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Exdiputada María Corina Machado asegura que Colombia debe asumir el liderazgo de buscar una salida democrática a la crisis venezolana. | Foto: Foto: Gabo Bracho / Especial para El País

VENEZUELA

"Maduro tendrá que asumir que el tiempo se le acabó": María Corina Machado

La líder opositora habla sobre la crisis institucional que vive el vecino país. Pide mayor claridad del Gobierno colombiano.

2 de abril de 2017 Por: Olga Lucía Criollo / Reportera de El País 

Nosotros esperamos mucho de Colombia. En primer lugar, porque el pueblo colombiano es el que más sufre el drama que vivimos los venezolanos. En segundo lugar, porque ningún otro Gobierno conoce la verdadera naturaleza de ese régimen como el colombiano”.
Por esas razones, la exdiputada venezolana María Corina Machado asegura que el Gobierno colombiano debe asumir el liderazgo de la defensa de su país y la transición a la democracia en paz.

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De esa propuesta y de la gravedad de lo que está pasando del otro lado de la frontera, ella, una de las férreas opositoras del régimen de Nicolás Maduro, habló con El País.

¿Cree que el golpe de Estado que se le dio al Parlamento genera un buen momento para hallarle una salida a la crisis venezolana?

Lo que ocurrió con esa sentencia del Tribunal Superior de Justicia, TSJ, es la oficialización del golpe de Estado de una manera tan cruda que ha hecho que aquellos que pretendían seguir justificando algunas acciones de Maduro tengan que dar marcha atrás. Esto ha tenido un efecto y es que se han alineado todas las fuerzas, las oposiciones externas e internas, por primera vez en 18 años y en un contexto en el cual Venezuela enfrenta la peor crisis humanitaria, económica y de seguridad interna de su historia, así que evidentemente la situación es insostenible.

Es la confluencia de un estado fallido en el cual desde los niños hasta los militares hurgan la basura para poder alimentarse, y cuyos vínculos con el crimen organizado internacional ya son evidentes para todo el mundo, así que ha llegado un punto en el cual la transición es impostergable y Maduro y su régimen tendrán que asumir que el tiempo se les acabó.

¿Le causa optimismo el llamado a consultas de varios embajadores?

Hace tres años, el 21 de marzo de 2014, estuve en el Consejo Permanente de la OEA denunciando cómo Maduro ordenaba a grupos paramilitares disparar contra estudiantes indefensos que protestaban pacíficamente en las calles. Entonces solo 3 países nos acompañaron y 20 votaron en contra. El cambio en estos tres años ha sido enorme, se reversó complemente: ahora 20 países votaron a favor, más la presencia de Luis Almagro, a quien este último acontecimiento le ha dado la razón.

Lo que procede es la aplicación de la Carta Democrática Interamericana, porque es la reacción que merece una dictadura. Solo con la presión firme desde afuera, acompañada con la presión de los ciudadanos, lograremos llevar adelante una transición que el país ya no puede esperar.

Pero el martes quedó la sensación de que no pasó mayor cosa en la OEA contra el gobierno Maduro...

La reunión del martes fue un paso enorme, pero insuficiente. Venezuela y otros dos países, porque eso es lo que les queda de respaldo, hicieron una actuación desesperada por impedir que se diera la discusión, y sin embargo se dio. Todo lo ocurrido no solo justifica, como planteó el Secretario General, una reunión del Consejo Permanente, sino que procede una convocatoria urgente de los cancilleres de la OEA.

¿O sea que la aplicación de la Carta Democrática sí implica beneficios prácticos para los venezolanos?

Créame que si para el régimen no fuera importante esa legitimación internacional, no hubiese invertido miles y miles de dólares alrededor del mundo buscando respaldos para su política y para que se ignoraran sus atropellos. No estarían en esa situación de desesperación en la que los vemos actuando.

Que la Fiscal General de la República, que ha sido incondicional del chavismo durante 18 años, declare que hay un golpe de Estado en Venezuela está vinculado a la presión internacional; son personas que se están viendo en el espejo y a las que les corresponderá rendirle cuentas a la democracia mundial.

Una decisión de esta naturaleza por parte de la OEA tiene un impacto gigantesco sobre los venezolanos: moral, porque estamos acompañados, pero también de presión real sobre un régimen al cual hay que hacerle entender que la complicidad, el silencio y la indiferencia se acabaron.

¿Que el presidente Santos dijera que la situación en Venezuela es inaceptable es lo que usted siempre exigió del Gobierno colombiano?

