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Baltazar Garzón, el héroe de la justicia española que cae en picada

El juez Baltazar Garzón fue condenado este jueves por prevaricato e inhabilitado para ejercer durante 11 años.

10 de febrero de 2012 Por: Diego Muñoz, corresponsal de El País

El juez Baltazar Garzón fue condenado este jueves por prevaricato e inhabilitado para ejercer durante 11 años.

La noticia le estalló al juez Baltazar Garzón mientras alistaba su maleta para viajar a Colombia en el vuelo de Iberia de las dos de la tarde. Su abogado, Francisco Baena Bocanegra, se lo comunicó y desde entonces, el juez ha tratado de asimilar el golpe de la mejor manera. De hecho, canceló su viaje para enfrentar el momento mas duro de su carrera.“Está muy afectado, muy dolido”, dijo Baena Bocanegra y agregó que “a pesar de todo, su intención es la de seguir recurriendo para luchar por su inocencia”.El Tribunal Supremo, de siete magistrados, dos de ellos declarados enemigos de Garzón, lo condenó, por unanimidad, a once años de inhabilitación profesional por haber escuchado las conversaciones de algunos imputados con sus abogados, en el caso de corrupción más grande de los últimos años en España: la trama Gürtel, que ha involucrado a miembros del Partido Popular, hoy en el poder.La condena añade además el pago de una multa y las costas del juicio. En una sentencia durísima, los jueces del Supremo acusan a Garzón de prevaricación, de haber utilizado “prácticas de regímenes totalitarios”.Durante el juicio, la acusación utilizó calificativos como “monstruoso”, “infamante”, “injusto”, “barbaridad”, “inconstitucional”, para referirse a la actuación de Garzón y se esforzó en presentarlo como un juez prevaricador y violador sistemático de todos los derechos constitucionales, “una suerte de Gran Hermano que todo lo escucha y todo lo ve”. Eso sí, siempre entre cantos al compañerismo y siempre lamentando la “ingrata tarea” y el “gran malestar” que les produce tener que acusar a un compañero como Garzón, con el que compartieron tantas tareas en la Audiencia Nacional.En su fallo, el tribunal sostiene que no se podía grabar “sin disponer de ningún dato que pudiera indicar mínimamente, en una valoración razonable, que la condición de letrado y el ejercicio del derecho de defensa se estaban utilizando como coartada para facilitar la comisión de nuevos delitos. No se trata, pues, de una interpretación errónea de la ley, sino de un acto arbitrario, por carente de razón, que desmantela la configuración constitucional del proceso penal como justo”. Lo cierto es que el fallo ha dividido la opinión pública española y a la clase política. “Para muchos españoles se trata de una venganza personal apoyada por la derecha de este país”, como dijo el ex fiscal general del Estado Carlos Jiménez.Para la hija del sancionado, María Garzón, “muchos brindarán por esta sentencia que ha acabado con la carrera de uno de los jueces más conocidos en el mundo por su dedicación a buscar justicia en muchos casos en los que los culpables aún estaban libres”.El coordinador federal de Izquierda Unida, Cayo Lara, dijo que “nos llama la atención la celeridad del Supremo para condenar a un juez que persigue delitos de corrupción mientras los corruptos aún no se han sentado en el banquillo”, en alusión a los implicados en el caso Gürtel. Agregó que la condena a Garzón “significa que lo retiran de la magistratura y de que pueda defender causas como las que tenía”.Los líosEsta es la primera de las tres sentencias que espera el juez, ya que tiene otras dos causas pendientes en el mismo tribunal.Una de ellas, la relacionada con la investigación de los crímenes del franquismo, para la que se declaró competente, quedó el miércoles lista para sentencia. Por esta causa, el juez se enfrenta a una pena de 20 años de inhabilitación por un delito continuado de prevaricación. Es lo que ha pedido la acusación, ejercida por el sindicato de derecha Manos Limpias y la Asociación Libertad e Identidad. El fiscal y la defensa solicitaron que se le absuelva.La otra es la del patrocinio de los cursos de Nueva York. El escrito de la acusación pide para Garzón penas de cinco años de prisión e inhabilitación de hasta 30 años e incluye cuatro calificaciones: delito de cohecho impropio en régimen continuado -penado por 27.000 euros de multa-, y las alternativas de delito continuado de cohecho propio, delito continuado de extorsión y delito de asociación ilícita.Su abogado en la primera de las tres causas, Francisco Baena Bocanegra, dijo que este ha sido un golpe muy duro para Garzón, que no se esperaba. “Pueden ustedes imaginar cómo está. Una vida entera dedicada a la judicatura y que de pronto te digan que se ha acabado. Es para estar desolado. Confieso que yo participo de su desolación y dolor”.El futuroEl Consejo General del Poder Judicial finiquitará el futuro como juez de Baltasar Garzón en las próximas horas. Primero le expulsará de la carrera y después convocará su plaza del Juzgado Central de Instrucción número 5, que cubre hoy Pablo Ruz de forma interina, y que lleva varios asuntos importantes. El órgano de gobierno de los jueces podría recibir hoy la resolución dictada por el Tribunal Supremo con la condena al juez.Garzón perderá en forma definitiva el cargo que ostenta y los honores. También quedará incapacitado para obtener, durante el tiempo de la condena, empleo o cargo con funciones jurisdiccionales o de gobierno dentro del Poder Judicial, o con funciones jurisdiccionales fuera de este.Cuando transcurran los 11 años de inhabilitación, Baltasar Garzón, que tendrá 67 años, podrá volver a solicitar al Consejo su readmisión en la carrera judicial, a la que volverá con la antigüedad que ha reunido hasta este momento, sin que le sea computado en el escalafón el tiempo durante el cual ha permanecido inhabilitado.Aunque esta condena supone la pérdida definitiva del cargo, Garzón podrá ejercer la abogacía o continuar participando en foros internacionales. Durante este tiempo, ha colaborado con el Tribunal Penal Internacional con sede en La Haya, con la OEA y el Comité contra la Tortura del Consejo de Europa. Su futuro se dice que podría pasar de nuevo por la política, donde ya estuvo de la mano de Felipe González.

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