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El G20 buscará soluciones al dólar barato

Se inicia en Corea del Sur la cumbre mundial de los países ricos.

10 de noviembre de 2010 Por: Patricia Lee, corresponsal de El País en Argentina

Se inicia en Corea del Sur la cumbre mundial de los países ricos.

Todos a una, parece ser la consigna de la reunión del G20 que comienza hoy en Seúl, o, como ingeniosamente sugirió un analista, la reunión del G19 + 1: Estados Unidos contra el resto del mundo. La Cumbre intentará poner paños tibios ante el temor de una guerra monetaria y comercial, con medidas tales como límites a los superávits y déficits fiscales de los países, y una reforma de los estatutos del Fondo Monetario Internacional, para dar más poder a los países emergentes. Pero no existen muchas esperanzas de que genere soluciones de fondo para los graves desbalances de la economía mundial.La chispa que hizo estallar el descontento entre los líderes de los países más desarrollados del mundo fue la decisión de la Reserva Federal de emitir US$600.000 millones, devaluando de esta manera la moneda de Estados Unidos y provocando una apreciación de las demás monedas, en especial, del euro y las de los países emergentes. Cuando las economías del norte crecen con mucha lentitud, esta emisión monetaria de dinero barato estimula a los inversores a buscar mejores ganancias, dirigiéndose a los países emergentes, amenazando con una guerra monetaria, pues los gobiernos se sentirán obligados a devaluar sus monedas para no perder en la competencia exportadora. Con todo, esta confrontación monetaria es apenas la expresión de un problema mucho más profundo. Durante décadas, el comercio mundial creció mucho más rápido que la economía mundial. Como señala el analista William Greider, de The Nation, “hay un gran agujero, una masiva caída de la demanda mundial. Son los grandes productores luchando por una cada vez más reducida cantidad de compradores. En otras épocas, Washington hubiera impuesto soluciones creando más demanda, como el comprador de último recurso del sistema mundial, pero esta vez, Goliat está muy debilitado económica y políticamente”.Ante tal panorama, empiezan a surgir los problemas acumulados por décadas, ya que el dólar, la divisa con la cual se hace el 80% de los intercambios globales, y en la cual están más del 60% de las reservas, y casi un 60% de los depósitos y préstamos bancarios, se debilita cada vez más, transmitiendo inestabilidad a todo el globo.En la cumbre de Bretton Woods en 1944 se estableció el patrón oro como medida del dólar, al cual estaban pegadas las monedas del mundo. En 1971 el presidente Richard Nixon dio por terminada esta norma y declaró la inconvertibilidad del dólar. Desde entonces, el dólar se convirtió en el patrón de todas las monedas. Pero con la espectacular crisis financiera con centro en Wall Street, Washington decidió emitir cada vez más dólares para fortalecer la demanda interna, haciéndole perder valor a la divisa.El primer efecto no deseado del dólar barato es la creación de amplias reservas de divisas en los bancos centrales de los países emergentes, que compran dólares para impedir la apreciación de sus monedas. De esta manera, las reservas mundiales han pasado de 1,3 billones (5% del PIB mundial) en 1995, a 8,4 billones (14%) hoy. El dilema es que, entre más se acumulan reservas en dólares, más temor hay a que éste pierda su valor. Según el FMI, el actual nivel de reservas equivale a un 60% del PBI de Estados Unidos, lo cual subirá a 200% en 2020 y 700% en 2035.

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