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¿Qué tan viable es el proyecto de resocialización de pandilleros en Cali?

El plan que propone la Personería beneficiaría a 2.134 jóvenes. Analistas dicen que tendría un costo alto.

10 de noviembre de 2013 Por: Redacción de El País.

El plan que propone la Personería beneficiaría a 2.134 jóvenes. Analistas dicen que tendría un costo alto.

Cruzar una frontera invisible en el barrio Alfonso Bonilla Aragón, en el oriente de Cali, fue seguramente el peor error que cometió Elizabeth, a unas cuantas horas de cumplir sus 15 años de edad. La menor murió el pasado sábado 2 de noviembre, luego de quedar gravemente herida tras una balacera perpetrada por varios jóvenes de una pandilla de ese sector de la ciudad.Esa noche, a eso de las 10:15 p.m., Elizabeth caminaba por una cuadra abrazada de su novio -un menor de 16 años que quedó herido- cuando fue impactada por una bala que le atravesó el corazón. Las autoridades, que detuvieron a dos menores como presuntos autores de la agresión, dicen que el hecho fue una retaliación de una pandilla contra la pareja, por haber violado la marca invisible que divide los territorios de cada grupo.Elizabeth es una de vidas que ha cobrado este año la guerra de las 137 pandillas que hay en 17 de las 22 comunas de la capital del Valle. Ya se volvió común escuchar, por ejemplo, que cada fin de semana sean asesinadas en Cali hasta tres personas por enfrentamientos entre pandillas. El mes pasado entre las víctimas de estos grupos de delincuencia juvenil están dos hombres, entre ellos un menor de 15 años, que fueron atacados a bala en una esquina del barrio Marroquín II, oriente de la ciudad. Dos meses atrás dos jóvenes de 16 años y una niña de 8 años fueron el blanco del enfrentamiento entre dos grupos en el barrio Terrón Colorado, oeste de Cali. Y es que de acuerdo con la Personería Municipal, en lo corrido del año en Cali van 288 homicidios generados por pandillas. De esas víctimas mortales, 89 eran menores de edad.La problemática es tan delicada que la misma Personería de Cali viene insistiendo en la implementación de un proyecto: un plan integral de desmovilización para jóvenes integrantes de las pandillas. Un plan que podría empezar a dar alguna luz de esperanza a una problemática, la de las pandillas, que lleva 20 años en la ciudad y que, según las estadísticas, hoy puede tener involucrados a 2.134 jóvenes en delitos como el hurto, microtráfico y sicariato.El plan ya está dando pasosPese a los últimos hechos de violencia generados por las pandillas de la ciudad, en varias comunas de Cali donde hay grupos de estos jóvenes, conformados por entre 10 y 40 pelados, se habla desde hace quince días de un pacto de no agresión. Tras el pacto de no agresión, voceros de los jóvenes empezaron a buscar a los representantes de las Juntas Administradoras Locales (JAL) y las Juntas de Acción Comunal (JAC) para que les ayuden a buscar los medios para no dejar acabar ese ambiente de tranquilidad que, de alguna manera, se puede estar viviendo.Esos representantes de los barrios y las comunas acudieron a la Personería Municipal, entidad que viene alertando por la grave situación con las pandillas y la cual tiene un borrador del plan de desmovilización para jóvenes pandilleros. Un trabajo que desde ya está contando con los esfuerzos también de la Arquidiócesis de Cali, Defensoría del Pueblo y la Corporación Socio Cultural Barack Obama. El primer punto del plan, según el personero Andrés Santamaría, es el acercamiento con los integrantes de las pandillas. “Luego de conocer la problemática con los jóvenes de las pandillas, es que venimos a hablar de una desmovilización, en el buen sentido de la palabra, es decir, que lo que se busca con el proyecto es que los muchachos se desvinculen del todo de cada uno de estos grupos”, explica el personero de Cali.Y ese primer paso se empezó a dar el miércoles pasado en el barrio El Vergel, en el oriente de Cali, donde hay 16 pandillas, una por cada cuadra con delimitaciones invisibles del territorio y donde hasta hace poco la guerra era cosa de todos los días.Allí en El Vergel, donde unos 20 jóvenes han sido asesinados solo por pasar de una frontera a otra, integrantes de las pandillas de ‘la Tatabrera’, ‘los de la U’, ‘los Maniceros’ y ‘los Lecheros’, entre otras, se reunieron en un salón comunal con voceros de la Personería, Arquidiócesis, JAL y JAC, para reiterar el pacto de no agresión, pero también para hablar de cómo se podría dar esa reinserción tan comentada.