El pais
SUSCRÍBETE

Inicio

Mundo

Artículo

Julián Assange, a punto de romper lazos diplomáticos de Ecuador e Inglaterra

El Gobierno de Australia confirmó que en 8 ocasiones ha contactado a Assange desde que está refugiado en la Embajada de Ecuador y que tiene preparativos en el caso de que sea extraditado a EE.UU.

19 de agosto de 2012 Por: Felipe Lozano Puche, corresponsal de El País en el Reino Unido

El Gobierno de Australia confirmó que en 8 ocasiones ha contactado a Assange desde que está refugiado en la Embajada de Ecuador y que tiene preparativos en el caso de que sea extraditado a EE.UU.

"Nada ha cambiado”, afirma tajante Charles Crawford. Ecuador acaba de aceptar la solicitud de asilo diplomático de Julián Assange , quien lleva casi 60 días confinado en las oficinas de su sede diplomática en Londres, pero para el exembajador británico en Sarajevo, Varsovia y Budapest la situación del australiano de 41 años sigue siendo fundamentalmente la misma. “El Gobierno de Ecuador ha recurrido a una retórica anticolonial para exaltar los ánimos del público pero en el fondo, debajo del ruido que cubre la superficie, todo sigue igual. De una manera o de otra, Assange ya perdió”, asegura el diplomático.El martes 19 de junio, el fundador de WikiLeaks, la organización internacional responsable de la filtración de más de 250.000 despachos diplomáticos de las embajadas de Estados Unidos alrededor del mundo, ingresó al edifico de estilo victoriano localizado en el número 3 de la Calle Hans Crescent, en el exclusivo sector de Kensington, y solicitó formalmente el asilo político al Gobierno de Ecuador. Aunque la medida tomó por sorpresa a buena parte de las personas que venían siguiendo el caso de Assange, y sobre todo a las autoridades inglesas, que desde el otoño del 2010 gestionan una solicitud para que el activista sea extraditado a Suecia y responda las preguntas de un fiscal de aquel país en relación a un caso de abuso sexual, para Crawford, es evidente que no se trató de una decisión intempestiva.“Eso no es algo que se haga sin premeditación, tiene que haber habido al menos algún tipo de diálogo previo entre Assange y representantes del Gobierno ecuatoriano”, aseguró. En efecto, durante los días anteriores al ingreso del ciudadano australiano, la sede diplomática del país suramericano —que es contigua a la Embajada de Colombia— recibió las adecuaciones necesarias para hacerla habitable, como la instalación de una ducha y una pequeña cocina en una de sus habitaciones. De otra manera, habría sido prácticamente imposible acomodar a Julián Assange en el apartamento de diez cuartos, equipado únicamente para el desarrollo de actividades administrativas y diplomáticas.Christine, la madre de Assange, ha dicho que los amigos que lo visitan “ponen música y lo invitan a bailar”. Sin embargo, también ha expresado inquietud por la salud de su hijo. El mes pasado dijo que Julián padecía un estrés grave debido a las varias semanas de confinamiento y a los más de 18 meses de batallas legales en medio de las rigurosas condiciones de la libertad condicional en Gran Bretaña.“Está sometido a mucho estrés. Ha sido un estrés prolongado desde hace casi dos años y en condiciones que son similares a la detención”, manifestó. Casi un búnkerSegún reporta el periódico The New York Times, el cuarto del activista se ha acondicionado con un colchón inflable, una instalación de internet que le permite seguir al frente de las actividades de su organización, una máquina de caminar, y una lámpara solar que sus allegados le han regalado para compensar la falta de luz natural del espacio, desprovisto de ventanas. Las pocas personas que lo han visitado le han confiado a la prensa que quien fuera elegido en 2010 por los lectores de la revista Time como el hombre del año, ha padecido quebrantos de salud y espirituales a causa del prolongado encierro. Una de ellas, Jeremie Zimmerman, declaró: “Ha vivido muchos años libre, sin tan siquiera un domicilio permanente que lo limitara, y ahora está totalmente aislado”. A juzgar por las palabras del canciller William Hague, es probable que ese aislamiento se extienda indefinidamente. “No existe un límite de tiempo para resolver esta cuestión”, declaró el representante del Gobierno inglés, luego de rechazar la decisión ecuatoriana de reconocerle el asilo diplomático a Assange. De esta manera, como si nada hubiera cambiado, la Policía londinense monta guardia día y noche a las puertas de la Embajada ecuatoriana. Sus órdenes son las mismas: capturar al australiano si abandona su santuario. Sin embargo, la situación de Assange no es la misma que cuando cruzó la puerta de la Embajada dos meses atrás. Entonces, era un hombre que se había ganado muchos enemigos poderosos, y que estaba envuelto en una investigación en Suecia relacionada con un caso de abuso sexual. Si bien él sostenía que era un perseguido político, sus argumentos no habían logrado convencer a las autoridades inglesas de que no procedieran de acuerdo a la solicitud de extradición formulada por la justicia del país nórdico. Esos mismos argumentos, no obstante, lograron convencer al Gobierno ecuatoriano de que le concediera el asilo diplomático, como quedó expuesto en el detallado pronunciamiento del canciller Ricardo Patiño. “El pretexto son unos posibles delitos sexuales, pero el trasfondo es político”, sostiene el exmagistrado de la Corte Constitucional José Gregorio Hernández. La teoría de Assange, que ahora cuenta con el respaldo de un Estado democrático, es que detrás de la solicitud de extradición realizada por Suecia se esconden las presiones del Gobierno estadounidense que, según él, está preparando una acusación en su contra como retaliación por la humillación sufrida a causa de las revelaciones que ha hecho WikiLeaks, no sólo de algunos de sus documentos diplomáticos confidenciales, sino también de registros de las guerras de Iraq y Afganistán, entre otros. Como sostuvo el canciller Ricardo Patiño en su intervención del jueves: Assange podría ser víctima de una persecución política y en EE.UU. no tendría garantías para un juicio justo. Para el exmagistrado Hernández, se trata de un hecho sin antecedentes, característico del nuevo orden mundial posterior a los ataques terrorista del 11 de septiembre del 2001, en donde “los derechos humanos son subalternos a la seguridad nacional”. En efecto, la tradición estadounidense consiste en acoger a los perseguidos políticos de todas partes del mundo, pero en este caso es el país norteamericano el que asume el papel de perseguidor, y es Ecuador el país que ofrece refugio. ¿Y qué hay de los enfrentamientos entre la administración de Rafael Correa y los medios de comunicación ecuatorianos?“Los críticos confunden al presidente con el Estado”, asevera Hernández, “que en este caso me merece toda la credibilidad, más allá de la actitud personal del Presidente y su intolerancia hacia los medios de su país”. En Inglaterra se han recibido con recelo las insinuaciones de que todo obedece a una elaborada conspiración maquinada por EE.UU. para hacerse contra uno de sus principales detractores, alguien para quien la congresista Diane Feinstein, presidente del Comité de Inteligencia del Senado, ha pedido un juicio por espionaje, un delito que podría acarrear la pena de muerte. “Es tan sencillo como que Julián Assange incumplió los términos de su libertad bajo fianza, violando las leyes inglesas”, sugiere Crawford, un miembro del cuerpo diplomático inglés a lo largo de tres décadas. ¿Cómo se resuelve el ‘entuerto’? “La clave es encontrar una manera en que tanto el Gobierno ecuatoriano como el inglés puedan ceder sin que parezca que están bajando la cabeza”, explica el ex embajador, “la diplomacia es una cuestión sustantiva, pero en algunas ocasiones mucho más un asunto de simples apariencias”.

AHORA EN Mundo