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Inminente culminación del túnel para rescate de mineros

En el proceso de rescate los mismos obreros deben participar, usando dinamita para ensanchar la boca final del ducto. Periodistas de todo el mundo llegan para cubrir el rescate.

8 de octubre de 2010 Por: Elpais.com.co | EFE

En el proceso de rescate los mismos obreros deben participar, usando dinamita para ensanchar la boca final del ducto. Periodistas de todo el mundo llegan para cubrir el rescate.

Familiares de 33 los mineros sepultados desde hace más de dos meses esperaban el viernes ansiosos la inminente culminación del túnel que permita devolver a los hombres a la superficie, en un proceso en el que quizá los mismos obreros deban participar, usando dinamita para ensanchar la boca final del ducto.Aunque temprano, el ministro de Salud, Jaime Mañalich, había dicho a los reporteros al llegar a la mina que la evacuación final podría ser el martes, horas después en una conferencia de prensa conjunta, su colega de Minería, Laurence Golborne, aclaró que se espera culminar el túnel dentro de las próximas 24 horas y que el rescate podría darse de tres a 10 días después.A partir del momento en que se termine de cavar, dijo Golborne, pueden pasar esos días, y todo dependerá de si se refuerza total o parcialmente el ducto con tubos de acero que faciliten el desplazamiento de la jaula o cápsula en la que serán izados uno a uno los mineros.Golborne agregó que esa decisión sólo se tomará cuando concluya la excavación y se examine la boca final del hoyo, a 624 metros de profundidad, donde queda un taller al que los mineros tienen acceso a través de una galería de unos 360 metros.Ese taller está a un nivel superior al refugio, a 700 metros, donde los mineros quedaron atrapados el 5 de agosto poco después de mediodía, cuando unos entraban y otros culminaban su almuerzo.Para ensanchar la salida, dijo Golborne, se está analizando si se usará dinamita, lo que harían los propios mineros.Al menos cinco de los 33 hombres atrapados son licenciados en manejo de explosivos. Usarían unos 20 cartuchos de dinamita, o unos cinco kilos, dijo André Sougarret, jefe del operativo de rescate.Si se produce esa detonación, los mineros deberán refugiarse a una distancia de unos 400 metros, espacio del que disponen porque también tienen acceso a una rampa de unos 2.000 metros.El problema con el derrumbe en la mina de cobre y oro fue que las 700.000 toneladas de roca que se calcula cayeron, bloquearon partes de esa rampa en forma de caracol, y que llega a la superficie.Golborne reiteró los riesgos de introducir en el ducto, usando una gigantesca grúa, la tubería de acero, un proceso llamado encamisado o "casing"."Se tiene que hacer cuidadosamente... (hacerlo) en forma inapropiada podría hacer perder una de las partes del encamisado y eso sería un tremendo desastre", señaló.La decisión final la tomará un grupo de al menos ocho expertos del equipo de rescate que examinan con rayos X el proceso de sellado de los tubos de acero, de 12 metros cada uno, pero que en la superficie se unen en unidades de 24 metros, para introducirlos en el hoyo.Ese proceso "no es una nimiedad técnica", dijo.Los funcionarios dijeron que la perforadora T130, el llamando Plan B de rescate, lleva ya 584 metros, es decir que está apenas a 40 metros de su meta, el taller.Pero la T130 está detenida desde las cinco de la mañana del viernes y sólo reanudará operaciones al final del día porque se le están cambiando los martillos.Las otras dos máquinas, la Strata 950, o Plan A, que busca llegar al refugio; y el Plan C, que realiza la petrolera Rig 421 y que debe llegar a la galería intermedia entre el refugio y el taller, están detenidas, o por cambio de piezas o para redireccionar su túnel.Golborne dijo que seguirán los trabajos de las perforadoras aún cuando una llegue a destino, para tener un respaldo.También afirmó que los mineros estaban tranquilos y trabajando, y su colega de Salud dijo que "algunos han tenido manifestaciones de ansiedad" ante la cercanía de su salida, aunque no dio detalles.Mañalich aseguró que ninguno de los mineros será sedado cuando suba, porque necesitan estar alertas.Descartó esperar la salida de los 33 para trasladarlos en helicóptero al hospital de Copiapó, capital de la región de Atacama, donde se ubica la mina, ya que eso podría demorar dos días, porque cada ciclo de subir y bajar la jaula y alistar al siguiente minero puede tomar una hora.En vez, en grupos de tres a cuatro por vuelo los mineros llegarán al hospital, donde permanecerán mínimo 48 horas.En Santiago, la portavoz de La Moneda, Ena Von Baer, dijo que no pueden "establecer el día exacto (para el rescate)", pues depende de la situación con la cual los técnicos se encuentren en el momento en que rompan, dijo."Ahí se verá si tenemos o no tenemos que encamisar, y por lo tanto, cuántos días nos podríamos demorar", añadió.Termina la espera para los familiaresPero las primeras palabras del ministro de Salud ya habían calado entre los familiares de los mineros, que reaccionaron con euforia y esperanza renovada."Es una muy buena noticia, ya que estábamos todos a la expectativa de que rompieran primero y después se diera la fecha (del rescate). Me imagino que van a romper cuando llegue la esposa del Presidente", dijo Lilianet Ramírez, esposa del minero Mario Gómez."Estoy muy