“Los diarios deben seguir siendo perros guardianes”, Milton Coleman

El nuevo presidente de la SIP, Milton Coleman, llamó la atención sobre las amenazas a la prensa en América Latina. Insiste en su defensa.

Milton Coleman lleva tres semanas al frente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), una organización continental formada por medios de comunicación que está dedicada a defender la libertad de expresión y de prensa en la región.En este inicio de su tarea, el periodista estadounidense de 60 años y editor senior del The Washington Post hace especial énfasis en la necesidad de que regresen esas condiciones de libertad de comunicación a países en los que hoy no existen, particularmente Ecuador, Venezuela, Argentina, Bolivia, Honduras y México.La semana pasada visitó Bogotá, fue su segunda vez en Colombia, pues hace cuatro años conoció Cartagena, participó del homenaje por los 50 años de Andiarios, estuvo presidiendo el foro sobre libertad de prensa organizado por la Universidad del Rosario y firmó con el presidente de la República, Juan Manuel Santos, la Declaración de Chapultepec, un listado de diez postulados que se consideran imprescindibles para que haya libertad de prensa y con los cuales se comprometió el Mandatario colombiano. ¿Qué tanta validez tiene que los presidentes (más de 60 en 14 años) firmen la Declaración de Chapultepec, si pese a eso, existen tantas dificultades para la libertad de prensa en América?Es muy importante, porque en la SIP tenemos claro que es necesario que los países crean en los postulados que incluye la Declaración de Chapultepec. No es lo mismo en Estados Unidos, donde tenemos una primera enmienda (a la Constitución) que garantiza la libertad de prensa, que los casos de varios países de América Latina, en donde no existe algo similar. Para la SIP es fundamental tener compromisos de presidentes, como en este caso de Juan Manuel Santos. No es posible, tal vez, tener el compromiso de cada presidente de cada país de América Latina, pero cada firma es importante.¿La SIP puede adelantar acciones efectivas que lleven a mejorar las situaciones de riesgo para el periodismo ya creadas en países como Ecuador y Venezuela?Son situaciones diferentes. En el caso de Ecuador en este momento hay unas audiencias ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, hace poco hubo una con asistencia de 300 personas, y se está avanzando en las primeras etapas para buscar soluciones allí; será un proceso un poco largo, pero la SIP está en disposición de acompañarlo. En Venezuela estamos luchando hace mucho tiempo para obtener del Gobierno un reconocimiento de los derechos de la prensa y vamos a dejarlo nuevamente expresado así en un próximo comunicado de la organización.¿Algunas de las situaciones contra la libertad de prensa en América Latina son comparables a hechos en EE.UU., como el caso de Miami, en donde candidatos republicanos bloquean su participación en Univisión?No quiero hablar sobre la situación específica en Miami, porque allí hay una cuestión que involucra a dos canales de televisión y no podría decir que hay una situación comparable con América Latina. Lo que sí puedo decir es que en Estados Unidos existen amenazas individuales contra periodistas, riesgos económicos contra organizaciones de medios y también ha habido reporteros que han sido asesinados.¿Cuáles son los países de la región cuya situación sobre la prensa crea más alarma en la SIP?En distintos países hay situaciones diversas de alarma: en Venezuela, Ecuador y Argentina tenemos gobiernos que no reconocen la libertad de prensa ni la libertad de expresión y que se han puesto en contra de la prensa independiente; en México y Honduras tenemos una situación grave de violencia por asesinato de reporteros, incluyendo, en México, recientemente a dos reporteros de internet. En Chile esta semana explotó una bomba en la planta del diario La Tercera. En varios otros países tenemos situaciones de amenazas a periodistas. Para la SIP, los casos más especiales son Ecuador, Venezuela, Argentina, México, Honduras y Bolivia.¿Qué análisis hace sobre la situación en Colombia?En general me parece que la situación es mejor que la que he descrito sobre otros países, pero también es claro que el clima no es perfecto, porque hay peligro para algunos reporteros y para medios de comunicación, y porque todavía hay narcotráfico, todavía hay guerrillas, todavía hay amenazas a periodistas. Pero como lo dije en el acto de los 50 años de Andiarios, Colombia es la democracia más antigua de América Latina y este es un buen punto para el desarrollo de la libertad de prensa.¿Qué efectos puede tener la crisis económica que viven Europa y Estados Unidos sobre las necesidades de la prensa libre?La situación de crisis económica en Estados Unidos y Europa es un nuevo peligro al que se enfrenta la prensa. Las salas de redacción están siendo muy difíciles de sostener, sobre todo para albergar a periodistas de trayectoria y con un trabajo de calidad, que son los mejores pagados y, por ello, los más difíciles de ratificar con los problemas económicos. No estoy hablando de periódicos como The New York Times, Washington Post o Los Angeles Times, pero sí de la mayoría de los periódicos de tamaño mediano, lo que merma la capacidad para cubrir el trabajo de los gobiernos locales y ese obstáculo es el nuevo peligro para nosotros. También es un desafío el hecho de que, debido a las actividades militares en curso y a los problemas de la seguridad nacional creados por el fenómeno de Wikileaks, los esfuerzos que se centraban en obtener una ley de protección nacional ahora tienen menos probabilidades de tener éxito. Es una situación difícil y, a pesar de las promesas en contrario, la administración de Obama no se ha abierto tanto como dijo que lo haría y la excusa principal, la principal explicación para ello, es la seguridad nacional.¿Cuál cree usted que es la tarea de los diarios de información en el contexto actual del mundo?Dos cosas: primero, mantener su actitud de ser perros guardianes, especialmente cuando hay gobiernos que tratan de poner cortinas, frenos que dificulten ver su labor; segundo, ajustarse a los desafíos y cambios planteados por la época de internet y de las redes sociales. Para poder seguir siendo relevantes, tenemos que ajustarnos muy bien a esa realidad.