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Rescatan a dos personas que estaban en poder de ex paramilitares

Un comerciante y su ayudante fueron retenidos por desmovilizados del Bloque Magdalena Medio de las AUC.

15 de enero de 2011 Por: Colprensa

Un comerciante y su ayudante fueron retenidos por desmovilizados del Bloque Magdalena Medio de las AUC.

El calvario para el comerciante Guillermo León Torres Arango y su ayudante Roberto González Delgadillo empezó el pasado 23 de diciembre cuando se dirigían desde Bogotá hasta Bucaramanga a cumplir una cita de trabajo. Nunca llegaron.Como conejillos de indias fueron llevados directamente a 4 personas, dos desmovilizados del Bloque Magdalena Medio de las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC, que los estaban esperando con un fusil AK-47 y armas cortas.La muy organizada banda delincuencial, como la calificó el director del Gaula de la Policía Nacional, general Humberto Guatibonza, los condujo por entre cerros hasta un ancho lleno de murciélagos al que llegaron hacia al una de la mañana. Los encadenaron y, solo dos horas después, empezó de nuevo una de las tantas caminatas que hicieron durante los 21 días que estuvieron secuestrados.Mientras León Torres, con problemas cardiacos, se aferraba a su ayudante, un hombre de campo, para poder caminar en mocasines por los cerros, sus familias recibían un llamado asegurando que eran de las Farc y pidiendo 2 millones de dólares por su liberación. La cifra varió hasta quedar fija en 300 millones de pesos.“En ningún momento se pensó dar el dinero pues fue lo primero que nos dijo el Gaula”, relató uno de los hijos del comerciante Juan Camilo Torres en la base antinarcóticos de la Policía Nacional luego de recibirlo entre lágrimas.Galletas de soda y una lata de salchichas era lo que recibían de parte de dos de sus captores a veces para comer. A veces permanecían amarrados todo el día encadenados a pleno sol para reanudar la marcha en la noche pero la zozobra cambió.Dos días antes de su liberación, los hombres encapuchados que los custodiaban tenían movimientos nerviosos. “Vimos que la gente estaba como desesperado. Y otro dijo que parecía que había policía y que la orden era matarnos en caso de que pasara alguna cosa” , relató Torres Arango.Inmediatamente los trasladaron y en un momento de la marcha los amarraron a un árbol, les pusieron un especie de carpa y los secuestradores esperaron unos metros adelante. El cruce de disparos que se desató terminó con la captura de cuatro personas y con la ruptura de los candados de las gruesas cadenas que tenían.El calvario terminó en la vereda Santa Isabel, alta jurisdicción del municipio del Playón, Santander. Torres Arango y González Delegadillo fueron trasladados a San Alberto para los primeros chequeos médicos.Tras el secuestro, el comerciante que también es zootecnista pidió al país no olvidarse de las personas que permanecen en la selva. “Hay que orar por la gente que está en el monte amarrada. Tanto servidores de la patria y civiles en unas condiciones que no se pueden imaginar. Uno siempre escucha del secuestro pero es muy difícil, expresarlo con palabras”.

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