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México cumple dos meses en medio de una crisis social y gubernamental

La desaparición de los 43 estudiantes de Iguala mostró los problemas dentro de la sociedad mexicana. Se han realizado marchas en varias ciudades del país.

29 de noviembre de 2014 Por: Gustavo Vargas | Especial para El País

La desaparición de los 43 estudiantes de Iguala mostró los problemas dentro de la sociedad mexicana. Se han realizado marchas en varias ciudades del país.

“¡Vivos los queremos!” se lee en un cartel con la foto de Giovanni Galindes Guerrero, de 20 de años de edad. Según la información del cartel, él es uno de los 43 normalistas de la comunidad de Ayotzinapa que el 26 de septiembre desaparecieron cuando policías municipales de Iguala, estado de Guerrero, emboscaron a por lo menos 70 estudiantes que se movilizaban en dos autobuses tras una orden del entonces alcalde de la ciudad, José Luis Abarca.Desde que los medios dieron a conocer la noticia del ataque, donde además de los estudiantes desaparecidos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa fueron asesinadas 6 personas -3 eran ciudadanos sin ninguna relación con los agredidos- y 25 resultaron heridas, México se conmocionó. Las calles de las ciudades se empapelaron con los rostros de los 43 jóvenes y los mexicanos fueron convocados a marchar, organizando cuatro jornadas de protesta, hasta el momento, llamadas Acción Global por Ayotzinapa.La última de estas se llevó a cabo el 20 de noviembre, el día en que se celebraba los 104 años de la Revolución Mexicana, reuniendo a miles de personas en el Zócalo de Ciudad de México que pedían la renuncia del actual presidente, Enrique Peña Nieto, y el retorno inmediato de los estudiantes desaparecidos tras ser entregados ese 26 de septiembre al grupo delictivo Guerreros Unidos.Este grupo, que opera en los estados de Guerrero y Morelos, según investigaciones de la Procuraduría General de la República, tenía nexos con el exalcalde Abarca y su esposa, María Angélica Pineda, quienes tras el atentado se dieron a la fuga y se escondieron en una colonia popular de la delegación Iztapalapa, en la capital del país azteca, donde fueron capturados el pasado 4 de noviembre por la Policía Federal.En estos dos meses transcurridos desde el ataque contra los normalistas, México ha evidenciado una crisis que se originó un 11 de diciembre de 2006, cuando el entonces presidente Felipe Calderón, del Partido Acción Nacional, PAN, puso en marcha la denominada ‘Guerra contra el Narco’. Pero fue con la candidatura presidencial en el 2012 del actual mandatario, Enrique Peña Nieto, integrante del Partido Revolucionario Institucional, PRI, que se dio un despertar por parte de la sociedad con el movimiento estudiantil #yosoy132, cuando en plenas campañas políticas los mexicanos exigieron propuestas inteligentes, un alto a la guerra desatada y una contienda electoral justa, con debates televisivos alternos a los de las grandes televisoras y emitidos en espacios públicos.Ese despertar paulatino estalló con el eco en Iguala. “Estamos hasta la madre” es una frase repetida en las marchas y resume el cansancio de los ciudadanos ante la corrupción y la violencia en México. Peña Nieto enfrenta la peor crisis de su mandato. El Gobierno tomó el caso casi un mes después de los hechos y no ha dado una respuesta concreta a los padres de los normalistas que no creen la postura oficial. Sus hijos están desaparecidos, aclaran, no muertos, como se los hizo saber Jesús Murillo Karam, Procurador General de la República, a inicios de noviembre después de interrogar a tres integrantes de Guerreros Unidos detenidos que dicen haber asesinado y quemado a un grupo de más de cuarenta personas para después dejar los restos cerca al río San Juan en Guerrero.Estas declaraciones evidenciaron los nexos entre los carteles de la droga y los gobiernos locales, y reforzaron con los testimonios de los 14 estudiantes que lograron escapar del ataque policiaco y el descubrimiento de 17 fosas comunes, donde se han encontrado restos óseos, prendas de vestir y artículos personales de algunas personas ajenas al grupo de jóvenes buscado.“Si usted no tiene la capacidad para darnos la respuesta ya, también debe estar pensando lo mismo que el gobernador de Guerrero, porque también tiene responsabilidad. ¿A los cuántos días el gobierno federal toma el caso?”, le dijo Felipe de la Cruz Sandoval, padre de uno de los estudiantes que sobrevivió al ataque del 26 de septiembre, sugiriéndole la renuncia a Enrique Peña Nieto en una reunión de más de cinco horas que sostuvo el presidente con los familiares de los normalistas un 29 de octubre, de la cual se grabó un fragmento con un celular para subirlo a las redes sociales.El caso de normalistas también mostró su lado caótico. En la cuarta Acción Global por Ayotzinapa doce personas fueron capturadas por la Policía Federal luego de que un grupo de encapuchados quebrara el orden de la marcha y atacara con bombas molotov a los oficiales. El primer enfrentamiento se dio cerca del Aeropuerto Internacional de México; el segundo, en el Zócalo capitalino cuando la protesta terminaba.Los manifestantes dicen que los llamados anarquistas eran infiltrados del gobierno buscando quebrar un movimiento pacífico. Lo cierto es que entre los detenidos hay un estudiante de Doctorado en Letras Hispánicas de la Unam de origen chileno, Lawrence Maxwell, de 47 años. Según familiares y amigos, al momento de la intervención policiaca, Maxwelle fue capturado arbitrariamente cuando pasaba en bicicleta cerca del Zócalo.Además, en la capital de Guerrero, Chilpancingo, un grupo de inconformes quemó el Palacio del gobierno estatal y las oficinas de la Secretaría de Educación en el mes de octubre. Luego, en noviembre, fueron las instalaciones del PRI, del Congreso de Guerrero y de otras dependencias y automóviles estatales a las que se les prendió fuego.Y entre marcha y marcha, a principios de noviembre, los mexicanos conocieron la noticia de la Casa Blanca, una lujosa vivienda en Ciudad de México con un costo de 7 millones de dólares y que está a nombre de Angélica Rivera, primera dama de la nación y a quien se le conoce como ‘La Gaviota’ por su papel protagónico en la telenovela Destilando Amor.El fin de las policías municipalesEl presidente Enrique Peña Nieto pretende eliminar las policías municipales mexicanas como parte de un plan de choque que expertos estiman poco novedoso contra la profunda infiltración del narcotráfico en las autoridades locales, que volvió a destaparse con la desaparición de estudiantes en Guerrero (sur) . Peña Nieto, inmerso en la peor crisis de su mandato, realizó este anuncio precedido por una nueva matanza en el estado de Guerrero, donde aparecieron 11 cadáveres decapitados. “México no puede seguir así. Asumo la responsabilidad de encabezar todos los esfuerzos necesarios para liberar a México de la criminalidad, para combatir la corrupción y la impunidad", dijo.En su paquete de nuevas medidas de seguridad, que enviará el lunes al Congreso, el presidente incluyó una reforma constitucional para reemplazar los cuerpos de policía municipal por fuerzas únicas de cada uno de los 32 estados. El nuevo modelo pasará de “más de 1.800 policías municipales débiles, que con facilidad pueden ser corrompidas por la delincuencia, a 32 sólidas corporaciones de seguridad estatal que sean más confiables, profesionales y eficaces”, explicó.

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