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Béyise Pacheco habla sobre el diabólico caso del Dr. Chirinos

La periodista venezolana Ibéyise Pacheco investigó al psiquiatra de Hugo Chávez, Edmundo Chirinos, quien violaba a sus pacientes.

4 de diciembre de 2011 Por: Paola Guevara

La periodista venezolana Ibéyise Pacheco investigó al psiquiatra de Hugo Chávez, Edmundo Chirinos, quien violaba a sus pacientes.

El famoso psiquiatra venezolano Edmundo Chirinos, considerado una eminencia dentro y fuera de Venezuela y quien contaba entre sus pacientes al presidente Hugo Chávez, violó a un número tan grande como indeterminado de pacientes. Sus crímenes podrían haber quedado en la más terrible impunidad si no fuera por Roxana Vargas, una estudiante de Comunicación Social de 19 años que fue abusada por el médico y, quizá por ingenuidad, pensó que podría revelar a los medios las aberraciones del galeno sin sufrir las consecuencias de la mente desquiciada del poderoso amigo del presidente venezolano.Roxana, quien trabajaba como practicante del noticiero RCTV fue brutalmente asesinada por Chirinos, crimen que quedó al descubierto porque la joven tenía lo que ninguna otra de sus antiguas pacientes tenía: un blog. A través de esta bitácora donde la periodista dejaba registro de sus pensamientos y acciones, la Fiscalía determinó que el día de su muerte, el 12 de julio de 2008, iba a verse con Chirinos, quien se negó a declarar antes las autoridades y cuyo consultorio finalmente fue allanado. No sólo quedó al descubierto el asesinato de Roxana, sino las agresiones contra sus demás pacientes. El País habló con la autora de ‘Sangre en el diván’, Ibéyise Pacheco, quien durante dos años entrevistó a las personas relacionadas con el caso, especialmente al doctor Chirinos, con quien compartió más 40 horas de conversaciones que dejan al descubierto la personalidad de quien fuera uno de los más respetados psiquiatras del Continente. En un momento tan crítico para la libertad de prensa en Venezuela, ¿cómo fue recibido un reportaje como ‘Sangre en el diván’?El libro ha sido tan bien recibido que ya va en su octava edición en Venezuela, ha vendido 50.000 ejemplares y ha marcado la culminación de los crímenes horrendos del doctor Chirinos. En un contexto como el nuestro, con un Estado de derecho tan debilitado, haber logrado una sentencia condenatoria contra un personaje tan protegido por el poder es un hecho histórico. ¿Por qué cree que el presidente Hugo Chávez no usó su poder para evitar que su psiquiatra fuera condenado?Porque se volvió un tema innegable. No sólo fue clave el caso de Roxana, la estudiante asesinada, sino las violaciones cometidas por Chirinos por más de cuatro décadas. Cuando surgió el caso de Roxanna la gente creía ciegamente en Chirinos, él era intocable en Venezuela, su prestigio y su poder eran innegables. No sólo era un personaje clave de la alta sociedad venezolana sino que fue candidato a la presidencia de la República y rector de la Universidad Central de Venezuela, la institución educativa más importante del país. ¿Cómo se gestó la íntima amistad entre Hugo Chávez y su psiquiatra, el doctor Chirinos?Son amigos desde que Chávez salió de prisión. A Chirinos le interesaba el poder y por eso vislumbró que era pertinente hacerse amigo de Chávez y de la esposa de éste, María Isabel Rodríguez. Es verdad que fue Chirinos el que intervino para convencer a María Isabel de que se divorciara en buenos términos, pues era un mal matrimonio que podía perjudicar políticamente a Chávez. Ella confesó que se había casado con un desconocido, pues la suya con Chávez fue una relación muy rápida, tanto que la primera vez que hicieron el amor fue en un Volkswagen... Eso dice mucho. ¿Cuál fue la sentencia que la justicia venezolana profirió contra Chirinos?Fue condenado a 20 años de prisión. La sentencia es de septiembre del año 2010. En estos momentos