El dilema que divide a la Gran Bretaña sobre la Unión Europea
El jueves será el día decisivo, ya que se votará el referendo para decidir si el Reino Unido sigue en la UE o se independiza. Conozca los distintos escenarios.
El jueves será el día decisivo, ya que se votará el referendo para decidir si el Reino Unido sigue en la UE o se independiza. Conozca los distintos escenarios.
Un Reino Unido polarizado entre envalentonamientos nacionalistas que buscan separarlo de la Unión Europea, UE, y esfuerzos de permanecer en el bloque de los 28, tiene a los británicos en un dilema a cuatro días del referendo, que se votará el jueves 23 con ese fin.
La radicalización incluso cobró la vida de la diputada británica del partido laborista, Jo Cox, mientras hacía campaña en contra del Brexit (acrónimo de las palabras Bretaña y exit, que traduce salida): fue asesinada por un fanático extremista de ultraderecha que le gritó el Reino Unido primero.
Antes de la muerte de Cox, los sondeos daban la victoria al Brexit (ver recuadro), pero después del mortal ataque el jueves, se crispó más el ambiente, la libra esterlina comenzó a subir y la propuesta de apartarse de la UE comenzó a debilitarse.
La semana pasada venía marcada por un fuerte debate alimentado por anuncios dramáticos de gobernantes, políticos o entidades que esgrimían las ventajas de la salida para votar sí al Leave (salir), si eran adeptos al Brexit, o los peligros de quedar fuera de Europa, cuando el mundo tiende a la integración, según los partidarios de seguir en la UE.
Los seguidores del Brexit son ultraconservadores que añoran con nostalgia el imperio de la Segunda Guerra y de Churchill, cuando dominaba la cuarta parte de la población mundial. Y los adeptos a seguir en la UE los mueve el temor al futuro cuando corre el riesgo de quedarse sola y reducida, si los británicos votan a favor del leave.
¿Y por qué la mitad de los británicos quieren el Brexit? Ellos reclaman soberanía y privilegios que creen están perdiendo. Reino Unido es el tercero que más aporta económicamente a la UE y siente que todo está anclado a las decisiones de Alemania y Francia o que tienen que pasar por las dos potencias.
Hay estadísticas que dicen que el Reino Unido ha propuesto más de 71 veces cambiar la legislación de la UE y ninguna ha sido validada. Entonces se preguntan, ¿por qué tenemos que estar sometidos y todo lo tenemos que consultar?, explica Diana Escandón, Ph. D. en Negocios Internacionales de la Universidad Autónoma de Barcelona y directora del doctorado y de la maestría en Ciencias Económicas de la Universidad Javeriana de Cali.
Lo que están promoviendo con el Brexit es el nacionalismo, lo que hace que la gente piense que Gran Bretaña era mejor cuando no estaba en la UE, que ellos son potencia mundial y no necesitan estar dentro de un grupo para seguir siéndolo, agrega.
De hecho, Gran Bretaña es el país que más privilegios ha pedido y goza en la UE: tienen su propia visa y no entran en el espacio shengen. Ni a la zona euro, manejan su propia moneda, la libra esterlina, que ya no es tan fuerte.
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Preferencias que hacen que todo el mundo sienta que Gran Bretaña está y no está y proyectan ese dilema de si realmente son de la UE o no. Por ejemplo, ellos hablan de the continent, como si Europa fuera diferente a ellos o no estuvieran dentro. Siempre se han creído de un estatus más alto porque se han creído potencia, explica Diana Escandón.
La analista añade que las personas más adultas son quizás las que añoran esa libertad de 40 años antes, pero no miran el contexto de la globalización ni las ventajas de pertenecer a un grupo fuerte como la UE y admiran que EE.UU. ha podido subsistir solo y firmar TLC a su antojo con sus exigencias.
Implicaciones y consecuencias
Todas las voces apuntan a que una eventual salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, tendría implicaciones económicas que afectan más al mismo Reino Unido. Primero, se eliminan algunos privilegios como acuerdos, preferencias y relaciones internacionales.
Tendrían que firmar 150 Tratados de Libre Comercio (TLC) muy rápido para no perder las preferencias de intercambio, pero EE.UU. se demoró 10 años en lograrlo, advierte Escandón. Lo que en opinión del primer ministro británico David Cameron, sería una década perdida. Habría que negociar la salida y un acuerdo comercial con la UE, lo que absorbería la energía de nuestro gobierno y de nuestro país.
Multinacionales que se ubican en Gran Bretaña como un puente para ingresar a Europa, al salir del bloque preferencial, pueden migrar a la Europa continental y el Reino perdería el dominio en temas clave de la UE como la investigación y sus recursos y apoyos internacionales.
Entonces, los platos rotos los pagarían los británicos con un alza sustancial de impuestos para subsistir fuera de la UE. Esta semana se hizo ese anuncio para presionar el no al Brexit: busca intimidar y que a la gente le dé miedo estar fuera de la UE y cohibir que tomen la decisión, así estén de acuerdo con salir, comenta la analista.
