El pais
SUSCRÍBETE

Inicio

Mundo

Artículo

España vivió el 23 de febrero de 1981 cerca de 18 horas de tensión ante el intento de golpe de Estado por parte de miembros de la Guardia Civil.

España recuerda los 30 años del fallido golpe de Estado

Desde hace 30 años los españoles están atrapados por este día, el 23 de febrero de 1981 y hoy en la Cámara Baja, el escenario principal del fallido golpe, volverán a reunirse políticos y periodistas, entre ellos, el actual presidente del Congreso, José Bono, para celebrar el triunfo de la democracia.

4 de febrero de 2017 Por: Por Diego Muñoz, corresponsal en España

Desde hace 30 años los españoles están atrapados por este día, el 23 de febrero de 1981 y hoy en la Cámara Baja, el escenario principal del fallido golpe, volverán a reunirse políticos y periodistas, entre ellos, el actual presidente del Congreso, José Bono, para celebrar el triunfo de la democracia.

La televisión no deja de pasar la imagen del entonces teniente coronel de la Guardia Civil, Antonio Tejero, en el momento en que hoy, hace 30 años, irrumpió en el Congreso de los Diputados en Madrid y con una pistola en la mano gritó: ¡Quieto todo el mundo! Ha sido por mucho tiempo una imagen fija en la historia española. Pero desde hoy la imagen tendrá movimiento cuando los cines españoles empiecen a proyectar la película sobre este fallido golpe de Estado que marcó para siempre a la recién nacida democracia.Cuatro millones de euros de presupuesto, ocho semanas de rodaje, filmando inclusive en el interior del Congreso de los Diputados, donde aún se conservan algunos de los agujeros de las balas de la pistola de Tejero, y todo un trabajo de investigación y documentación detrás, hacen que 23F, la película, augure una buena entrada, sobre todo de los españoles de menos de 40 años que no recuerdan bien el episodio o que solo oyeron a sus padres contarlo.Chema de la Peña, el director, ha entrevistado a casi todo los implicados entre políticos, periodistas y militares, con algunas contadas excepciones, quizá las más importantes, el propio Tejero, el ex general Alfonso Armada y el ex comandante Ricardo Pardo Zancada.“La idea -dice de la Peña- era tener una visión propia de las casi 18 horas que duró el golpe y el secuestro de los diputados y hemos hecho un guión cuidadosamente contrastado cronológicamente, cada instante, cada minuto y creo que el espectador se deja atrapar por las sensaciones, las emociones y los personajes. Entre estos últimos, el general de la Guardia Civil José Luis Aramburo Topete, que fue el que estuvo a cargo de la operación para detener a Tejero”.Lo cierto es que desde hace 30 años los españoles están atrapados por este día, el 23 de febrero de 1981 y hoy en la Cámara Baja, el escenario principal del fallido golpe, volverán a reunirse políticos y periodistas, entre ellos, el actual presidente del Congreso, José Bono, para celebrar el triunfo de la democracia.Pero, ¿por qué tanto culto a esta fecha? Porque, de manera simple, lo que ocurrió aquel día puso a prueba la fortaleza de la transición democrática iniciada tras la muerte del dictador Francisco Franco en 1975. Fue un intento fallido perpetrado por un grupo de al menos 450 militares, cuyo episodio más conocido fue el asalto al Congreso por parte de Tejero y un grupo de guardias civiles, durante la sesión de votación para la investidura del candidato a la Presidencia del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo.Hay que resaltar que era una época difícil para España, los años de la transición, del paso entre la dictadura y la democracia y que los problemas estaban a flor de piel: crisis económica, dificultades para organizar los territorios (Cataluña, País Vasco), la arremetida violenta de la banda terrorista ETA y, sobre todo, la resistencia de ciertos sectores del Ejército a aceptar un sistema democrático.El descontento de los militares y la debilidad creciente del presidente de gobierno, Adolfo Suárez, ante su propio partido, que lo llevó a presentar su dimisión el 29 de enero de 1981, alentaron aún más los aires golpistas. Para entonces, Leopoldo Calvo Sotelo había sido elegido candidato para reemplazar a Suárez, pero su investidura no había contado con los votos necesarios el 20 de febrero, por lo que tres días más tarde, el 23, debía darse la votación final.Fue el día escogido por los golpistas para su intentona, que tenía, como la mayoría de los golpes, un plan bien trazado y mano dura desde el primer instante, promovida por el capitán Jaime Milans de Bosch y una mano abierta y blanda, por el general Alfonso Armada, en aquel momento hombre de confianza del Rey Juan Carlos de Borbón.A las 6:00 de la tarde se inició la votación nominal para la investidura de Calvo Sotelo. Eran las 6:22, momento en que iba a votar el socialista Manuel Núñez Encabo, cuando se inició la llamada operación Duque de Ahumada, en referencia al fundador de la Guardia Civil y el instante escogido por Tejero para entrar pistola en la mano derecha, ordenar a todo el mundo quedarse quieto y luego, pedir que se tirasen al suelo.Pero allí estaba el vicepresidente de Gobierno, el teniente general Gutiérrez Mellado, quien se enfrentó a Tejero y le pidió que se rindiese. Hubo un forcejeo tras el cual, para demostrar que el golpe iba en serio, Tejero hizo varios disparos.En Valencia, siguiendo el Plan, se sublevó el capitán general Jaime Milán de Bosch, quien sacó los tanques a la calle, esperando los sucesos de Madrid mientras que en otros lugares, los objetivos de los militares no se alcanzaban, como tomar la radio y la televisión para difundir un comunicado oficial del golpe.Pero la negativa del Rey a apoyar el golpe permitió abortarlo a lo largo de la noche mientras los directores del mismo negociaban en el hotel Palace, situado frente a la sede del Congreso.Poco a poco los militares implicados fueron cediendo terreno, viendo que lo que habían planeado se le venía abajo, que las cosas no les salieron como esperaban y llegaron los enfrentamientos entre ellos, como por ejemplo entre Tejero y Armada.A la 1:14 de la madrugada del 24 de febrero, el Rey intervino en televisión, vestido con su uniforme de capitán general de los ejércitos rechazando el golpe y presto a defender la Constitución. Como jefe supremo, desautorizó a los comandantes implicados y dio los pasos necesarios para restablecer el orden. Esa misma mañana fueron liberados los diputados mientras que Tejero se entregó hacia el medio día.“Esa noche -según dice el congresista José Bono- el Rey se hizo Rey”. Entonces el actual presidente de Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, tenía 20 años. Hoy, será junto al Rey, el anfitrión de un almuerzo con casi todos los políticos que estuvieron aquel día en el Parlamento y con varios de los actores vivos de aquel instante

AHORA EN Mundo