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Las imagen muestran al sargento José David Parada junto a su perro Tom, con el que realizaba actividad antinarcóticos. | Foto: Especial para El País

VENEZUELA

Habla militar de Venezuela que desertó: "la moral de la GNB está por el piso"

José David Parada, suboficial antidrogas de la Guardia Bolivariana, habló de su fuga y del malestar entre las tropas.

28 de febrero de 2019 Por: Hugo Mario Cárdenas / El País

José David Parada, sargento mayor tercero de la Guardia Bolivariana, adscrito al Comando Nacional Antidrogas, aprovechó la tensión del pasado sábado con el ingreso fallido de la ayuda humanitaria a Venezuela y ‘pescó en río revuelto’.

“A eso de las 2:00 de la tarde rompimos brecha, cuando todo estaba tranquilo, y salimos de Venezuela por Arauca con mi perro y dos compañeros, por el Amparo”.

Luego de cruzar el puente fue recibido por uniformados colombianos que lo llevaron hasta el lugar donde permanecen otros catorce efectivos que huyeron de la Armada, el Ejército y la Guardia venezolana.

El sargento Parada aseguró que fue bien recibido en Colombia por la Policía, la Acnur y el Gobernador de Arauca, que siente que está del lado correcto y que muchos uniformados quieren desertar, pero que hay temor por las amenazas de los superiores.

¿En qué momento decide escapar de Venezuela hacia Colombia?

La realidad es que no planifiqué absolutamente nada de esto, pero se presentó el día y la oportunidad y me vine impulsado por la situación que estamos atravesando, que es bastante difícil. Imagínate que con el sueldo que te pagan allá no te alcanza ni para medio bulto de harinapan. En realidad es grave la escasez de medicinas y de alimentos.

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¿Ustedes, como militares, también están sintiendo esa situación?

Quizá yo como miembro de la Guardia Nacional Bolivariana podría cubrir y resolver mis necesidades más fácilmente, pero los familiares de uno no, ‘chamo’. Hay mucha gente pasando hambre en Venezuela porque la situación está demasiado difícil y de verdad que el sueldito que uno recibe solo alcanza para cinco bolsas de harinapan y más nada.

Mucha gente tuvo que sumarse a la cadena del contrabando para subsistir, ¿cómo hace un militar para sostenerse con esa plata?

Para nosotros, en la parte militar, si estamos en una zona productora, por lo menos se apoya uno con esos productores o ganaderos que le ayudan y les hace uno favores; otra forma es cuando está uno libre y puede estar con ellos trabajando en la calle como escolta, brindando seguridad y eso sirve al menos para cubrir parte de las necesidades.

¿De cuánto era su salario como sargento mayor tercero en el Comando Antinarcóticos?

Lo que yo recibía mensual eran 30.000 bolívares. Imagínate, y nadie hace nada y los precios por las nubes. Una bolsa de harinapan vale 4000 bolívares, un kilo de arroz vale 4000 bolívares y un kilo de carne cuesta 10.000 o 12.000 bolívares; entonces, si compras para el mes tres kilos de carne, son 36.000 bolívares y tienes que poner de más para completar; y entonces, ¿las demás necesidades?

¿Por qué se trajo a su perro?

Tu sabes que ese perro es como el hijo mío; todo el día anda conmigo para arriba y para abajo, y si ese ha sido mi compañero, cómo lo podía dejar. Mi perro y yo somos un equipo de trabajo y por eso viene conmigo.

¿El también pertenecía a la Guardia Nacional Bolivariana?

Esos perros son de nosotros, pero resulta que al terminar el entrenamiento y tener los certificados, pasan a ser de la institución Guardia Nacional y ‘les dan la alimentación’, dicen, pero la verdad es que eso termina cubriéndolo uno del sueldo.

¿Pero si no alcanza para alimentarse ustedes, cómo hacen para alimentar también el perro?

Como te dije anteriormente, le toca a uno de la manera que sea, resolver.

¿Y dónde está ahora el canino?

El perro está bien, con las unidades caninas en Colombia y lo han vacunado, le han dado vitaminas y alimento. Eso me alegra.

¿Intentó persuadirlo alguien o temía que lo siguieran sus compañeros al saber que iba huyendo?

La verdad es que nadie te dice nada, ni nadie va a hacer nada porque ellos, los miembros de la Fuerza Armada, tampoco están de acuerdo con lo que viene ocurriendo en Venezuela. Lo que pasa es que la mayoría tiene miedo de dejar todo botado. Por eso es que no es fácil tomar esta decisión; sé que muchos quieren hacerlo, pero eso los detiene.

¿Cómo se siente en el estamento militar la situación que se registra actualmente en su país?

La realidad es que la moral está demasiado baja. La moral de los militares en Venezuela está por el piso, pero no tienen otra opción que mantenerse. Porque si uno se opone o deja de manifiesto que piensa diferente o no está de acuerdo con las ordenes que dictan los superiores, pues sencillamente lo joden y lo meten preso. Por eso es que no hay otra manera que quedarse callado y cumplir las órdenes, por más que no se esté de acuerdo con ellas.

¿Y por qué más gente no se viene?

Es que uno vive bajo amenazas de los comandantes, los generales y los oficiales. El día que nosotros nos vinimos, el general llegó pegando gritos, que esos guardias qué importan, que traidores y le dijo a un guardia que estaba distraído: ‘mira guardia, si te querés ir para allá, vete pues; vete, pero te voy a dar un tiro’. Entonces los militares subalternos, los que somos las tropas, estamos bajo amenazas y humillados.

¿Es cierto que en el rango preferencial de Nicolás Maduro van primero los colectivos armados y luego las tropas oficiales?

No tengo mucho conocimiento de eso porque el tema de que los colectivos armados estaban operando por el país y que sacaron los presos de las cárceles y los uniformaron lo vine a escuchar fue ahora que nos vinimos; pero la verdad es que yo nunca tuve contacto con ninguno de esos grupos subversivos.

¿Y qué sabe de la presencia de los cubanos en la Fuerza Armada?

Mira, los cubanos están metidos es en el Ministerio de la Defensa, allá arriba, donde están los jefes, donde están los generales, y ellos no solo son los que asesoran, sino que son los que imparten las órdenes.

¿Qué consejo les daría a sus compañeros de armas?

Yo les diría simplemente que se pusieran del lado correcto y que pensaran en sus familias; que pensaran en la realidad que están viviendo, que ellos bien saben que la situación está demasiado difícil, que lo piensen bien y que se vengan.

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