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Voces de víctimas: la historia de una familia golpeada dos veces por la violencia

Como antesala al Foro Nacional de Víctimas en Cali, El País dio voz a Aura Leticia Ruiz de Calero, víctima de los atentados al Avión de Avianca y a la Torre de Cali.

1 de agosto de 2014 Por: Oriana Garcés Morales | Reportera de El País

Como antesala al Foro Nacional de Víctimas en Cali, El País dio voz a Aura Leticia Ruiz de Calero, víctima de los atentados al Avión de Avianca y a la Torre de Cali.

Aura Leticia Ruiz de Calero quisiera ir a La Habana. Allá, dice, reclamaría por los derechos de todas las víctimas de la violencia en Colombia. Aunque a su hijo no lo mató la guerrilla, sino el narcotráfico junto al paramiltarismo, cree firmemente que solo quien ha sentido el dolor de una pérdida puede hablar por los afectados.Ella no participará en el Foro Nacional de Víctimas, que se llevará a cabo en Cali desde el próximo domingo, pues no tuvo conocimiento de cómo inscribirse. Pero afirma que su propuesta para superar las heridas de la guerra es el perdón, más no el olvido.A esta mujer hubo un tiempo en el que la tragedia parecía acecharla. Su hijo, Andrés Felipe Calero, fue el hombre más joven entre los 107 pasajeros del avión de Avianca que explotó el 27 de noviembre de 1989 por una bomba de Pablo Escobar.El joven había viajado a Bogotá para visitar a su abuela, que estaba enferma. Le tenía miedo a volar, pero al llegar a la capital del país aseguró que ya lo había superado, por lo que el viaje de regreso no le suponía un problema.Andrés Felipe, de 23 años e ingeniero industrial, era el primogénito de la familia. El hijo adorado. Por eso, cuando se enteró de su muerte, su abuela quedó en shock y no volvió a pronunciar una palabra en seis meses. Luego de dos años el dolor pudo con ella y murió.Algo similar ocurrió con el padre de Andrés Felipe. Para él se convirtió en una obsesión hallar a los culpables del atentado. Como era abogado, cada mes enviaba una petición a la Fiscalía para que le informaran los avances del caso. La respuesta era la misma: “es reserva del sumario”. Aura Leticia cuenta que su esposo murió a los pocos años de cáncer, pero que en realidad fue la pena moral la que lo devastó.Ella, entonces, decidió no dejarse derrumbar. Dice que junto a su hija tomó la determinación de perdonar para no sumirse en la amargura y salir adelante. Sin embargo, la realidad del país volvió a golpearla. El 5 de mayo del 2001 una explosión la estremeció. Escuchó en la radio que había sido en la Torre de Cali. El dolor regresó como una bofetada, pues su hija estaba en un gimnasio de ese edificio. “Pensé que me iba a morir. La llamaba al celular y no me contestaba, pero a los 15 minutos logré comunicarme”, recuerda.El carro de su hija estaba al lado del que tenía la carga explosiva. La joven no salió ilesa. Tras el estallido perdió la audición en sus dos oídos. “Ella pensó que se había muerto”, recuerda.En esa ocasión el ELN se atribuyó el atentado. Sin embargo, quedaron dudas sobre quién estaba verdaderamente detrás del hecho, que dejó 36 personas heridas.Esta segunda tragedia hizo que la hija de Aura Leticia se fuera a los pocos meses del país. “Con mucho dolor ella se fue y acepté porque quería protegerla”. A pesar de la distancia, entre ambas buscaron que se reconociera su condición de víctimas y pidieron reparación al Estado. “En octubre del año pasado le reconocieron. Es algo, pero es ridículo porque ella perdió sus oídos”. La familia de Aura Leticia fue víctima de dos grupos armados y del olvido. Porque, para ella, los casos del avión de Avianca y de la Torre de Cali no están en la memoria del país.Por eso recalca que no debe haber división entre las víctimas. Dice que en los procesos de reconciliacion no se puede excluir a nadie, pues “no hay estratos para el dolor”.Taller para víctimasFamiliares de las víctimas del atentado contra el avión de Avianca se reunieron ayer en la Gobernación del Valle para analizar propuestas sobre la conmemoración de los 25 años del atentado del avión de Avianca. Cerca de 10 familiares asistieron al evento, en el cual se propuso la creación de un espacio, un monumento o la realización de actividades de memoria histórica para recordar a las víctimas del atentado. En noviembre se llevará a cabo, además, un foro en Cali y Bogotá con las víctimas e invitados internacionales.

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