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El Start, un nuevo camino en las relaciones de Rusia y EE.UU.

Una generación entera ha vivido con miles de armas nucleares apuntando a los centros de las más populosas ciudades, mientras algún oficial nervioso, sentado en Washington o en Moscú, espera la orden de apretar el botón rojo, que podría llevar la civilización a la extinción.

8 de enero de 2011 Por: Por Patricia Lee l Corresponsal de El País

Una generación entera ha vivido con miles de armas nucleares apuntando a los centros de las más populosas ciudades, mientras algún oficial nervioso, sentado en Washington o en Moscú, espera la orden de apretar el botón rojo, que podría llevar la civilización a la extinción.

Una generación entera ha vivido con miles de armas nucleares apuntando a los centros de las más populosas ciudades, mientras algún oficial nervioso, sentado en Washington o en Moscú, espera la orden de apretar el botón rojo, que podría llevar la civilización a la extinción. La aprobación, a fines de diciembre, por el Senado de Estados Unidos del tratado de control de armas estratégicas con Rusia ha sido un importante paso en la reducción de este peligro latente que pende sobre nuestras cabezas. Ahora se espera la ratificación por la Duma rusa.El Tratado de Reducción de Armas Estratégicas, Start, fue firmado en Praga en el mes de abril por los presidentes Barack Obama de Estados Unidos y Dmitry Medvedev de Rusia. El acuerdo, que tendrá una vigencia de diez años, obliga a los dos países a reducir sus arsenales a un máximo de 1.550 cabezas nucleares, emplazadas en un máximo de 700 cohetes, en el plazo de siete años, y reasume las verificaciones mutuas, que se habían suspendido después de la expiración del tratado original el año pasado. Este el primer tratado de reducción de armas firmado por los dos países desde el 2002, cuando se estableció un techo de 2.200 cabezas nucleares y 1.600 misiles. En la actualidad, Estados Unidos tiene 1.950 cabezas nucleares desplegadas y 798 misiles, mientras que Rusia tiene 2.540 cabezas y 574 misiles.Obama tuvo que sortear una intensa oposición republicana, que acusaba al presidente de un enfoque ingenuo y Peligroso, porque “envía un mensaje de timidez”, y porque sueña con “un mundo de fantasía libre de armas nucleares”.Para lograr la aprobación, la bancada demócrata aceptó varias propuestas republicanas, como la reafirmación de que Estados Unidos mantendrá los planes de adelantar un sistema antimisiles en Europa, a pesar de las objeciones rusas, y la decisión de modernizar el arsenal nuclear para hacerlo más efectivo a pesar de su reducción. Obama prometió para esto gastar US$85.000 millones en diez años.Se espera que el Tratado sea ratificado por la Duma rusa en enero, después del receso invernal. Luego los presidentes Obama y Medvedev intercambiarán las ratificaciones y el Tratado entrará en rigor. No se logró aprobar el tratado en la última sesión del año, porque los diputados rusos se preocuparon por la resolución del Senado estadounidense sobre la continuación de los planes para desarrollar el sistema de defensa antimisiles. El canciller ruso, Serguei Lavrov, tuvo que convencer a la Duma de la conveniencia de ratificar el tratado, ya que, según sus palabras, “fortalece la seguridad del país, la estabilidad internacional y refuerza la lucha contra la proliferación nuclear”.El tratado es la culminación de un año significativo en las relaciones ruso-estadounidenses, que incluye un acercamiento en relación con Irán y con Afganistán, y la promesa de que Estados Unidos impulsará el tan esperado ingreso de Rusia a la Organización Mundial de Comercio, OMC. En la agenda de los temas pendientes entre los dos países, está la discusión sobre la arquitectura de la seguridad europea y los conflictos en territorios de la ex Unión Soviética.El diario ruso Nezavisimoye Voennoe Ovozrennie saludó la ratificación del tratado, pues considera que Estados Unidos “ha reconocido a Rusia como un igual en el terreno nuclear”, y cree que éste es un avance porque “fortalece el principio de la paridad, la igualdad y la indivisibilidad de la seguridad para los dos países”. Según la publicación moscovita, Rusia no tendrá que reducir su potencial estratégico, porque el país tiene en su arsenal 611 misiles y 2.769 cabezas nucleares. “Si consideramos que casi la mitad de nuestro arsenal será dado de baja por obsoleto en los próximos años, nos tocará desarrollar nuestro potencial para llegar a las cifras del tratado”, dice.

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