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Juez suspende nombramiento de Lula minutos después de asumir como ministro

El acto de posesión se llevó a cabo en medio de aclaradas protestas en Brasil. Lula es investigado por el escándalo de fraude a Petrobras.

17 de marzo de 2016 Por: Elpais.com.co | AFP.

El acto de posesión se llevó a cabo en medio de aclaradas protestas en Brasil. Lula es investigado por el escándalo de fraude a Petrobras.

[[nid:517998;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/563x/2016/03/dilma_rousseff_y_lula_da_silva.jpg;full;{El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva juró como jefe de gabinete del gobierno encabezado por Dilma Rousseff, que cruje entre acusaciones de corrupción y una fuerte recesión económica.AFP.}]]

Minutos después de que Luiz Inacio Lula da Silva asumiera como jefe de gabinete de la presidenta Dilma Rousseff, el juez de Brasilia Itagiba Catta Preta Neto anuló provisionalmente la investidura del expresidente, quien es investigado por el escándalo de fraude a Petrobras.

"Interrumpo el acto de nominación del señor Luiz Inacio Lula da Silva para el cargo de Ministro de Estado jefe de la Casa Civil o cualquier otro que le otorgue prerrogativa de foro", señaló la decisión del juez Itagiba Catta Preta, que aún debe ser revisada por instancias judiciales superiores.

La decisión preliminar será apelada por los abogados del Estado. 

El acto de posesión se llevó a cabo en medio de una ceremonia con ambiente de mitin político que atribuía a "golpistas" las denuncias de corrupción que desestabilizan al gobierno brasileño.

Lea también: Filtración telefónica entre Rousseff y Lula agudiza crisis en Brasil.

La ceremonia duró poco tiempo y estuvo rodeada de acaloradas protestas de grupos opositores que se negaron al nombramiento y también manifestaciones que apoyan al expresidente.

"La gritería de los golpistas no me va a sacar del rumbo ni va a poner de rodillas a nuestro pueblo", declaró Dilma Rousseff. 

"¡No habrá golpe! ¡No habrá golpe!", coreaban por su lado los asistentes al acto en el Palacio de Planalto, en Brasilia.

La entrada de Lula al gobierno es presentada por los analistas como una última tentativa de Rousseff para evitar el juicio de destitución que impulsa en su contra la oposición en el Congreso, por presunta manipulación de las cuentas públicas.

"Cuento con su experiencia de expresidente, con su identificación con el pueblo de este país, con su incomparable capacidad (...) de entender a ese pueblo y de ser entendido y amado por él", afirmó la mandataria, levantando estruendosos aplausos.

"Usted tiene la grandeza de los estadistas y la humildad de los verdaderos lideres", agregó Rousseff, que ocupó cargos ministeriales, incluyendo el de jefa de gabinete, durante los dos mandatos de Lula (2003-2010).

[[nid:517822;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/563x/2016/03/brasil-protestas.jpg;full;{Miles de personas se congregaron espontáneamente frente a la sede de la Presidencia en Brasilia, para protestar en contra de Rousseff y expresar su apoyo al juez Moro. Foto: Elpais.com.co | AFP}]]

El impacto esperado de la entrada de Lula al gobierno se vio eclipsado por la divulgación la víspera de una llamada telefónica en la que Rousseff le anunciaba a Lula que se aprestaba a enviarle el decreto de su nombramiento para que pueda "usarlo en caso de necesidad".

Esa frase alimentó la sospecha de que el nombramiento de Lula era una maniobra para dotar de fueros especiales al exjefe de Estado, permitiéndole escapar a la justicia ordinaria y en especial a un eventual pedido de detención en su contra.

Miles de personas se manifestaron durante la noche en varias ciudades para exigir la partida de Rousseff, que al igual que Lula pertenece al izquierdista Partido de los Trabajadores (PT).

Pero Rousseff reiteró que su conversación con Lula no tenía ningún propósito equívoco y denunció la filtración de la conversación telefónica por el juez Sergio Moro, que investiga el escándalo Petrobras.

"No hay justicia cuando las garantías constitucionales de la propia Presidencia de la República son violadas", proclamó Rousseff, levantando el entusiasmo de la sala.

Un breve tumulto se produjo en la ceremonia cuando un diputado se levantó al grito de "¡Vergüenza!", ante los abucheos de los presentes.

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