro Pablo Kuczynski, un exitoso exbanquero de Wall Street, asegura que podría estar paseando en moto, pero prefiere volcar su experiencia convirtiéndose en presidente de Perú.

Este economista  ofrece sus conocimientos y seriedad en momentos en que la población pide mano firme para reactivar la economía y enfrentar una creciente ola de inseguridad ciudadana.  Nacido en Lima en 1938, ‘el gringo’ ha trabajado duro para desprenderse de una imagen que lo encasilla como lejano a los sectores pobres —allí donde su rival Fujimori es popular— y buscar un romance con los Andes.

PPK, como le llaman debido al acrónimo de sus iniciales, ha contado con la ayuda de una mascota, el tradicional cuy a quien sus seguidores bautizaron de PPKuy.  Y recibe el apoyo de la mayoría de candidatos que quedaron fuera de la primera vuelta y que temen el retorno de un gobierno autócrata como el liderado por el expresidente Fujimori, padre de su rival.

De padre alemán y madre franco-suiza, PPK es primo materno del director de cine Jean-Luc Godard, y su vida ha sido de película: acompañó a su progenitor en labores sociales en la selva. Se educó en Reino Unido, Suiza y Estados Unidos.

Su esposa Nancy, estadounidense, es prima de la actriz Jessica Lange.

En 2011 ya estuvo  cerca de pasar al balotaje y hoy insiste nuevamente con Peruanos Por el Kambio, cuyas iniciales también coinciden con las de su nombre, PPK.

“De mi padre aprendí muchas cosas, entre ellas la igualdad”, dice el hijo de un doctor que huyó de la Alemania de Hitler en la Segunda Guerra Mundial, y que viajó por el Perú haciendo labor social.

Ha sido ministro de Energía y Minas  en el segundo gobierno de Fernando Belaúnde en los 80 y luego de Economía y primer ministro en la gestión de Alejandro Toledo (2001-2006), época que se caracterizó por un despegue económico del país.

Favorable al libre mercado, planea bajar impuestos para reactivar una economía exportadora tradicional y crear 3 millones de empleos, con el impulso de inversión pública y privada. “Yo no soy político, soy un economista que quiere hacer algo por su país”, dice.

El reto, lucha contra el crimen

El nuevo Jefe de Estado  de Perú deberá librar la guerra contra sicarios y crimen organizado, asaltantes que irrumpen en restaurantes y farmacias, emboscadas a empresarios, extorsiones a dueños de colegios con granadas en las puertas de sus locales y la acción de sicarios, que se han hecho frecuentes en Perú. 

 Tras superar dos décadas de guerra interna contra las guerrillas y el terrorismo, Perú saneó su economía y se convirtió en la estrella de Latinoamérica, acogedor para el turismo, la buena comida y las inversiones.

Con una economía en gran parte dolarizada es común ver en las calles a cambistas de dólares que, trabajando por años sin problemas, se han vuelto también blanco de la delincuencia. La buena situación del país fue imán para atraer a delincuentes de países vecinos como Colombia, que los ha combatido con más dureza, asegura a la AFP el especialista en seguridad César Ortiz Anderson.

El actual gobierno de Ollanta Humala declaró en emergencia varias ciudades del país, entre ellas el Callao, vecina a Lima, donde bandas de narcotraficantes se disputan a balazos la supremacía del territorio y de operaciones en esta provincia que alberga al primer puerto del país. Pero no ha sido suficiente. 

Mientras en 2006 la preocupación del electorado estaba relacionada con la economía, especialmente con el desempleo (61 %), en 2016, un 70 % de la ciudadanía considera que es la delincuencia lo que más les afecta, según un sondeo de la firma Ipsos.

Y según una encuesta realizada en marzo pasado,  el 30 % de los ciudadanos cree que Keiko Fujimori puede combatir la delincuencia, frente a un 13 % que cree que el mejor trabajo lo hará su contendiente, Pedro Pablo Kuczynski.

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