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La dura crisis que afronta la presidenta de Argentina, Cristina Fernández

La Presidenta argentina además de las peleas políticas afronta el estancamiento económico y una crisis social.

28 de julio de 2012 Por: Patricia Lee | Corresponsal de El País, Buenos Aires

La Presidenta argentina además de las peleas políticas afronta el estancamiento económico y una crisis social.

En plenas vacaciones escolares del receso invernal, se decretó un paro de los micros de larga distancia y miles de pasajeros se quedaron durmiendo en el piso de la Terminal de Ómnibus de Retiro en la capital argentina. Montañas de basura se acumularon en las calles porteñas por el conflicto con los recicladores, que bloquearon el ingreso de los camiones a los centros de recolección. Niños de vacaciones; bolsas de basura sin recoger; paro de dos días de los trabajadores estatales de la provincia de Buenos Aires exigiendo cobrar sus primas de mitad de año, que no se les pagan por el conflicto entre el Gobierno Nacional y el provincial. Huelga de los policías de Santa Cruz, la provincia de la presidenta Cristina Fernández; semanas antes, paro con toma de instalaciones y quema de vehículos de los petroleros del yacimiento Cerro Dragón, el principal del país, en la provincia de Chubut; huelga en La Hoya, el centro de esquí en la localidad de Esquel, con los turistas aguantando frío en la nieve. Esta era la postal de las vacaciones invernales de la Argentina.Estancamiento económicoCuando la soya, el principal producto de exportación, ha logrado el precio récord de US$649 la tonelada en el mercado de Chicago, la economía argentina se complica cada vez más.La inflación lleva 83 meses por encima de los dos dígitos, y hoy es del 24% según las estimaciones no oficiales. El cepo cambiario impuesto por el Gobierno a fines de 2011 para frenar la compra de dólares se ha ido cerrando, haciendo prácticamente imposible comprar el billete verde a $4.53, el precio en el mercado oficial. Los que quieran comprar, sólo lo pueden hacer si demuestran que van a viajar al exterior, y por una suma limitada. Si no viajan, tienen que devolver las divisas. El resto tiene que buscar el dólar ‘blue’, que la semana pasada arañó los $7, una diferencia de casi 50% con el dólar oficial.Los turistas que llegan, solo pueden vender sus dólares al precio oficial, pero la mayoría de los artículos se cotizan tomando como referencia el ‘blue’, o un intermedio entre los dos tipos de cambio. Hasta las empleadas domésticas bolivianas o peruanas que giran plata a sus familias se han visto perjudicadas, porque no pueden comprar los dólares para enviar al exterior.El cepo cambiario ha provocado la parálisis del mercado inmobiliario, ya que las transacciones de compraventa de propiedades se pactan en dólares. De un momento al otro, una propiedad que valía US$100.000 dólares, o $450.000, pasó a costar $650.000 o $700.000.El clima se ha enrarecido con las fiscalizaciones de la Afip (Administración Federal de Ingresos Públicos), que envía sus sabuesos a inspeccionar a cualquiera que se atreva a dar una mala noticia. Esta vez, fue el turno de Jorge Toselli, un conocido operador de bienes raíces, que cometió el “error” de declarar a un periódico local que el mercado inmobiliario estaba paralizado. Argumentando la falta de presentación de declaraciones de impuestos, la Afip le suspendió el Cuit (Código Unico de Identificación Tributaria), impidiéndole operar.Tormentas políticas y económicasA pesar de haber obtenido un 54% de los votos en octubre de 2011, la Presidenta ha ingresado en una zona de turbulencia. En los últimos meses se ha enfrentado con varios de quienes fueron sus principales aliados en el poder, en particular el sindicalista Hugo Moyano y el gobernador Daniel Scioli, quien fue vicepresidente de Néstor Kirchner, y que ganó su cargo como parte del oficialista Frente para la Victoria.Enojada porque Scioli anunció su intención de postularse como candidato presidencial en 2015 (si ella no se presenta, ya que la Constitución prohíbe más de dos mandatos consecutivos), la Presidenta retaceó el envío de fondos a la provincia donde vive más de un tercio de la población argentina, obligando a Scioli a aplazar el pago de la prima de mitad de año, desatando un estallido de protestas sociales.La Presidenta criticó a Scioli en público y distintos funcionarios atacaron al gobernador en duros términos. Pero Scioli, un exdeportista que perdió un brazo en una competencia náutica, y que está acostumbrado a resistir, ganó la disputa. El jueves 19 de julio, la Presidenta tuvo que girar los fondos para evitar que se incendie la provincia.Para el analista Ricardo Rouvier, “la población argentina como muchas otras no quiere ver a los políticos pelearse. Por lo tanto, una pelea con uno u otro no produce réditos”. En el caso de la pelea con Scioli, para Rouvier, “la Presidenta reaccionó buscando una solución al problema financiero del Estado provincial con sus agentes”, y “apareció una vez más como gestora de resolución de problemas”.En el terreno sindical, la ruptura es definitiva entre Cristina Kirchner y Hugo Moyano, el jefe de la Central General del Trabajo (CGT). El 12 de julio, la central reeligió a Moyano como su secretario general, pero el Ministerio de Trabajo no convalidó la elección y Cristina se reunió con los dirigentes sindicales opositores, sellando la división del movimiento sindical en cinco partes. Moyano, dirigente del sindicato de camioneros, adquirió notable fuerza durante la última década gracias a la recuperación económica, extendiendo su gremio por el país gracias al apoyo incondicional del entonces presidente Néstor Kirchner.Rouvier opina que “la fragmentación de la CGT favorece al Gobierno, debido a que ahora no es Moyano como Secretario General de toda la confederación”, sino que “esta corporación está dividida y por lo tanto debilita a Moyano que conduce a una minoría de dirigentes y gremios”.Popularidad de Cristina en bajaAunque la debilidad sindical favorezca al gobierno, lo cierto es que la popularidad de Cristina viene cayendo. Para Mariel Fornoni, de la consultora Management & Fit, “la popularidad de Cristina viene bajando desde marzo y estos hechos han profundizado la caída: en octubre de 2011, tenía 64 % de imagen positiva, y 42 en julio.”El factor central para ese cambio es la caída de las expectativas económicas. Según Fornoni, “aparecen estos conflictos, en los cuales el gobierno nacional es el que más pierde. Esto fue lo que sucedió con Scioli: ambos perdieron, pero más el gobierno. En relación con la pelea con Moyano, si bien la gente cree que ni el Gobierno ni el líder tienen razón, la imagen negativa de éste bajó de 70 a 37 y la positiva pasó de 6 a 14. El que se pone al frente de un conflicto termina siendo favorecido”.De acuerdo con Fornoni, el “cepo cambiario” fue criticado por un 60%. Pero el dato más importante es que “un 58% de la gente cree que la situación va a estar peor en los próximos meses, y solo un 15% cree que mejorará. Un año atrás, era casi inverso. Antes de las elecciones había un grado de optimismo muy alto, y eso es lo que impacta en la imagen de los dirigentes. El cambio del humor social dispara el resto de las cosas”.Para expresar el humor social, Diego Maradona, que regresó a Buenos Aires tras terminar su contrato como entrenador en los Emiratos Árabes, al enterarse de la situación de millones de trabajadores que no iban a cobrar sus primas de mitad de año por la pelea del Gobierno nacional y provincial, le dio un consejo a Cristina: “Encerrate en la Casa Rosada y jugale un partido de ping pong a Scioli, jugale una carrera, mátense a trompadas, pero que no pague la gente”.

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