feliz. No creí que el rescate fuera tan luego. Supuestamente después del rompimiento se iban a demorar ocho días para sacarlos, pero si se adelantó estoy feliz", acotó Jéssica Yáñez, esposa de Esteban Rojas."Para mí que ya rompieron, ojalá sea así y tengan todo planeado para la próxima semana", opinó por su parte Wilson valos, tío de dos atrapados, Renán y Florencio valos, mientras Alberto Segovia, hermano de Darío, un poco más sereno, manifestó su esperanza de que "rompan hoy y después esperar el rescate más tranquilos"."Si hemos esperado tanto, podemos esperar un poquito más", añadió, mientras Antonia Godoy, madre de Richard Villarroel, expresó su ansiedad porque para ella el rescate supone dos nacimientos: el de su propio hijo y de su nieto.Para Antonia, ver a su hijo nuevamente es como darlo a luz otra vez, mientras espera también el nacimiento del hijo de Richard.El propio ministro Mañalich matizó después sus palabras iniciales: "Estamos preparados para dar todo el soporte (sanitario)", dijo a los periodistas."Si ocurre (el rescate) el martes 12, día del encuentro de dos culturas, o el día 13 ó 14, no lo sabemos, pero estamos preparados para recibirlos a partir del lunes por la noche", dijo."Durante los últimos días hemos sometido a los mineros a una intensidad física más intensa, regulada, pero mucho más intensa. Esto es para dar respuesta a situaciones de estrés máximo, para emular posibles situaciones durante el rescate", agregó el titular de Salud. Desde Rusia, Japón o Colombia, periodistas llegan a mina para relatar proezaDesde Rusia, Japón o Colombia, centenares de periodistas han llegado estos días a la mina San José para cubrir el rescate de los 33 obreros atrapados y comparar su proeza con situaciones similares vividas en sus países.En tanto, los mineros están recibiendo por videoconferencia clases de oratoria para enfrentarse a la horda de periodistas que les esperan en la superficie, pertenecientes a los 130 medios internacionales y 50 nacionales que se han acreditado.Las historias de los periodistasCurtido en numerosas guerras, como las de Irán y Afganistán, el periodista ruso Leonid Kanfer llegó junto a su camarógrafo hasta este apartado rincón del desierto de Atacama tras 25 horas de viaje desde el otro extremo del planeta.Kanfer trabaja desde hace nueve años para el canal REN TV, que es el único medio ruso que se ha desplazado hasta el yacimiento San José, escenario de un acontecimiento que en su país resulta interesante por las similitudes con la situación de la minería en Rusia."En Rusia también hay bastantes minas, de vez en cuando hay accidentes, hay tragedias, y es muy interesante la forma en que el Estado enfrenta el problema y cómo se ve el trabajo del minero", dice a Efe."Tratamos de comparar el problema de la minería chilena con la rusa", precisa Kanfer con la ayuda de Oleg Yasynsky, un fotógrafo ucraniano afincado en Chile que hace las veces de traductor.Pertrechado con una cámara, el periodista japonés Marcos Naoki Takemuta se mueve por el campamento "Esperanza" con una sonrisa en el rostro, tras la que esconde su acento brasileño, huella del país en el que tiene su base de operaciones.Takemuta, enviado especial de TB5 del país asiático, llegó el pasado 27 de septiembre a la mina junto a otros dos compañeros.Allí se encontró con otros compatriotas que envían sus despachos para otras dos televisiones de Japón, una estatal y otra privada.Cuenta Takemuta que esta expectación se debe a que la proeza de los mineros constituye "un acontecimiento único: lograron un récord de permanencia debajo de la tierra y para los japoneses es una muestra de una fuerza muy grande, de un gran samurái".Entre las decenas de periodistas que cada día recorren la mina, se oyen saludos en inglés, conversaciones en francés y, por supuesto, muchos acentos latinoamericanos: argentinos, peruanos, colombianos.Una de esas voces es la de Luis Efranco, de RCN Colombia, que destaca la dosis de humanidad que destila la experiencia que están viviendo los mineros frente a los dramas que se viven en su país, entre guerrillas y narcotráfico.Para él también han sido importantes las muestras de solidaridad que se han profesado entre los periodistas, algo que cobra aún más importancia cuando en medio del desierto los medios técnicos y materiales son muy limitados.Todos estos periodistas y camarógrafos, que han establecido una relación de buena convivencia con familiares de los mineros y encargados del rescate, afilan ya sus lápices y micrófonos para entrevistar a los protagonistas, cuya salida se espera para los próximos días.Pero los mineros, poco acostumbrados a los focos de la fama, están recibiendo instrucciones para lidiar con las preguntas más incisivas.A ello se dedica, durante una hora al día, Alejandro Pino, periodista y miembro de la Asociación Chilena de Seguridad."Les dije que no miren al periodista como un enemigo, como una persona agresiva", explica este hombre, que ya envió a los 33 mineros un ejemplar de su libro titulado "Técnicas de oratoria"."Les dije también que iban a tener cien o doscientos micrófonos de vociferantes periodistas que van a estar lanzándole cada uno una pregunta. Ustedes, la primera que escuchen, ésa la contestan", dice Pino, como ejemplo de la avalancha de interrogantes que seguirán a los mineros en su vuelta a la superficie.

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