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Avance de la extrema izquierda, un dilema para el Eurogrupo

Los espacios ganados por partidos como Syriza, en Grecia, y Podemos, en España, generan preocupación. La ultraderecha avanza en el Norte.

2 de abril de 2015 Por: Daniela Rivas Grajales-especial para El País

Los espacios ganados por partidos como Syriza, en Grecia, y Podemos, en España, generan preocupación. La ultraderecha avanza en el Norte.

Las elecciones del Parlamento Europeo en el último año insinuaron una reestructuración en los espectros políticos del continente. 

Los partidos tradicionales (con excepción de los socialdemócratas) perdieron escaños frente a los  reformistas.

Mientras en el sur del continente están en alza los movimientos de extrema izquierda, en el Norte avanzan los ultraderechistas. 

 Aunque parten de ideas opuestas, el apoyo de los ciudadanos a los dos polos se explica por el rechazo al modos operandi de la Unión Europea.

 En Grecia, esto llevó a Alexis Tsipras al poder, en coalición con el partido de derecha Griegos Independientes, y en España el descontento general podría significar un vuelco a la política tradicional del país.

El caso de Grecia

El éxito electoral del partido de extrema Izquierda Syriza, encabezado por Alexis Tsipras, sorprendió en enero a los funcionarios en Bruselas y Estrasburgo.

Pocos esperaban el apoyo tan contundente que recibió  del pueblo heleno. Especialmente los funcionarios de la Troika, encargados de reglamentar las políticas de austeridad en los países en crisis, que evaluaban con preocupación las promesas de campaña  de Tsipras.

Alexis Tsipras prometió realizar auditorías de la deuda pública, negociar su reestructuración e incluso suspender sus pagos hasta que la economía griega entrase en fase de crecimiento.

Como candidato de Syriza, exigió un cambio en la función del Banco Central Europeo dentro del Eurogrupo y aseguró que la Troika dejaría de definir las políticas financieras de su país.

Según el miembro de ese partido en el Parlamento, Costas Lapavistas, dichas promesas garantizaron el éxito electoral de Tsipras.

Tras tres meses de negociaciones con el Eurogrupo no se han podido llegar a acuerdos contundentes que satisfagan el deseo de reformar las políticas de austeridad y permitan que Grecia mantenga su liquidez y pague su deuda con el Eurogrupo.

Martin Schulz, presidente del Parlamento Europeo, calificó hace unos días  la situación en Grecia como “peligrosa”, ya que se vuelve a rumorar sobre su posible salida  de la Eurozona.

Según analistas de la cadena estatal alemana Die Erste, la ley europea solo permite la salida de Grecia del euro si también  anuncia su retiro de la Unión Europea, lo cual aislaría a Grecia de sus aliados más importantes desde 1981.

Además, Tsipras anunció que tenía la intención de salir de la Otan, lo que cambiaría el balance de poderes en el Mar Mediterráneo oriental, teniendo en cuenta las relaciones que cultiva Grecia con China y Rusia.

El Gobierno de Syriza visitará la próxima semana ambos países para estrechar las relaciones bilaterales y negociar una posible ayuda financiera, si las negociaciones con el Eurogrupo fracasan. “Nadie quiere un Gretix” (del inglés ‘to exit’, salida de   Grecia)  recalcó Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo. 

No obstante, dentro del mismo partido Syriza empieza a notarse el descontento frente al aplazamiento de las promesas electorales.

 El parlamentario Lapavista afirma en un artículo publicado en  The Guardian que “si Syrizas quiere evitar el colapso o la derrota total, tiene que ser verdaderamente radical” y que “el Eurogrupo no puede ser reformado. Si Grecia quiere vencer la austeridad, tiene que salir del euro”. 

 Tanto el ministro de Defensa griego,  Pannos Kammenos, como analistas, han afirmado que ante este escenario se desencadenaría un efecto dominó. Kammenos alertó que “si Grecia explota, los próximos serán España e Italia y, a la larga, Alemania. Por ello, debemos encontrar una solución en el seno del euro”.

Podemos, en España

Mientras el presidente español Mariano Rajoy afirmó que espera que Grecia cumpla sus obligaciones frente al Eurogrupo, “como hacemos todos los demás”, las tendencias electorales en la península ibérica también han dado de qué hablar.

 Como Syriza en Grecia, el partido  izquierdista Podemos sorprendió a muchos en España y más aún cuando sigue ganando espacios políticos en el país.  

