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El Mediterráneo se convirtió en un cementerio para migrantes

La tragedia de los 800 migrantes muertos entre Libia e Italia evidencia la crisis europea por el tráfico de migrantes.

26 de abril de 2015 Por: Redacción de El País

La tragedia de los 800 migrantes muertos entre Libia e Italia evidencia la crisis europea por el tráfico de migrantes.

Abdirizak tiene 17 años y es de Bangladesh. Por su sueño de llegar a Europa  reunió los 500 euros que tenía que pagarle a los traficantes que desde Libia lo llevarían en un viejo buque hasta Italia. Abdirizak fue uno de los 28 sobrevivientes de la tragedia ocurrida  hace ocho días que dejó 800 migrantes muertos. Lea también: Cruzar el Mediterráneo, la travesía más mortal del mundo. Él vivió porque sabía nadar y el dinero que pagó le alcanzó para viajar en lo que en un barco normal llamarían segunda clase. Los de tercera, apiñados en una bodega, se ahogaron todos. “Los que tenían menos dinero estaban encerrados en la bodega. Nosotros estábamos en el nivel medio y sólo los que pagaron más estaban arriba”, relató. Y recuerda que cuando se produjo la colisión -el buque se estrelló contra un barco que iba a rescatarlo cuando se hundía por sobrepeso- “todo el mundo gritaba, empujaba, golpeaba, en un ambiente terrorífico. Podíamos escuchar a los que estaban encerrados en la bodega gritar ¡Socorro, socorro!”. “No sé cómo, pero conseguimos empezar a nadar justo en el momento en que el barco se hundía. La mayoría de los pasajeros eran africanos y no sabían nadar”, agrega. Abdirizak  fue trasladado a Catania, mientras los cuerpos de socorro de Italia y Malta buscaban los cadáveres en el mar. La nueva tragedia en el Mediterráneo hizo que los líderes de la Unión Europea se reunieran el jueves en Bruselas para buscar salidas a las migraciones ilegales, que han dejado este año, según  la Organización Internacional para las Migraciones (OIM),  1.750  muertos en el mar, una cifra  30 veces más que en el mismo periodo de 2014.  Tras la reunión, los líderes de la Unión Europea (UE)  buscaron  el aval de Naciones Unidas para una operación militar contra los traficantes de seres humanos en Libia y triplicaron los fondos para las operaciones de rescate. Las decisiones se tomaron en medio de las criticas de la ONU ante la falta de acciones para controlar a los traficantes de personas que las trasladan en buques o en lanchas desde las costas de África hasta Italia, Grecia y España.  “Europa da la espalda a algunos de los emigrantes más vulnerables del mundo y se arriesga a transformar el Mediterráneo en un vasto cementerio”, declara el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad Al Husein. [[nid:413989;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/563x/2015/04/migrantes-mediterraneo.jpg;full;{Según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), 35.000 migrantes llegaron en barco al sur de Europa desde principios de año, y 1.600 desaparecieron en la travesía.Video: AFP}]] Para este responsable de Naciones Unidas, los europeos deberían reconocer que necesitan mano de obra poco cualificada y admitir que los refugiados tienen derecho a recibir protección. Y  exhorta a los gobiernos de los países de la UE a adoptar “un enfoque más valiente y menos cínico”, acusándolos de ceder ante los movimientos populistas xenófobos en ascenso en el espacio comunitario. “Estoy horrorizado, pero no sorprendido por la tragedia -asegura Zeid-. Esos muertos y los centenares que los han precedido en los últimos meses eran previsibles”. En lo corrido de 2015 más de 35.000 solicitantes de asilo e inmigrantes han buscado refugio en Europa atravesando el mar. Y el año pasado 290.000 migrantes indocumentados cruzaron el Mediterráneo. Mamadou Dialo, un joven guineano, llegó hace cinco días a Italia tras una travesía con más de cien personas en una lancha neumática, de la que guarda un recuerdo espantoso.   “Sabía que era lejos, pero pensaba que sería un barco grande. No tenemos elección, no podemos dar marcha atrás”, cuenta el joven, quien se encuentra en un centro de acogida para solicitantes de asilo en Sicilia. Allí también son atendidos 16 de los sobrevivientes de la tragedia. El centro de acogida para solicitantes de asilo (Cara por su acrónimo italiano) de Mineo, en el este de Sicilia, acoge a unos 3.200 inmigrantes. Según su director, Sebastiano Maccarrone, se quedan en promedio 13 meses, hasta que se decida sobre su situación: estatus de refugiado, permiso de estancia humanitaria o procedimiento de expulsión. La diversidad es extrema: 35 nacionalidades, principalmente de África, pero también de Bangladesh o Afganistán, que cohabitan gracias al esfuerzo de mediadores culturales y a un sistema de representantes electos por cada comunidad. Todos tienen en común su llegada en embarcaciones precarias y sobrecargadas. El viaje de Mamadou duró cinco días, en los que estallaron peleas por los cinco kilos de dátiles que les dieron los traficantes como única comida, y por discrepancias sobre tradiciones religiosas.“Lo que más problemas plantea son las desavenencias entre los pasajeros. Y cuando el gran barco (de los guardacostas) llega es sálvese quien pueda, todo el mundo quiere ser el primero en salvarse”, explica el joven. “La vida aquí está bien, comemos tres veces al día, pero es duro. Esperamos, esperamos... En mi país no hay libertad, paz ni dinero. Quiero libertad, quiero una vida de verdad”, resume Alí, un somalí de 23 años, quien también cruzó el Mediterráneo desde Libia. Los buques ‘fantasma’Los traficantes de personas en el Mediterráneo desde hace aproximadamente tres años empezaron usar, aparte de las llamadas ‘pateras’,  barcos  de carga. Este tráfico genera grandes beneficios para los traficantes, que cobran miles de dólares a cada una de las personas desesperadas que suben, para huir de la pobreza y de la guerra en zonas de África, Oriente Medio y Asia Central. El jefe de gobierno italiano, Matteo Renzi, expresa que el problema del Mediterráneo son los traficantes, esos nuevos “esclavistas”.  Por esa razón,  presentarán una resolución ante el Consejo de Seguridad de la ONU con el objetivo de obtener su aval para organizar una operación militar europea. Esta operación tendría como objetivo “capturar y destruir” los buques utilizados por los traficantes de seres humanos. LibiaLibia,  sumido en el caos desde la caída en 2011 de Muamar Gadafi, con la determinante ayuda de una intervención militar liderada por Francia y Reino Unido, se convirtió en una plataforma para el tráfico de seres humanos. De este país parten principalmente sirios, eritreos y somalíes, debido a la  permeabilidad de la frontera. El país tiene dos gobiernos que se disputan el poder, uno reconocido por la comunidad internacional y otro gestionado por las milicias islamistas de Fajr Libya (Amanecer de Libia), que controlan la capital. Los expertos constatan que los barcos utilizados en los últimos meses necesitan zarpar desde puertos, al no tratarse de pequeñas embarcaciones capaces de acostar en una playa. El presidente francés, François Hollande, estimó que no se puede resolver el problema "si el mundo se mantiene indiferente a lo que pasa en Libia". Las medidasEn el 2013  frente a la isla italiana de Lampedusa murieron más de 400 personas al naugrafar el barco en el que  intentaban llegar a Europa.Tras esta tragedia, a comienzos del 2014 Italia  lanzó la misión Mare Nostrum para  vigilar el Mediterráneo durante las 24 horas del día, especialmente el estrecho de Sicilia. En un año, la misión permitió rescatar a más de 150.000 personas.El jueves,  los líderes de la Unión Europea (UE) decidieron buscar el aval de Naciones Unidas para una operación militar contra los traficantes de seres humanos en Libia y triplicaron los fondos para las operaciones de rescate en el Mediterráneo.

 

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