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Antonieta Mendoza, mamá del líder opositor Leopoldo López. | Foto: Especial para El País

VENEZUELA

¿Cómo vive Leopoldo López después de su liberación? Lo cuenta su mamá

Antonieta Mendoza, mamá del líder opositor Leopoldo López, denuncia que su hijo tiene un grillete en su tobillo, cuando “debería tener libertad plena”.

23 de julio de 2017 Por: Olga Lucía Criollo / reportera de El País 

Escuchar la voz de su hijo a las cuatro de la madrugada le reveló a doña Antonieta Mendoza que la angustia que había vivido durante 1236 días había terminado: su hijo, Leopoldo López, estaba fuera de la cárcel de Ramo Verde, donde había permanecido desde el 18 de febrero del 2014.

Pero su felicidad está lejos de ser completa. No solo Lepoldo todavía no es el hombre en plena libertad que, según ella debe ser, sino que en la Venezuela que ambos añoran a salvo del régimen de Nicolás Maduro aún quedan 444 presos políticos.

Lo cierto es que mientras le ayuda a Leopoldo a ponerse al día en su rol de padre, esposo y líder opositor, doña Antonieta sigue siendo la activista de derechos humanos en la que se convirtió al atardecer de su vida y la mamá que en silencio teme que su hijo cumpla la promesa de volver a la celda donde fue torturado si es necesario para “mantener mi convicción de lucha por la libertad”.

¿Quién le dio la noticia de que Leopoldo salía de Ramo Verde?

Él mismo, cuando llegó a su casa esa madrugada, me llamó.

¿Hace cuánto no lo veía?

Tenía como seis semanas que no lo veía, porque él estuvo aislado 32 días y yo tuve que ir a visitar a mi marido, que está exiliado en España.

¿Cómo fue el encuentro con su hijo?

Fue un momento muy emocionante, la verdad es que lo abracé muy fuerte. Si me pregunta qué le dije, no me acuerdo, pero fue la sensación de un abrazo, no en libertad plena, como tiene que estar Leopoldo, porque él es totalmente inocente y sigue preso en su casa, en condiciones distintas, pero sigue preso, pero fue un momento verdaderamente muy especial.

¿Y cómo lo encontró físicamente?

Lo encontré bien de ánimo, pero muy delgado, porque estuvo varias semanas en aislamiento y en esas circunstancias perdió seis kilos.

Lo que dijo el Gobierno era que salía por problemas de salud. ¿Cómo está, qué tiene?

Desde que entró a la cárcel no lo veía su médico privado y ahora tiene problemas serios de visión y su estado general después del aislamiento no estaba bien, no estaba en plenas condiciones físicas, pero ya se está recuperando.

Y cómo lo recibieron sus hijos, y su esposa, ¿qué nos puede contar de ese reencuentro?

Bueno, Lilian (Tintori, su esposa) le abrió la puerta de la casa y la abrazó muy fuerte y atravesó corriendo el jardín para llegar a ver a sus hijos, que estaban dormidos, porque eran las cuatro de la mañana y de ahí la foto que ha estado rodando por las redes sociales de él con sus dos niños en las escaleras de la casa.

Y su esposo, desde el exilio, ¿cómo vivió la noticia?

Imagínese la emoción, allá ya era casi mediodía cuando se enteró y está muy tranquilo porque Leopoldo está seguro, que es lo más importante.

Más allá de lo que significa la libertad de Leopoldo López para Venezuela, ¿qué significa para su mamá tenerlo de vuelta en casa?

Me da tranquilidad, una gran paz espiritual. ¡Leopoldo está seguro! Yo pasaba noches en vela pensando que lo estaban torturando en esa torre: aislado, solo, tratos crueles, tortura sicológica, aislamiento. Muy extremadamente preocupada incluso por su integridad física, y verlo ahora, no donde tiene que estar, pero verlo en una situación distinta, más cerca de su libertad plena, es muy bueno.

¿Y qué le ha dicho el hijo a la mamá?
Hemos hablado mucho de lo que pasó en la cárcel, sus días, sus reflexiones, su crecimiento espiritual, sobre todo su comunicación con Dios, incluso leyó mucho la Biblia. Creo que de los libros fue su gran compañero, y entendiendo lo que es ser padre, esposo, un líder político del país, como los otros que tenemos, comprometido con sacar a Venezuela de esta dictadura.

¿Qué restricciones tiene Leopoldo en su condición de preso en casa?

No puede salir de su casa, tiene un grillete electrónico en el tobillo derecho, es el primero que se coloca en el país. Puede leer, ver televisión, comunicarse vía internet y hablar por teléfono, cosas que no podía hacer absolutamente durante estos tres últimos años.

¿Y cómo son sus días en la casa?

