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En este momento los habitantes de Pakistan inician el mes de ayuno y abtención, pero son muchos los que no comen por la crísis económica de ese país.

ONU

Los cuatro países que se mueren de hambre por la guerra

Según la ONU, más de 20 millones de personas se enfrentan a la inanición o la hambruna en Sudán del Sur, Somalia, Nigeria y Yemen.

19 de marzo de 2017 Por: Redacciòn de El Paìs 

Nos disparaban y saqueaban nuestras casas. Corría con mis gemelos en brazos y mi hija corría a mi lado. A veces veíamos cómo la gente caía al suelo tras recibir un disparo. Nos escondíamos en los arbustos hasta que se hacía de noche y volvíamos cuando los soldados se habían ido.

Cada vez que esto pasaba, llegábamos a casa para encontrarnos con menos cosas. Nuestro ganado, cabras y pollos ya no estaban”, recuerda Nyayolah, madre de unos gemelos de un año y una niña cuatro, que actualmente es atendida en Sudán del Sur por la organización Médicos Sin Fronteras.

La mujer les relató que el año pasado, en noviembre, debido a esa situación caminó durante 17 horas con sus hijos para huir a un lugar seguro.

Es que la situación tanto en Sudán del Sur como en Nigeria y Somalia, en África, y en Yemen, en Asia, es la mayor crisis mundial después del fin de la II Guerra Mundial, según Stephen O’Brien, jefe de ayuda humanitaria de Naciones Unidas.

O’brien expresó que más de 20 millones de personas se enfrentan a la inanición o la hambruna en estos cuatro países. Y 1,4 millones de niños podrían morir por falta de alimento este año. La hambruna está relacionada con los conflictos.

En Sudán del Sur, con 3,4 millones de desplazados internos, O’Brien encontró “la situación peor que nunca” debido a la guerra civil que azota al país desde diciembre de 2013. Allí el hambre es un arma de guerra.

El gobierno gasta una gran parte de sus ingresos petroleros en la compra de armas, mientras el país enfrenta la hambruna causada por las operaciones militares ordenadas por Juba, según un informe de Naciones Unidas. El gobierno del presidente Salva Kiir ha continuado adquiriendo armas a pesar de que la hambruna fue declarada.

El coordinador del proyecto de Médicos Sin Fronteras, Nicolas Peissel, explicó que “uno de cada cuatro niños que hemos atendido en nuestras clínicas tienen desnutrición y casi uno de cada diez está grave. Todos los cultivos fueron saqueados en julio pasado y no pudieron sembrar en la temporada adecuada porque el conflicto les obligó a abandonar sus campos. Los mercados están en su mayoría, vacíos. Solo se encuentra té y sal. Y donde hay alimentos a la venta, los precios son demasiado altos”, agregó.

En noreste de Nigeria, se vive un desastre similar, debido a las acciones del grupo terrorista Boko Haram. La hambruna ha afectado a los desplazados que dejan sus tierras para huir de Boko Haram. La ONU estimó que hasta diciembre había 75.000 niños en riesgo de morir de hambre en este país.

En cuanto a Somalia, 2,9 millones de personas, casi la mitad de su población, están amenazadas por la hambruna.

Somalia está en declive después de casi tres décadas de caos y violencia entre milicias de clanes, bandas criminales y la insurrección de islamistas Shebab. “Las mujeres y los niños caminan semanas para buscar comida y agua. Perdieron su ganado, sus fuentes de agua potable se secaron y no les queda nada para sobrevivir”, contó O’brien.

Yemen, país de la Península Arabiga, es escenario de la “peor crisis humanitaria en el mundo”. Dos tercios de sus 18,8 millones de habitantes necesitan asistencia y más de 7 millones “ignoran de dónde provendrá su próximo alimento”, indicó la ONU.

El conflicto entre rebeldes hutíes obligó el año pasado a dimitir al presidente sunita Abu Rabu Mansour Hadi y a su gabinete. La guerra, que se agravó con los bombardeos de Arabia Saudita, que apoyan al expresidente, dejan más de 7.400 muertos.

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