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¿Escándalos tienen en la 'cuerda floja' a la monarquía de España?

Los recientes hechos han deteriorado la imagen de la Casa Real ibérica. Crecen voces que piden al rey Juan Carlos que abdique en favor de su hijo Felipe.

12 de enero de 2014 Por: Diego Muñoz | Corresponsal de El País en España

Los recientes hechos han deteriorado la imagen de la Casa Real ibérica. Crecen voces que piden al rey Juan Carlos que abdique en favor de su hijo Felipe.

En mayo de 2013, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que se encarga de las encuestas para elaborar cada mes el barómetro sobre los temas que más importan a los españoles, dejó de preguntar sobre la Monarquía, como hasta entonces era costumbre. ¿La razón? Era la segunda vez en toda su historia, que los resultados salían desfavorables a la institución encabezada por el rey Juan Carlos I. La Monarquía obtuvo 3,8 en la escala de 1 a 10, cuando estaba en efervescencia el escándalo del caso Nóos que involucra a la infanta Cristina y a su esposo, Iñaki Urdangarín, en una de las más grandes tramas de corrupción en España. Ayudaba a este bajón el propio Rey, envuelto en una serie de escándalos personales y, al que no le valió de mucho pedir, casi que obligado, unas desaliñadas disculpas al pueblo español. Algo olía mal en la familia real.Dos años antes, en octubre de 2011, la alerta de que, tanto la imagen del Rey como la de su familia se estaban desmoronando, la dio una puntuación de 4,89 en el barómetro del CIS, algo inesperado para un sistema político y empresarial que había cuidado al máximo a la institución y que prefería taparse los ojos o ver para otro lado ante, por ejemplo, los continuos amoríos del Rey con cantantes, actrices, presentadoras y damas de la alta sociedad, o el tema tabú de sus negocios personales. Nadie decía nada en España.Con este panorama, hoy el CIS, controlado por el Gobierno, ha preferido guardar las preguntas, tal vez para no mostrar hasta qué punto podría caer la estimación de los españoles hacia la Corona.Es posible que, tras la imputación de Cristina por delitos fiscales, si hoy se preguntara sobre la Monarquía, la puntuación sería aún más baja que la de mayo pasado. A falta de encuesta, esas preguntas la hacen medios de comunicación, con resultados esperados: la Corona sigue perdiendo credibilidad e imagen, el 62 % de los españoles quiere que el Rey se vaya y abdique a favor de su hijo, el príncipe Felipe, o que se vuelva a un sistema de Gobierno sin Corona, sin Casa Real, ni reyes, ni infantas (49 %). Fuera de España, la prensa internacional, incluyendo a los conservadores diarios norteamericanos, han dedicado páginas enteras a la noticia de la imputación de la hija del Rey y, de paso, han aprovechado para preguntarse si la institución podría colapsar en un futuro.Los más directos han sido los diarios italianos, que apuntan a las consecuencias que para la Corona española pueda tener que la Infanta se siente en el banquillo de los acusados. El Corriere della Sera, con su “Tiembla la Corona española”, deja entrever que de no salir bien parada de este trance, la Monarquía corre el peligro de dejar atrás 1300 años de historia de los borbones. La Republica, que tituló “La investigación pone en peligro el trono del rey Juan Carlos”, toma datos llamativos del sumario de Nóos y deja ver que la corrupción llegó a los más altos estratos de la sociedad española. Añade, además, las palabras de representantes de la izquierda que quieren que la monarquía se disuelva."El Rey ha hecho que el vaso de muchas paciencias se haya rebosado, ha sido una cadena de sucesos que ha llegado a crear la desconfianza del pueblo. La cacería en Botsuana, la lesión de su cadera, su relación con la Reina, los rumores de que sale con otras mujeres. Todo eso ha hecho que la imagen se haya ido desmoronando. Tanto en círculos gubernamentales como parlamentarios y, tras los cambios en la Casa del Rey con miras a mejorar la imagen del Monarca y la familia, se reconocía que don Juan Carlos había perdido una oportunidad de oro para seguir impulsando el acercamiento de su casa a los ciudadanos”, dice el exdirector del diario ABC de Madrid, José Antonio Zarzalejos.Agregó que la estrecha e íntima amistad del Rey con la empresaria alemana Corina zu Sayn-Wittgenstein, ha dejado de ser un rumor para convertirse en una certeza. “Hasta el punto de que hay documentación de que acompaña al Rey en viajes al extranjero y asume funciones de representación. El apartamiento de la infanta Cristina de actos oficiales y la ruptura del matrimonio de los reyes, ha convertido a la familia Borbón Grecia en desestructurada y mal avenida, con frecuentes enfrentamientos. La Reina, por su parte, entiende que su condición de madre del heredero de la Corona y esposa del Rey, le compromete a mantener las formas y asumir sus obligaciones oficiales”, dijo. Según la prensa especializada en la Casa Real, el Rey le atribuye a la reina Sofía gran parte de la responsabilidad en los “matrimonios pocos idóneos” de sus hijos. Elena, divorciada; Cristina, imputada en la investigación a su esposo, Iñaki Urdangarín; y el príncipe Felipe, casado con una presentadora de Tv. divorciada y con un carácter muy fuerte. Para Pascual Serrano, periodista de Le Monde Diplomatique, el caso de Cristina y su marido no ha hecho más que llamar la atención sobre “los negocios ocultos de la familia real”, algo que era tabú en los medios de comunicación españoles y que, poco a poco, ha hecho que pierda la imagen y el valor de la institución.