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Villa Rica marchó para pedir que regrese la tranquilidad

Cinco mil habitantes rechazaron el atentado terrorista contra la estación de Policía que ocasionó la muerte a 7 personas e hirió a otras 50 más. La marcha se cumplió en el día que el Municipio cumplía 13 años.

7 de febrero de 2012 Por: Daniel Suárez Pérez, reportero de El País

Cinco mil habitantes rechazaron el atentado terrorista contra la estación de Policía que ocasionó la muerte a 7 personas e hirió a otras 50 más. La marcha se cumplió en el día que el Municipio cumplía 13 años.

La marcha es la cura. Eso comentaba la mayoría de habitantes de Villa Rica que este martes recorrieron el pueblo cantando y con pancartas que tenían escritos mensajes que rechazaban el atentado que el jueves mató 7 personas muertas y 50 más heridas, entre ellos un hombre que perdió las piernas.“La verdad no sé si esto es suficiente, pero los violentos se van a dar cuenta que nosotros, los ciudadanos, no queremos que nos metan más en esto, queremos estar como antes de esa explosión: tranquilos”, manifiesta Roberto, un hombre de 68 años que hace dos décadas vive en ese municipio que describe como “un pueblo pacífico”.Era la primera vez que los villarricenses no celebraban el día de la fundación del municipio, que este martes cumplía trece años. Los cerca de cinco mil manifestantes cambiaron las fiestas para rechazar el hecho más violento que ha ocurrido en el pacífico pueblo, en el que los últimos cuatro años se han cometido solo ocho homicidios.Rechazo“Los negros nos caracterizamos por ser muy alegres. Villa Rica siempre ha sido un remanso de paz. Hoy tuvimos que hacer una marcha por un evento negativo”, comenta Luis Alfonso Ocampo, funcionario de la Alcaldía que asistía al recorrido.A lo largo de ocho cuadras los asistentes se vistieron de camisetas blancas. Acudieron pobladores, autoridades de los municipios del norte del Cauca, estudiantes, profesores y organizaciones para la defensa de los derechos humanos.Para el alcalde, James Guillermo Mina, la concentración también tenía como objetivo la visibilización de los problemas del municipio. El mandatario informa que el suministro de agua potable no es permanente, en los últimos meses Villa Rica no se ha salvado de la ola invernal y el hospital no está en buenas condiciones. “Queremos que no nos abandonen, las valoraciones de las pérdidas por el atentado están en $3 mil millones. Los recursos municipales no alcanzan. Estamos preocupados porque esas cuentas ahora se queden en el papel”, reclama Mina.El gobernador del Cauca, Temístocles Ortega, dijo al final de la marcha que “con 50 años de lucha antisubversiva no ha sido posible un avance en el país, por eso el respaldo ciudadano es fundamental. Sí se requiere a la Fuerza Pública, pero necesitamos más apoyo de la sociedad civil en las calles”.Pobladores siguen atemorizadosLuego del atentado los habitantes afirman que hasta el ruido de las motos los atemoriza y evitan visitar sitios concurridos como la plaza.Lina, una comerciante del sector afectado, señala que el sonido de las motocicletas le recuerdan al hombre que condujo el carro bomba: “él se bajó de la camioneta empezó a hacerle señas a un señor que estaba ahí, le abría las manos, como diciéndole que se fuera. Ahí mismo el conductor se montó en una moto”.La mujer relata que segundos después “algo que estaba debajo de los granos, que llevaba atrás el carro, empezó a echar humo. Varia gente que estaba en la calle empezó a gritar: ¡una bomba! ¡corran!. Yo alcancé a salir de mi casa y corrí media cuadra. Sentí un ruido fuerte que se me metió por los oídos, luego un ardor por todo el cuerpo que me bajaba hasta los pies, pensé que me estaba quemando. Me quedé parada, miré hacia atrás y vi el humo, la gente muerta y las casas de la esquina en el piso”.“No puedo escuchar una moto porque creo que van a volver a ponernos algo. Siento terror”, comenta Lina.Los villarricenses que protestaron este martes argumentaban que también marchaban para desahogarse. Dos estudiantes de bachillerato indicaron que el fin de semana pasado la plaza estaba más vacía que de costumbre. “Uno podía estar en la calle hasta las 11:00 p.m., ahora se tiene que entrar más temprano. Ya casi nadie va al parque porque le da temor de una bomba. Uno mejor se queda en la casa”, expresa uno de los jóvenes. Llamado a la comunidadWálter Zúñiga, alcalde de Miranda , hizo un llamado a la comunidad para que siga en alerta y comunique cualquier movimiento extraño con el fin de evitar más acciones de la delincuencia.De igual manera, el líder indígena, Jesús Antonio Piñacué, sostuvo que "debemos revelarnos contra los actos de los violentos, no podemos estar aterrorizados, escondidos por culpa de estas acciones, por eso tenemos que manifestarnos en contra de todas estas acciones".

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