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Incineran el cuerpo de Saramago acompañado por uno de sus libros

Los gobiernos de Portugal y España, junto a muchos amigos e intelectuales, dieron este domingo un emocionado adiós a José Saramago, cuyos restos fueron incinerados mientras su esposa, Pilar del Río, pedía que sólo lloren quienes no le conocieron.

20 de junio de 2010 Por: Elpais.com.co | Agencia EFE

Los gobiernos de Portugal y España, junto a muchos amigos e intelectuales, dieron este domingo un emocionado adiós a José Saramago, cuyos restos fueron incinerados mientras su esposa, Pilar del Río, pedía que sólo lloren quienes no le conocieron.

El Nobel portugués José Saramago fue incinerado este domingo en la capital lusa junto a una edición de 'Memorial del convento', una de sus obras fundamentales y gracias a la que conoció a su mujer, Pilar del Río.La obra fue depositada junto a su féretro por Eduardo Lourenco, coetáneo de Saramago y considerado uno de los intelectuales portugueses más destacados del siglo XX.Lourenco entregó el libro, con lágrimas en los ojos, a Pilar del Río, y escribió unas palabras que nadie leyó, ya que fue cerrado y depositado junto al féretro en la capilla ardiente del Salón de Plenos del ayuntamiento lisboeta.Por deseo de su ahora viuda, el libro fue colocado entre las manos del escritor antes de cerrar el féretro e incinerado con él. Blimunda, la protagonista de 'Memorial del convento' y una de los personajes femeninos más importantes y logrados de Saramago, fue también la celestina involuntaria entre José y Pilar.Ocurrió en 1986, cuando Pilar del Río, entonces una joven periodista que trabajaba en Sevilla, compró el libro y le gustó tanto que lo regaló a sus mejores amigas, a las que comentó su determinación de conocer a ese hombre capaz de llegar tan al fondo del alma femenina a través de Blimunda.Lo llamó a Lisboa, le explicó que le gustaría conocerlo y quedaron al 14 de junio de 1986. Así quedó señalado en la agenda anual de Saramago, junto a una flor seca. Una agenda que, junto a toda su obra, forma parte de la exposición Saramago: la consistencia de los sueños, que se ha podido ver en Lanzarote, Sao Paulo y Lisboa.Las cenizas de Saramago y Blimunda -así se llama también la casa del escritor en Lisboa- reposarán en breve en un lugar de la capital que no ha sido revelado, pero es deseo de su viuda que sea un sitio que permita a los lectores de José sentarse a leer sus obras o dejarle flores.Saramago, a cuyas honras fúnebres asistieron numerosas personalidades, amigos y autoridades de Portugal y España, falleció el viernes, a los 87 años de edad, en su casa de la isla española de Lanzarote y sus restos fueron velados desde ayer sábado en Lisboa. Portugal y España tributan un último y emocionado adiós a SaramagoLos gobiernos de Portugal y España, junto a muchos amigos e intelectuales, dieron este domingo un emocionado adiós a José Saramago, cuyos restos fueron incinerados mientras su esposa, Pilar del Río, pedía que sólo lloren quienes no le conocieron.El primer ministro luso, el socialista José Sócrates, y la vicepresidente del Gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega, encabezaron el nutrido grupo de autoridades presentes en las honras fúnebres.Ante el ataúd del Nobel, que vio desfilar a miles de personas desde que el sábado fuera abierta la capilla ardiente en el Ayuntamiento de Lisboa -por primer vez-, el alcalde de la ciudad y gran admirador del escritor, Antonio Costa, pronunció un sentido "obrigado José Saramago" para agradecer su huella humana y literaria.Para Fernández de la Vega, que tomó también la palabra en el acto, el escritor supo "hacer sonar las cuerdas del alma". Y las páginas de ilusiones, sueños y compromisos que desgranó forman parte de los tesoros de una cultura universal, que queda huérfana de su voz "muy humana y muy digna".Mientras cientos de personas seguían la ceremonia por una pantalla de televisión instalada en la fachada del Ayuntamiento, el ensayista Carlos Reis, el secretario general del Partido Comunista Portugués, Jerónimo de Sousa, y la ministra lusa de Cultura, Gabriela Canavilhas, evocaron también al "maestro y amigo Saramago".Su mujer, Pilar del Río, la hija y los nietos del escritor, asistían emocionados al acto, que concluyó con la interpretación de una pieza de Bach al violonchelo.La interpretó la concertista Irene Lima, vestida con el traje rojo que llevó Pilar del Río cuando Saramago recibió el Nobel y en el que él mismo escribió a mano esta frase: "quiero estar dónde esté mi sombra si es ahÍ donde estarán tus ojos".Al término de la ceremonia, los asistentes, entre ellos numerosos intelectuales y amigos del escritor, expresaron sus condolencias a la familia y Pilar del Río salió al balcón del Ayuntamiento para dar un saludo agradecido a los muchos lisboetas que acudieron a la Cámara Municipal.Jerónimo de Sousa, en nombre del Partido Comunista en el que militó Saramago hasta su muerte, expresó el luto de "todo el pueblo al que amó y fue fiel" y subrayó que el Nobel no se limitó a narrar y participó activamente en muchas de las causas que defendió.La ministra Canavilhas resaltó, como los otros oradores, la fuerza que aportó Pilar del Río a la vida y la obra de un autor con una destacada colaboración a la "afirmación y difusión de la lengua y la literatura portuguesa y lusófona"."Era un hombre sencillo y valeroso del que se enorgullece Portugal", afirmó la titular lusa de Cultura, que recordó también el compromiso polÍtico de Saramago y su "comunismo hormonal".El alcalde Costa anunció en su intervención que las cenizas de Saramago reposarán en Lisboa, la ciudad donde trabajó y escribió, en la que presidió su Asamblea Municipal y dónde reside la Fundación que lleva su nombre.

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