“A diferencia de otras monarquías, como la británica, la española ha estado blindada frente a la críticas de los medios, en un caso de censura apoyado por directivos de prensa y la mayoría de los periodistas. El escritor y periodista británico, John Carlin, decía que existía una conspiración de silencio en torno a la familia real en la que participaban todos los medios españoles”, asegura. Pero eso hoy se ha roto. Tras los “despistes del Rey” (como lo llama la prensa “juancarlista”) ya hay voces que gritan que se vaya, Ahora, esos hechos se pueden ver en periódicos y libros, estos últimos, son los que han provocado más grietas.Para el editor Ramón Akal, que ha publicado libros sobre la familia real y sus negocios, no hay “suficientes obras y claras sobre la Monarquía española: siempre que estén escritas desde el rigor y la crítica razonada, nunca son suficientes”.“Los elementos en torno a la familia real y el Monarca, que despiertan indignación, son muchos y cada vez cuesta más silenciarlos: denuncias financieras y de corrupción, fortuna personal de oscuro origen, la burla de que sus casas, yates, vehículos, entre otros, aparezcan del Estado para que el erario público las mantenga y reparare; oscurantismo en su financiación pública, de la que no debe rendir cuentas, desmanes sexuales. Para intentar sanear la imagen se hizo una campaña para presentar el presupuesto de la Casa Real como ejemplo de austeridad con recortes, pero lo que no se dijo es que a eso hay que sumarle otras cantidades, como sueldo de empleados de la Casa del Rey, los escoltas. Esto es lo que sale a flote en libros sobre la Corona”, dijo Akal.La Monarquía, con tantos siglos de historia, quizás no se acabe mañana. Pero las grandes revoluciones han comenzado con el descontento de las clases populares y este va en aumento. Son varias las voces que piden el retorno a la vida republicana. La voz que mas suena es la del diputado Iñaki Anasagasti, del Partido Nacionalista Vasco. “Da pena que la sociedad española permanezca tan adormecida con la información sobre la Monarquía, da pena ver cómo los aparatos de los principales partidos actúan como tapadera de esta corruptela, no puede ser que como sociedad no se busquen alternativas. Impulsemos el rechazo a una Monarquía impuesta por el dictador Francisco Franco, optemos por la democracia directa, donde el pueblo tenga derecho a plantear consultas populares sobre temas conflictivos”.Anasagasti considera que como el estatus de la familia real no está consagrado en la Constitución, toda la parafernalia que les rodea no tiene sentido.“Toda esta ridiculez de reverencias de las señoras, besamanos, lecturas de pregones, presidencias, entrega de premios, tiene el mismo valor que si usted y su hijo se ponen a hacer lo mismo, pues ese papel no le está asignado en la Constitución. En ella solo se habla del Rey, de nadie más. De ahí que todas esas presidencias de organismos y de la credibilidad que se le atribuía a sus negocios, no es más que la evidencia de una Corte corrupta", agregó. A pesar del creciente número de españoles que no quieren más a la figura del Rey, el periodista Manuel López advierte que no será tan fácil hacer que abdique a favor del Príncipe Felipe. “El problema de Juan Carlos I no es su hija Cristina sino ver que la ola contra él se haga tan fuerte y tenga que dimitir. Y si eso ocurre, es posible que le pase igual a don Felipe, más adelante. Cuando el pueblo ve que puede, lo hace. Antes de que eso pase, el Rey debe pensarlo bien y dejar que su hijo, que tiene mejor imagen y más aceptación, salve la Corona, si no, ya no habrá vuelta atrás”.Por ahora la monarquía está a salvo por una razón: los españoles no quieren más a Juan Carlos, pero sí quieren que el Príncipe Felipe asuma el trono. Las encuestas privadas que La Zarzuela encarga cada 15 días para evaluar la aceptación de la monarquía así lo demuestran. Es verdad, el Príncipe asciende, pero cada pequeña subida de la institución motivada por una buena actuación del heredero, es devaluada casi que de inmediato por nuevos titulares del caso Nóos o el Rey.

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