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Conozca al candidato vicepresidencial de Mitt Romney, Paul Ryan

El representante Paul Ryan, virtual candidato vicepresidencial de Mitt Romney, causa sensación por su atlético cuerpo y por ser un político de línea dura que quiere enderezar la economía.

26 de agosto de 2012 Por: Felipe Lozano Puche | corresponsal de El País en Washington

El representante Paul Ryan, virtual candidato vicepresidencial de Mitt Romney, causa sensación por su atlético cuerpo y por ser un político de línea dura que quiere enderezar la economía.

La foto de Paul Ryan en traje de baño y sin camisa ha sido una de las chivas más apetecidas de la temporada electoral. Se la llevó el portal de noticias rosas TMZ, que a principios de esta semana publicó una por primera vez. La imagen del Representante a la Cámara por Wisconsin y virtual candidato vicepresidencial del Partido Republicano se propagó como fuego, confirmando las historias que desde hace más de dos años vienen circulando sobre la rutina de ejercicios que el político practica para mantenerse en forma. Se trata del sistema P90X Workout, que se comercializa mediante televentas por un precio que ronda los $250.000, y que al parecer han adoptado otros congresistas a instancias del economista de 42 años.La prensa rosa no es la única obsesionada con el estado físico de Ryan. Tanto el New York Times como el Washington Post lo han incluido en su cubrimiento, aunque sin duda el portal especializado Político lidera la tendencia: dedicándole más de diez notas diferentes al régimen P90X Workout, empleado por el Presidente de la Comisión Presupuestal de la Cámara de Representantes. El mismo Mitt Romney se ha tenido que pronunciar sobre el tema, declarando que, aunque prefiere la elíptica, le pedirá a su compañero de fórmula que le enseñe el secreto de su cuerpo hercúleo y tonificado, con menos del 8% de grasa.De cierta manera, Paul Ryan es la respuesta del Partido Republicano a Barack Obama, un político ‘cool’, capaz de despertar el entusiasmo de las nuevas generaciones como una celebridad, que además transmite la impresión de que cree en lo que dice. Ryan fue elegido por primera vez como congresista en 1998 y se convirtió, con 28 años, en uno de los parlamentarios más jóvenes del país. La prensa se dejó conquistar con facilidad por el político, idealista y estudioso. En 2004, ante una de sus propuestas para reducir el déficit fiscal, un periódico regional tituló: “Ese Pelo. Esos ojos. Ese plan”.Porque, desde un principio, el representante Ryan ha tenido un plan. Según ha dicho, no se considera un político de carrera –aunque lleva 14 años el Congreso–, sino un hombre con una misión. Integrante de un movimiento de nuevas personas, ajenas a la política, que han accedido a las instancias de decisión sobre una ola de indignación popular ante la crisis financiera y los consecuentes incrementos en el gasto público. “Esta generación de congresistas está compuesta por doctores, abogados, dentistas, y pequeños empresarios que no vinieron aquí para hacer carrera política, sino persiguiendo una causa”, le dijo recientemente Ryan al New Yorker.Más allá de su ‘look’ moderno y su juventud, y del rock pesado que mete en las listas de su reproductor musical, en lo ideológico Ryan representa al sector más conservador de su partido. “Es uno de los políticos más queridos por el Tea Party”, explica Michael Shifter, del ‘think tank’ Interamerican Dialogue, con sede en Washington DC. Liberal en lo económico, caduco en lo social y halcón en la defensa nacional, desde la llegada a la Casa Blanca de Barack Obama, este movimiento popular se ha adueñado del Partido Republicano, en algunos casos mediante abierta insurrección. Eran ellos, los del Tea Party, los más complacidos con el anuncio —que se hizo a través de una aplicación para ‘smartphone’, a tono con las últimas tendencias de mercadeo político— sobre el elegido para ser el compañero de fórmula de Mitt Romney en las elecciones presidenciales del próximo 6 de noviembre. Su proyecto bandera, un paquete legislativo que se conoce como el Plan Ryan, y que pretende enderezar el déficit fiscal de los Estados Unidos mediante drásticos recortes en los programas de protección social del Estado, cuenta con el visto bueno de Sarah Palin, candidata a la Vicepresidencia en 2008.La historia de vida del candidato, un hombre devoto que desde muy temprano asumió grandes responsabilidades en medio de unas circunstancias terribles, encaja perfectamente en el relato simbólico del

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