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Néstor Kirchner, hombre de pasiones

Durante su mandato (2003-2007) estuvo rodeado de la polémica por supuesto enriquecimiento ilícito.

28 de octubre de 2010 Por: Por Patricia Lee, corresponsal de El País

Durante su mandato (2003-2007) estuvo rodeado de la polémica por supuesto enriquecimiento ilícito.

"Juego mi vida, cambio mi vida, de todos modos la llevo perdida; la juego contra uno o contra todos, contra el cero o contra el infinito, la juego definitivamente, a todo lo ancho y a todo lo hondo”. El poeta colombiano León de Greiff no fue el biógrafo oficial de Néstor Kirchner, pero sus palabras describen la vida de un hombre que jugó una partida de póker al todo o nada desde el principio hasta el fin. Kirchner fue un animal político, pero su cuerpo no lo pudo resistir. Catapultado al poder luego de la rebelión popular de 2001, Kirchner modeló la política argentina en la primera década del Siglo XXI. Tras cinco años en el gobierno, primero como Presidente (2003-2007) y luego como el poder detrás del trono, jefe político de su esposa Cristina, el stress de cuatro cargos – diputado, presidente del Partido Justicialista, secretario de Unasur y ex presidente en ejercicio-, y su plan de reelegirse en el 2011, lo llevaron a la muerte, se rumora en círculos políticos. Cuando los nubarrones políticos se acumulaban sobre su cabeza y su estrella política se apagaba, los problemas de salud empezaron a ser frecuentes. Tuvo claras señales para que cambiara su estilo de vida, pero no las escuchó. En febrero fue intervenido por un bloqueo en la arteria carótida y en septiembre le colocaron un bypass coronario, pero como hombre que no puede con su genio, salió de la clínica antes del alta reglamentario, participó en un acto político a las pocas horas y viajó a Nueva York con su esposa días después. La pareja presidencial no quería dar señales de debilidad, a las puertas de un año electoral. Néstor Kirchner sólo podía despertar amor y odio, al punto que la política argentina era, hasta hoy, muy fácil de definir: a favor o en contra de él.El pingüino que vino del sur Néstor fue un hombre de la generación de los 70. Patagónico, hijo de la tierra de los vientos, los corderos y los pingüinos, estudió derecho en La Plata, donde conoció a Cristina. Militó en la Juventud Peronista, que luego devendría en la organización Montoneros. Con el golpe militar de 1976, él y su esposa volvieron a Río Gallegos, capital de la provincia de Santa Cruz.La pareja tuvo dos hijos, Máximo y Florencia, y empezaron a fraguar una pequeña fortuna como abogados. En 1987, Néstor volvió a la política, contrariando los deseos de su esposa, fue elegido alcalde de Río Gallegos. En 1991 fue gobernador, cargo que ejerció en tres periodos. Después de la rebelión popular de 2001, Kirchner se presentó a las elecciones presidenciales de 2003 y llegó a la Casa Rosada con el 22,24% de los votos, el porcentaje más bajo de la historia, gracias a que Carlos Menem renunció a la segunda vuelta. En cuatro años supo construir un poder político, aprovechando la recuperación económica del país, y se convirtió en un presidente con alta popularidad, lo cual le permitió postular a su esposa como candidata a la Presidencia en 2007.Entre las medidas más importantes de su gobierno están la renovación de la Corte Suprema, la reapertura de causas por las violaciones a los derechos humanos de la última dictadura militar y el pago de la deuda con el FMI cuando canceló US$9.500 millones en un sólo pago.Kirchner trabajó en sólida alianza con los presidentes de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva, y de Venezuela, Hugo Chávez, oponiéndose a la iniciativa de George W. Bush de implantar el Alca en la región, y fortaleció la integración latinoamericana, con Mercosur y Unasur, cuya secretaría general estaba ejerciendo.El decliveCon la elección de Cristina empezó el declive. El paro de tres meses del campo en 2008, marcó un antes y un después en el reinado kirchnerista: la clase media le dio la espalda a la pareja, abriendo una crisis de la cual no se recuperaron, que se plasmó en una derrota en las elecciones parlamentarias de junio de 2009. Las denuncias de corrupción rodearon su entorno, con funcionarios que hicieron fortuna de la nada, y con denuncias sobre el enriquecimiento del matrimonio.Las últimas batallas de Néstor Kirchner fueron contra el poderoso emporio Clarín, llevando el nivel de tensión al rojo vivo, al punto que, como decía un analista, “es Néstor Kirchner contra el resto”.La última semana fue una de las peores: una banda armada de la burocracia sindical asesinó a Mariano Ferreyra, un joven de izquierda de 23 años, hecho que desató la indignación nacional. Días antes, Néstor y Cristina encabezaron un acto de 70.000 personas rodeados de los odiados dirigentes sindicales que hoy están en la picota. Así, en menos de una semana, el ex presidente vio cómo se esfumaban los sueños de reelección para el 2011.Fanático de Racing de Avellaneda, basquetbolista frustrado, jugaba partidos de fútbol en la quinta residencial de Olivos. Ayer, cuando descansaba con Cristina en su casa de Calafate, el corazón dijo basta.Miguel Bonasso, quien fuera socio político y que ahora está en la oposición, resumió en una frase a Néstor Kirchner: “Ha sido un hombre de pasión en una época de pechos tibios. Esta fue su mayor virtud y su mayor defecto, en un país tendiente a la crispación, a las posiciones antagónicas. El balance lo tendrá que hacer la historia”.

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