Trabajando, estudiando, leyendo, jugando y estando con sus hijos, los levanta y los acuesta, junto con Lilian, es decir, se está reencontrando con la rutina de una casa de una joven pareja con unos niños de siete y de cuatro años.

Se dice que con la salida de Leopoldo el Gobierno pretendía generar división entre la oposición...

Fue la presión de la calle, después de 105 días de resistencia. Por más que el Gobierno quiera bajarle la presión a esa calle, que lo tiene sumamente debilitado, porque la calle es la que habla por el pueblo venezolano, el pueblo está hablando, quiere cambio de régimen, eso está clarísimo, que Maduro retire la Constituyente.

Pese a lo duro de la cárcel, su hijo dijo que si tiene que regresar a Ramo Verde por el futuro de Venezuela, lo hará. ¿Qué siente su corazón de madre ante esa posibilidad?

A mí se me arrugó el corazón cuando lo oí declarando ese mensaje. Lo entendí perfectamente, pero, como madre no quiero pensar en un momento más de mi hijo tras las barras y no hago sino pensar en las 444 madres y 444 familias que tienen a sus seres queridos en las mazmorras del Gobierno. Hay que sacarlos, hay que liberar a todos los presos políticos.

¿Parece que la situación de varios de ellos se está deteriorando?

Sí, hay catorce policías que ya tienen más de 24 días en huelga de hambre y ya han empezado a complicarse desde el punto de vista físico y mental. Hay una muchacha, hermana de uno de ellos, que también está en huelga de hambre, se llama Pierina. A pesar de ese mecanismo de presión, ellos no ceden y estos policías tienen boleta de excarcelación, pero el Gobierno no ha cumplido. Nosotros seguiremos firmes en esa lucha, esa es nuestra responsabilidad con todos y cada uno de los presos y sus familias.

¿Qué cree que seguirá ahora si, como parece, el Gobierno no detiene la Constituyente?

Bueno, la presión sigue. El viernes se eligieron los nuevos magistrados desde la Asamblea Nacional y van a venir manifestaciones en respaldo a ellos. El régimen Maduro tiene que de alguna manera retirar esa fraudulenta Constituyente. Ha habido más de 20 pronunciamientos internacionales desconociendo esa Asamblea Constituyente si se llegase a votar, o sea, creo que Venezuela estaría aún más aislada de lo que está ahorita.

En el caso de Colombia el expresidente Andrés Pastrana es quien ha estado más cerca a la situación…

Él estuvo aquí, forma parte de un grupo de más de 25 expresidentes de Iberoamérica que se unieron en una iniciativa que se llama Idea para luchar por Venezuela. El presidente Pastrana ha venido como cuatro veces o cinco veces a Venezuela y varias de ellas para ver a Leopoldo.

A propósito, ¿qué personas se han podido reunir con Leopoldo?

Se reunió con la dirigencia de su partido, pues tenía tres años sin ver a los coordinadores y directores. También el grupo de la Unidad (Mesa de Unidad Democrática) tuvo la oportunidad de reunirse con él y determinados familiares, pero la entrada es bastante restringida, pues hay que avisar quién va y hay que pedir permiso a los cuerpos de seguridad, es todo un proceso.

¿Qué llamado le sigue haciendo usted a la comunidad internacional?

Que sigan haciendo lo que están haciendo, vigilantes, exigiendo que Venezuela empiece a transitar por la ruta democrática, llamando a unas elecciones generales libres, que se respeten las competencias de la Asamblea Nacional, que insistan en la liberación de los presos políticos, porque no puede haber ningún tipo de negociación con presos políticos, y que abran el canal humanitario para que entren comidas y medicinas que están paradas en los diferentes puertos del mundo.

Nosotros necesitamos a esa comunidad internacional como está ahora: activada alrededor de sacar a Venezuela de esta situación tan grave que estamos viviendo.

Se especula que hay mucho malestar ya en el interior de las Fuerzas Miliares con respecto al presidente Maduro. ¿Cómo sienten ustedes esa situación?

No puedo contestar. Eso es una especie de caja negra, no tengo información. Lo único que puedo decir es que las Fuerzas Armadas están compuestas por venezolanos: al igual que todos nosotros, tienen madres, tienen esposas, tienen familia y me imagino que deben sentir lo mismo que sentimos los venezolanos

Nueva faceta

Doña Antonieta, el mundo la ha visto crecer como una activista de los derechos humanos. ¿Alguna vez pensó que su vida cambiaría de esta manera?

No, definitivamente, no. Yo tuve una vida profesional muy larga por unos 30 años en otros ámbitos, pero no en la defensa de los derechos humanos, pero siento que he cumplido un papel y lo seguiré cumpliendo, porque hay que seguir luchando por todas estas inequidades que están sucediendo en nuestro país y hay que liberar a los presos políticos.

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