está en apelación, él está en prisión pero es probable que alegando ‘razones humanitarias’ obtenga casa por cárcel. No hay que olvidar que tiene 76 años. ¿Qué actitud asumió Chávez al conocerse la sentencia?Guardó silencio. Le queda muy cuesta arriba defenderlo, aunque le mandó saludos en su programa comunitario. ¿Cómo era el actuar de este ‘criminal de bata blanca’?Le gustaba recomendar electrochoques como tratamiento psiquiátrico. A las pacientes que llegaban a su consultorio les inyectaba un sedante, y cuando estaban bien dormidas procedía a violarlas y se filmaba mientras lo hacía. También tomaba fotografías de sus víctimas.¿Había algo en común entre estas mujeres aparte de ser sus pacientes?No. Roxana, la chica asesinada con la que se destapó finalmente este escándalo, era virgen. Pero en general violaba a mujeres de todas las edades, no importaba si eran gordas o flacas, altas o bajas, blancas, negras, indias. Una vez me contactó una señora de 74 años a quien él intentó sedar; ella le tenía pánico a las agujas así que no se dejó inyectar y forcejearon hasta que él logró violarla. Ella es alemana, y Chirinos la amenazó con hacerla expulsar del país si contaba lo sucedido. ¿Cuántas mujeres se presume que alcanzó a violar Chirinos?La Fiscalía tiene en su poder 1.200 fotos y videos, así que la cifra es abrumadora si se tiene en cuenta que, de seguro, Chirino alcanzó a destruir mucho material que lo comprometía. Ese material es tan explícito que las autoridades decidieron no hacerlo público, por respeto a las víctimas.¿Cuándo comenzó su investigación para el libro que presenta en Colombia?Comencé a investigar en paralelo con la Fiscalía. Fueron dos años de arduo trabajo investigativo. Cuando llegó el momento del juicio yo sentía que ya había entrevistado a todos los involucrados que estaban presentes. ¿Cómo han recibido las víctimas de Chirinos las escabrosas revelaciones de este libro?Hay mujeres que han llegado a agradecerme por develar este horror, pero también padres de víctimas que se me han acercado para decirme con remordimiento: “Yo no le creí a mi hija cuando me dijo que Chirinos la había violado. Le creí a él y no a mi hija”. Eso es muy impactante. Es que Chirinos era una eminencia, y en estos casos se trataba de muchachas jóvenes y rebeldes que no querían ir al psiquiatra, por eso los padres creían que ellas se inventaban todo para abandonar el tratamiento. También me han llamado mujeres a preguntarme si ellas aparecen en las fotos de la Fiscalía, pues alguna vez Chirinos las sedó durante la consulta. Así que hay muchas víctimas que a estas alturas ni siquiera saben si fueron violadas o no, pues no se dieron cuenta.¿Durante su investigación qué pudo constatar sobre la historia personal de Chirinos? Tenía una vida normal. Tuvo una familia estable, una buena educación, una posición económica privilegiada. No hay nada que pueda justificar lo que hizo. Este caso ocurrió en Venezuela, pero podría ocurrir perfectamente en cualquier país del mundo, mucho más en nuestros países que son tan similares. Usted sostiene que en los últimos años la salud mental de los venezolanos se ha dislocado, se ha quebrado... Por supuesto. Veo con mucha preocupación que transitamos por un periodo que es una pesadilla y no un sueño. Venezuela es hoy un país dividido, agresivo, resentido, herido en su sentido nacional, empobrecido, agobiado por la perdida de valores. Hoy por hoy, en Venezuela se premia a los violentos. Hace poco un estudiante, escudado en las banderas chavistas, agredió a la fuerza pública y a las autoridades universitarias y fue felicitado públicamente por el presidente. ¿Cómo interpreta el hecho de que el psiquiatra del presidente Hugo Chávez sea un enfermo mental de esta dimensión?Es coherente. No es casual. Es justo lo que quiero que la sociedad venezolana comience a revisar.

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