Los 27 miembros de la UE están nerviosos porque pierden un socio estratégico. Lo han dicho la canciller alemana, Ángela Merkel; el jefe de Gobierno español, Mariano Rajoy; el FMI, medios de comunicación influyentes como el Financial Times, The Economist y Der Spiegel y hasta 13 premios Nobel británicos que se sumaron a las voces en contra del Brexit.
Es que la UE se quedaría sin el supersignificativo aporte de 350 millones de euros semanales, ya que el Reino Unido es el tercer país que más le aporta. Eso puede generar un desbalance financiero en la UE. Y, o Alemania y Francia aumentan sus aportes, o les piden más a los otros 25. Algo complicado para países en crisis como Grecia o España.
Merkel advirtió que el Reino Unido ya no se beneficiaría de las ventajas de la UE, como el mercado único, al ser considerado como un país exterior al bloque en caso de ganar el Brexit. Y Rajoy lo calificó como una catástrofe, no ya solo para la bolsa española, sino para las economías de los británicos y para las economías de los europeos.
No obstante, Gran Bretaña pierde más porque todo lo que vende es a Europa y algunos países del bloque podrían dejar de comprarle en una especie de sanción o represalia por dejarlos, señala Diana Escandón.
El FMI también anticipó que un sí al Brexit podría precipitar un periodo de alta incertidumbre, volatilidad en los mercados y un crecimiento más lento, mientras el Reino Unido negocie su nueva relación con la UE.
Sondeos
El sondeo de Ipsos-Mori puso por delante por primera vez al campo leave (partir) por 53 % a 47 %. El del Instituto Survation constata una ventaja de 52 % a 48 %.Según la media de las últimas seis encuestas que hizo la organización de opinión What UK Thinks, los partidarios del Brexit son el 52 % y los de quedarse en la UE, el 48 %, descartando a los indecisos, que según la mayoría de sondeos superan el 10 %.
Decisión que iría en contravía de la tendencia actual a niveles de integración económica más fuertes. Y a nivel político, daría un mensaje erróneo a otros países y desencadenaría procesos de independencia posteriores. Como Suiza, que también está, pero no está, o Irlanda o hasta Cataluña, de España.
Así lo señaló el jefe de la diplomacia alemán, Frank-Walter Steinmeier: Un Brexit amenazaría incluso la existencia de la propia Unión, al desembocar en una eventual desintegración del bloque. Sería una conmoción para la UE. Sin embargo, a casi ninguno le conviene irse. Todos están cómodos, porque una sola moneda ayuda mucho. Por ejemplo, España no va a querer volver a la peseta, ya devaluada y para competir en el mercado internacional es muy difícil, dice Escandón.
Del eurocentrismo al euroceptismo
Lo más grave es que se genere un movimiento eurocéptico en la UE, es decir, que se comience a pensar que la Unión no funciona. Pero si el Reino Unido fracasa, es posible que la UE no lo vuelva a aceptar o le ponga más condiciones para volver a ingresar. El primer ministro italiano Matteo Renzi amenazó: Si Gran Bretaña sale de la Unión Europea es para siempre y a corto plazo será ante todo un gran problema para los británicos, no para los europeos.
Las implicaciones más fuertes serían en seguridad social y en políticas migratorias, pues no les conviene más procesos migratorios mientras se estabilizan y ordenan la casa.
En efecto, el ministro de Economía británico, George Osborne, cifró en 30.000 millones de libras las pérdidas del presupuesto con la salida y que habría que recuperar aumentando impuestos, recortando el gasto en educación y sanidad o en ambas cosas.
Para Nigel Farage, líder del partido populista Ukip, favorable al Brexit, la gente está harta de las amenazas del Primer Ministro y del Ministro de Finanzas sobre los peligros económicos de irse de la UE; hay que divorciarse de un proyecto que ha fracasado.
Según él, al Reino Unido le iría muy bien fuera del bloque y sin la preocupación número uno por los migrantes procedentes de la UE, bandera de enganche de la campaña Brexit.
UE- Reino Unido
Al salir de la guerra, explicó Sunder Katwala, director del instituto de debate British Future , Gran Bretaña estaba convencida aún de formar parte del Top 3 y veía el proyecto europeo con desapego. Cuando se dio cuenta del error por la crisis del Canal de Suez en los años 50, el tren de la UE había partido ya. Al final se subió en 1973, a trompicones y demasiado tarde para moldear la UE a su gusto, estimó Katwala.Thoma Mair, de 52 años, presunto asesino de la diputada Jo Cox, pareció confirmar las sospechas al gritar: Muerte a los traidores. Libertad para el Reino Unido, en su primer interrogatorio este sábado. Mair fue enviado a la cárcel por varios cargos criminales.