Fundado hace un año por el catedrático de ciencias políticas Pablo Iglesias, de  36 años, Podemos pasó del anonimato a ocupar cinco escaños en el Parlamento Europeo, con tan solo tres meses de existencia. 

En las elecciones andaluzas, de hace tres semanas,  se posicionó como tercera fuerza electoral. 

Dichos comicios demostraron que se avecina un cambio en el bipartidismo español: por primera vez el Parlamento de la región más poblada del país está compuesto por cinco partidos políticos. 

La pérdida de apoyo electoral hacia los poderes tradicionales fue evidente. “Los antiguos electores del Partido Popular  han ido a parar a Podemos. Algo que debería preocupar al partido de Rajoy”, afirmó el periodista y exportavoz de Casa Real Javier Ayuso. 

En España hay una “demanda de cambio”, recalcó el analista político Miguel Ángel Aguilar: “Los viejos partidos tendrán que mutar y los recién llegados tienen mucho trabajo por delante”. 

‘El de la cola de caballo’, como se refieren a Iglesias en  España, pretende restaurar la deuda ibérica, contrarrestar las políticas de austeridad impuestas por la Troika y perseguir la corrupción del sector financiero, que afecta actualmente la economía del país. 

Los jóvenes y aquellos perjudicados por el déficit público y las altas tasas de desempleo en España ven a Podemos como la posibilidad de ese “cambio real en la estructura política y social”, según dijo  un  ingeniero  desempleado desde hace más de dos años y  militante   de ese partido.

Sin embargo, la situación política en Grecia y las difíciles negociaciones con el Eurogrupo demuestran la resistencia de esa organización para aplicar reformas que estén en acuerdo con las tendencias electorales dentro de los países miembros. 

El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäubele, y los funcionarios de la Troika han afirmado repetidamente que los acuerdos deberán ser cumplidos, tal como fueron estipulados cuando se desembolsó la primera ayuda financiera en 2010. 

En Francia, el partido euroescéptico Frente Nacional registró una progresión histórica del 25,2 %  durante las elecciones  regionales del fin de semana pasado.

El politólogo escocés Mark Blyh afirmó en una entrevista con el diario alemán Die Zeit que las actuales políticas de austeridad han causado estragos en Europa.

No solo por la “persistente recesión” en la que se encuentra el continente, sino porque se ha propagado “la peligrosa e insultante idea de que en el Norte saben cómo ahorrar, mientras que los países del Sur son sencillamente perezosos y derrochadores”. 

Esta percepción,   a su vez,  ha impulsado la fuerza electoral de grupos xenófobos, euroescépticos y ultraderechistas, como el Frente Nacional (dirigido por Marie Le Pen) en Francia y la Alternativa para Alemania (AFD). 

El apoyo electoral hacia la ultraderecha aumenta en cada elección en los diferentes parlamentos del continente. 

Durante una entrevista con la cadena de televisión griega Mega,  Le Pen advirtió que, en el caso de ser elegida primer ministro en  2017, organizará un referendo sobre la salida de Francia del Eurogrupo. 

También afirmó que “la Unión Europea es la muerte, la muerte de nuestra economía, de nuestro sistema de protección social, de nuestras identidades” e  instó a Grecia a organizar la salida del Eurogrupo, ya que al someterse a la política de austeridad “caerá en la pendiente de la impopularidad”. 

Pablo Iglesias, por su parte,  advirtó que, teniendo en cuenta las diferencias ideológicas sobre cómo manejar la crisis, “hay que preguntarle a (Ángela) Merkel si prefiere sentarse a negociar con Marie Le Pen o conmigo”. 

Así las cosas,  lo cierto es que las negociaciones del Eurogrupo con Grecia previstas para las  próximas semanas dejarán claro quiénes harán los compromisos necesarios para garantizar la estabilidad política en Europa.

¿Qué es la Troika?La Troikaes una cooperación establecida en el 2010 por representantes del Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional y  la Comisión Europea. En los países que recibieron ayuda financiera (Grecia, España, Portugal e Irlanda), está encargada de implementar las políticas de austeridad para contrarrestar el endeudamiento excesivo e impulsar el desarrollo económico. El organismo ha sido fuertemente criticado. Cinco años después de su institución, las políticas impuestas no han aliviado los problemas de los países en crisis, pero sí han polarizado la política en Europa.

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