Nosotros esperamos mucho de Colombia. En primer lugar, porque el pueblo colombiano es el que más sufre el drama que vivimos los venezolanos. En segundo lugar, porque ningún otro Gobierno conoce la verdadera naturaleza de ese régimen como el colombiano. De modo que la aspiración de los venezolanos es que sea el Gobierno colombiano el que asuma el liderazgo de la defensa de Venezuela y la transición a la democracia en paz.

No me explico cómo hasta hace pocas horas la Canciller (de Colombia) decía que no estaba de acuerdo con la aplicación de la Carta Democrática, pero supongo que con la decisión sobre la Asamblea ha cambiado su posición y, si es así, quisiéramos ver al Gobierno colombiano asumiendo ese liderazgo, como lo han adoptado con mucha firmeza los gobiernos de Perú y de México.

Hace una semana se supo de la presencia de militares venezolanos en Arauca, lo que fue asumido como una forma presión al Gobierno colombiano. ¿Está de acuerdo?

Fue un acto tan absurdo, que es difícil calificarlo, pero luce indiscutiblemente como una provocación. Lo que sí está claro es que en la frontera venezolana a nuestras Fuerzas Armadas no se les permite hacer su trabajo frente a la amenaza que es el narcotráfico, la guerrilla y el paramilitarismo, que ha llegado al corazón de Venezuela.

El propio gobernador del Estado Amazonas, Liborio Guarulla, en una interpelación en la Asamblea Nacional, afirmó que hay más de cuatro mil hombres de las Farc allí y que el Ministro de la Defensa le dijo que sí, que sabían dónde estaban, que los tenían identificados y que estaban en actividades delictivas de extracción de oro, pero que tenían órdenes superiores para no desactivarlos. Eso demuestra el grado de complicidad y de traición a la Patria, porque eso sí se llama traición a la Patria por parte de Maduro y su régimen.

¿Cuál cree que será la actitud del presidente Trump en esta crisis?

Desde que se comenzó a hacer pública la información de los delitos de los altos jerarcas del régimen, que se había guardado durante meses para no alterar el llamado diálogo -que es un gran fraude, como lo han dicho el propio Almagro y el cardenal Urosa- fue evidente que empezó una nueva aproximación de la política exterior de los Estados Unidos hacia la crisis venezolana.

Creo que entendieron que el apaciguamiento y el darle ese margen de acción sin reacción alguna por parte de la comunidad internacional a Maduro, darle oxígeno a un régimen moribundo, lo único que ha traído es dolor para Venezuela y una gran inestabilidad y riesgo para la región.

Ante cada nueva crisis en su país siempre se especula con la posibilidad de un golpe de Estado de los militares. ¿Lo ve posible ahora?

El golpe de Estado ya lo dio Maduro y su régimen, con la complicidad de los militares que no se pronuncian, como se lo dije el viernes al Ministro de Defensa, dadas las declaraciones de la Fiscal General.

Se dice que la desunión de la oposición impidió que Maduro saliera del poder el año pasado. ¿Qué tan fraccionada está ahora?

Venezuela está absolutamente unida para enfrentar y derrotar la dictadura. Más del 90 % de los venezolanos clama por una salida inmediata y clarísima: es el totalitarismo de la mafia en el país o es la insurrección ciudadana. Esas son las dos rutas, no hay otra. Quien trata de dividir es el régimen y desde luego han quebrado a algunos periodistas, políticos y empresarios, porque así funcionan estos regímenes, pero el pueblo venezolano está claro de para dónde tenemos que ir y avanzamos en esa dirección.

¿Pero los partidos de la oposición también están unidos?

Si quedaba alguno con duda de la urgencia de salir de la dictadura de inmediato, los hechos del jueves han tenido el mismo efecto hacia adentro que hacia afuera, así que debió entender que con una dictadura no se convive, las dictaduras se enfrentan. Nuestra lucha es no violenta, pero por ello no es débil, es firme, poderosa y a eso es a lo que hoy estamos convocando a todos los venezolanos. Esto no tiene vuelta atrás, Maduro y su régimen se tienen que ir sin demora, es nuestro derecho y también es nuestro deber.

¿Es por eso que ya se está llamando a nuevas movilizaciones?

Las movilizaciones comenzaron el mismo momento en que se dio la orden contra el Parlamento y yo confío en esa disposición innata y espontánea de los venezolanos a hacer lo que tenemos qué hacer. Aquí nadie tiene que esperar a que nos digan a tal hora o que alguien se convierta en el líder; cada ciudadano sabe en su corazón cómo se rebela y a eso estamos convocando.

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