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Las relaciones entre Estados Unidos y Rusia cada vez están más frías

Analistas creen que Moscú dejó de ser importante para Washington y el asilo a Snowden rebosó la copa de Obama.

11 de agosto de 2013 Por: Patricia Lee | Especial para El País

Analistas creen que Moscú dejó de ser importante para Washington y el asilo a Snowden rebosó la copa de Obama.

Las relaciones entre Estados Unidos y Rusia sufrieron un nuevo golpe con la decisión del presidente Barack Obama de suspender la cumbre con su par, Vladimir Putin, que se realizaría en septiembre con ocasión de la reunión del G20, en San Petersburgo. Esta medida, sin precedentes en décadas, pone punto final al famoso “reset”, iniciado en el 2009, cuando Obama llegó a la Presidencia decidido a dar un nuevo impulso a las relaciones entre los dos países, que se habían enfriado en el segundo mandato de George W. Bush.Sin embargo, hay muchas más razones que justifican la medida, tal como explicó el presidente Obama en rueda de prensa el viernes, al reconocer el deterioro de las relaciones entre los dos países, a partir del retorno de Vladimir Putin a la Presidencia el año pasado y señaló que era necesario “reevaluarlas”, más allá del caso de Edward Snowden. El Presidente estadounidense citó las diferencias en relación con Siria y con temas de derechos humanos, y destacó que es apropiado “tomarnos una pausa, evaluar hacia dónde va Rusia, cuáles son nuestros intereses principales, y calibrar la relación”. Obama aseguró no llevarse mal con Putin, diciendo que el Presidente ruso, “parece un niño aburrido al fondo de la clase”, pero que sus conversaciones habían sido productivas.Relaciones en peligroLas relaciones entre los dos países ya se venían enfriando por una serie de hechos, que van desde las negociaciones sobre control de armamento, hasta los derechos de los homosexuales.Con el “reset” que Obama imprimió a las relaciones entre los dos países en 2009, se lograron importantes resultados: se firmó un nuevo tratado Start de reducción de misiles estratégicos, Rusia aceptó por primera vez en 2010 condenar a Irán en el Consejo de Seguridad de la ONU por su plan de desarrollar combustible nuclear y permitió a EE.UU. un corredor para aprovisionar sus tropas en Afganistán. Sin embargo, Rusia se queja de que no recibió nada a cambio. Para el canciller ruso Serguei Lavrov, el escollo central es la cuestión de las defensas antimisiles, “el mayor irritante en las relaciones entre los dos países”, según sus palabras.El Kremlin considera que los sistemas antimisiles que la Otan planea establecer en Europa cerca de las fronteras rusas, están dirigidos a bloquear sus propios misiles, debilitando así su defensa ante un posible atentado nuclear. Por eso, Moscú exige que cualquier negociación sobre reducción de arsenales nucleares, se vincule con la prohibición de establecer sistemas antimisiles en sus fronteras, a lo cual Estados Unidos se niega.A esto se agregan los temas geopolíticos, como Irán y Siria. Si bien Rusia apoyó en 2010 sanciones contra el régimen iraní en la ONU, se ha opuesto a permitir cualquier acción occidental contra el régimen de Bashar al Assad, a quien sigue proveyendo de armas.Entre tanto, las voces de los halcones repican fuerte en Washington. El senador republicano John McCain dijo que “es necesario repensar nuestra relación con la Rusia de Putin” y “tomar a Rusia como lo que es, no como lo que queremos que sea”.Polémica por derechos humanosOtros temas que han agitado la opinión pública son la disputa entre los congresos de los dos países por recientes leyes adoptadas el uno contra el otro. En 2012, Estados Unidos adoptó el Acta Magnitsky, que aplica sanciones a funcionarios rusos acusados de tomar parte en la muerte del abogado Serguei Magnitsky, quien murió en la cárcel después de denunciar casos de corrupción. En respuesta, la Duma rusa adoptó la Ley Dima Yakovlev, llamada así por un niño ruso adoptado por una pareja estadounidense, que murió al ser olvidado por su padre en el carro en pleno sol cuando se este fue a trabajar. La ley prohíbe la adopción de niños rusos por parejas de Estados Unidos. El clima de tensión creció a partir de diciembre de 2011, cuando empezaron las protestas masivas por el resultado de las elecciones parlamentarias rusas, que continuaron hasta las elecciones presidenciales de marzo de 2012, en las que Putin fue nuevamente electo para suceder a Dmitri Medvedev.A partir de entonces, el Gobierno ruso tomó una serie de medidas contra la oposición, como la adopción de una ley que obliga a las ONG que actúan en Rusia a registrarse como “agentes extranjeros”, por considerar que estas organizaciones son la fachada que permite la financiación externa a la oposición rusa. Después de la aprobación de la ley, vino una oleada de allanamientos a las más conocidas organizaciones no gubernamentales y de derechos humanos. Y por último, el rechazo de la comunidad gay de Occidente a la ley en contra de la propaganda homosexual sancionada en junio, que puede imponer multas de hasta de 31.000 dólares a cualquiera que promocione homosexualidad delante de menores y prohíbe las marchas del orgullo gay. Este tema amenaza la realización de las Olimpiadas de Invierno 2014 en Sochi, por cuanto organizaciones gay de todo el mundo están exigiendo desde el boicot a los juegos hasta que sean trasladados a otro país. De cualquier manera, Obama dejó en claro que, si bien defiende los derechos de la comunidad homosexual, está en contra del boicot a las Olimpiadas, agregando que espera que homosexuales y lesbianas obtengan muchas medallas.El levantamiento de la Cumbre también refleja que Rusia ha caído en la escala de valores de Washington, para quien China es ahora la prioridad. Para Michael Bohm, de The Moscow Times, “puesto que el componente económico de las relaciones entre EE.UU. y Rusia no es significativo, Obama llegó a la conclusión de que no vale tratar de revivir un “reset” que está muerto clínicamente desde diciembre de 2011”.Para Andrew Kuchins, especialista del Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos en Washington, la relación entre los dos países está en su punto más bajo desde el fin de la Guerra Fría.AcuerdoPese a las tensiones entre Obama y Putin, los gobiernos de ambos países acordaron el viernes dar un nuevo impulso a la Conferencia de Ginebra para alcanzar una solución política para Siria.El acuerdo en medio de las tensiones se produjo tras la reunión entre los titulares de Exteriores y Defensa de EE.UU, John Kerry y Chuck Hagel, quienes recibieron a sus homólogos rusos, Serguei Lavrov y Sergei Shoigu, dos días después de que se cancelara la cita presidencial.Minutos antes de la reunión, el secretario John Kerry, planteó también su “decepción” por la concesión de asilo temporal en Rusia al extécnico de la CIA Edward Snowden, acusado de espionaje por EE.UU., pero no hizo hincapié en ello porque el asunto “se trata ya a través de los canales de comunicación entre los responsables de Justicia”, dijo.

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