“Necesitamos verdaderas oportunidades. Los muchachos solo sabemos de la calle, de sus riesgos, de sus peligros, pero también de sus recompensas. A mí y a mis amigos las oficinas de cobro nos pueden pagar hasta $2 millones por una sola ‘vuelta’, es decir, por matar a alguien. ¿Qué nos pueden ofrecer entonces los que quieren que esto cambie?”, dice un integrante de una de las pandillas del barrio El Vergel, de unos 16 años. Santamaría, entonces, dice que luego de reunir a las pandillas, de llegar a acuerdos de paz entre ellos, hay que buscarles alternativas para que los jóvenes sean productivos, talleres para que generen fuentes económicas diferentes a las de la criminalidad, que regresen al sistema educativo y a ocupar el tiempo libre. Buscar que la solución no sea solo de tipo policial. Luego de este proceso se podrá acordar una entrega de armas blancas y de fuego.“Ahora bien, esto apenas es una propuesta de la Personería, pero los que deben convertir el plan en política y de ejecutarlo es la adminstración local, a la cual ya se le ha pedido ayuda y se le ha socializado el plan”, expresa Santamaría.Nosotros tenemos los insumos: el informe diagnóstico de pandillas en Cali, el censo y la caracterización general de las mismas y los contactos de los líderes de los grupos, entre otros aspectos”, dice el personero, quien agrega que la Alcaldía debe, si acepta la propuesta, organizarla, reorientarla, asignar recursos y empezar a materializar y trabajar en ello de modo constante, para no caer en los mismos errores de procesos anteriores.Carlos José Holguín, secretario de Gobierno de Cali, explica que la propuesta de la Personería Municipal, cuando la hagan llegar, será bienvenida y se podrá evaluar. “Pero una cosa si es segura y es que en la Alcaldía no quisiéramos poner a los jóvenes de las pandillas en el mismo nivel de personas que están en la subversión o en el terrorismo. Hablar de desmovilización de las pandillas es algo complicado porque eso solo lo hacen los grupos armados al margen de la ley y esto sería satanizar a los jóvenes de las pandillas, que terminan siendo presa fácil de las organizaciones criminales por la situación de pobreza y marginalidad en la que se encuentran”, afirma Holguín, quien dice que, por lo menos en Aguablanca, se hace labor social a travéz del programa Colectivo de Oriente, en el que hay 400 jóvenes de las comunas 13, 14 y 16.Lo que implica un plan de reinserciónHolguín asegura que la Administración Municipal podría aportar siete mil millones de pesos para un plan con los integrantes de las pandillas. Pero analistas calculán que un proceso sostenido para socializar a los pandilleros tendría unos costos mayores. Sin embargo, ni siquiera la Personería se atreve a dar una cifra exacta de cuánto sería la inversión.En el caso de la Agencia Colombiana para la Reintegración, que lleva más de seis años en el proceso de resocialización de los exguerrilleros y exparamilitares, el camino ha sido costoso: en programas de cooperación a los 31.931 desmovilizados el Gobierno ha invertido un poco más $68.328 millones.En Cali, los cálculos de la Personería hablan de 2.134 integrantes de las pandillas. Si se da un proceso igual al de la reintegración, los pandilleros deberían recibir un salario temporalmente y ser capacitados en diferentes proyectos. La ACR también ha trabajado en la búsqueda de oportunidades laborales. Katherine Aguirre, analista en seguridad asociada al Instituto Igarapé (Brasil), se plantea otro interrogante frente a esta propuesta: qué pasará con los menores que hayan cometido delitos graves, serán judicializados o se les omitirán sus delitos.“En El Salvador el año pasado se hizo algo parecido con los Maras, una especie de tregua y beneficios para los integrantes de estos grupos en el país, que si bien al principio dio resultados, después fue criticada porque la medida no fue apoyada por todas las instituciones relacionadas con seguridad y justicia del país. Por eso es vital en Cali plantear un proyecto con las causas y consecuencias que un proceso con jóvenes pueda traer”, dice la analista Aguirre. Es por esto también que el padre José González, de la Arquidiócesis de Cali, argumenta que tiene que ser una reinserción profunda, porque de lo contrario lo de las pandillas en la ciudad seguirá siendo un problema familiar, juvenil y social. Un problema de nunca acabar.

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