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Benedictinos llegan al Cónclave con 57 votos

El simple hecho de que en sus ocho años de papado haya nombrado a 57 cardenales, todos habilitados para votar en la elección de su sucesor en el próximo Cónclave, es para algunos ya una jugada estratégica del Papa en abierto beneficio de esa corriente que lidera.

17 de febrero de 2013 Por: Alda Mera y Hugo Mario cárdenas, reporteros de El País.

El simple hecho de que en sus ocho años de papado haya nombrado a 57 cardenales, todos habilitados para votar en la elección de su sucesor en el próximo Cónclave, es para algunos ya una jugada estratégica del Papa en abierto beneficio de esa corriente que lidera.

Si bien para teólogos y especialistas el papa Benedicto XVI no va a influir directamente en la elección de su sucesor porque tan pronto presente la renuncia quedaría fuera del colegio cardenalicio, sí tendrá ascendencia indirecta y fuerte en favor del candidato que mejor represente sus postulados y su visión conservadora de la Iglesia.El simple hecho de que en sus ocho años de papado haya nombrado a 57 cardenales, todos habilitados para votar en la elección de su sucesor en el próximo Cónclave, es para algunos ya una jugada estratégica del Papa en abierto beneficio de esa corriente que lidera.En términos políticos, los 57 cardenales que ordenó el Sumo Pontífice durante su papado representan 57 votos de los 79 que necesitaría el futuro vicario de Cristo. Es decir, alguna de sus cuotas en el colegio cardenalicio se ubicará en el partidor vaticano con el 75 % de las probabilidades de ser el heredero del Trono de Pedro.Diego Agudelo, filósofo, historiador y teólogo de la Universidad Javeriana, cree que el Papa nombró a los cardenales estratégicamente de entre quienes promueven la línea que propende la conservación de la doctrina de la Iglesia. “Muchos de los cardenales que Benedicto XVI ha promovido han sido rectores de seminarios mayores y de formación de sacerdotes; y esos formadores son personas muy respetuosas de la doctrina y la tradición”, aseguró Agudelo.Esa misma percepción tiene Juan Manuel Torres, profesor del Centro de Estudios Teológicos y de las Religiones de la Universidad del Rosario y de la Universidad de La Salle, quien aseguró que es imposible que el papa Benedicto no vaya a influir de alguna manera en el Cónclave.“Sin duda en ocho años hay toda una cercanía del Papa con el colegio cardenalicio y esos cardenales estarán allí, los 118 que tienen derecho a votar por ser menores de 80 años, y habrá una influencia indirecta en el nombramiento porque son próximos al Pontífice y habrá cierta simpatía con quienes están en sintonía con las apuestas y la relativa continuidad de su pontificado”, dijo Torres.Como en cualquier Estado del mundo, El Vaticano no está exento de esa lucha por el poder representada en ideas, en la geografía y en el manejo político.No en vano la Constitución Apostólica señala que si en la elección del Papa se diera el delito de simonía (compra de votos) los culpables serán excomulgados. También prevé que los cardenales electores deberán abstenerse de toda forma de pactos, acuerdos o promesas que les puedan obligar a dar o negar el voto a otros o a hacer capitulaciones antes de la elección.Es por eso que más allá de la fe o de la entrega de unos u otros, en las apuestas para la elección del próximo papa juega el hecho de que haya 62 cardenales europeos con voto; 19 de América Latina; 14 de Norteamérica, 11 de África y 11 de Asia, para un total de 118.La muestra más clara de la fractura en la Iglesia Católica la dio esta semana el teólogo suizo Hans Káng, de la línea más liberal de la Iglesia, quien dijo no tener esperanzas de que sea elegido un papa reformista porque Benedicto ha nombrado muchos cardenales conservadores que tendrán un peso fuerte en el Cónclave.“Los conservadores tendrán cuidado de no elegir un papa que se convierta en una especie de Gorbachov católico”, dijo Káng, y aseguró que no descarta que la influencia de Benedicto XVI en la elección de su sucesor sea directa. “Él conoce a todos los cardenales, tiene contactos, tiene todas las posibilidades para influir en la elección”.Agregó que “en el Concilio Vaticano II sentamos las bases para un concepto más amplio de Iglesia Católica y un diálogo con otras religiones. Pero en los últimos ocho años el Papa ni siquiera estuvo dispuesto a reconocer a las iglesias protestantes”.Ricardo Zuluaga, vaticanólogo y docente de la Universidad Javeriana de Cali, indicó: “Ahí se enfrentan dos visiones: una muy institucional de Iglesia, que defiende a capa y espada la institución por encima de cualquier circunstancia, la de los diplomáticos, representada por Angelo Sodano; y una visión muy pastoral y evangélica, que aún estando dentro de la Iglesia, tiene claro que su misión es predicar el Evangelio, liderada por Tarcisio Bertone o bertonistas. El mismo Benedicto XVI lo dijo en su posesión, vengo no para resplandecer yo sino para que resplandezca la figura de Jesús”.Independientemente de qué crean unos u otros, los analistas piensan que en el Cónclave se sentirá la presión de un Joseph Ratzinger vivo, a quien algunos cardenales tienen mucho que agradecer; y la manera de demostrarlo es con el voto.Informe exclusivo parte I: ¿qué hay detrás de la renuncia del papa Benedicto XVI, tras ocho años de pontificado?Informe exclusivo parte II: se busca un Papa...

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