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¿Qué hay detrás del asalto a 40 viviendas de Potrero Grande?

Habitantes de la zona contaron que a la 1:30 a.m., poco después de que la patrulla móvil del sector abandonó su posición en la esquina del barrio, una pandilla conocida como ‘Los del Punto’, llegó para asaltar varias viviendas.

10 de noviembre de 2015 Por: Redacción de El País.

Habitantes de la zona contaron que a la 1:30 a.m., poco después de que la patrulla móvil del sector abandonó su posición en la esquina del barrio, una pandilla conocida como ‘Los del Punto’, llegó para asaltar varias viviendas.

Dos personas heridas, puertas destruidas, ventanas rotas, casas abandonadas, vecinos asustados; ese fue el panorama que dejó la asonada que tuvo lugar en la madrugada del día de ayer, en el barrio Potrero Grande, sector cinco. Habitantes de la zona contaron que a la 1:30 a.m., poco después de que la patrulla móvil del sector abandonó su posición en la esquina del barrio, una pandilla conocida como ‘Los del Punto’, llegó para asaltar varias viviendas.  El mayor Juan Pablo Díaz, comandante encargado del Distrito cuatro de la Policía, señaló que los hechos se presentaron por un enfrentamiento entre pandillas del barrio que se disputan el control territorial. Sin embargo, un líder comunitario de Potrero Grande aseguró que los delincuentes llegaron a agredir directamente a la comunidad. Según versiones del líder y de una vecina afectada, desde hace dos meses ‘Los del Punto’ empezaron a extorsionar a los habitantes del sector. Iniciaron cobrando semanalmente entre $15.000 y $20.000 a los residentes de las casas, y $50.000 a los dueños de  negocios, “pero la comunidad se negó a pagar, y en consecuencia la pandilla llegó a agredirnos”, aseguró el líder comunitario. Una vecina del barrio, que prefirió reservar su nombre por temor  a posibles represalias, narró que en la madrugada del lunes pudo ver en la calle cómo se reunía la pandilla.  “Eran unos 20 muchachos. Yo estaba con mis dos hijas y mi mamá en el primer piso de la casa cuando gritaron -Mañana se me van todos, esto ya es nuestro- y empezaron a romper vidrios, a tumbar puertas. Yo corrí a esconderme debajo de la cama con mis dos niñas, mientras unos pandilleros destrozaban todo lo que había en la sala, robándose la remesa”, contó la mujer. Según los vecinos, tan pronto iniciaron los disturbios, varios jóvenes del barrio salieron a enfrentarse a la pandilla con palos de escoba y machetes, pero al encontrar resistencia, ‘Los del Punto’ llegaron armados con porras, revólveres, pistolas y escopetas recortadas. “Fuimos corriendo hasta el CAI de la Policía, que queda a unas siete cuadras, para pedir ayuda, pero los agentes que estaban allí no hicieron nada, se quedaron mirando desde una esquina mientras asaltaban todas las casas”, dijo uno de los residentes del barrio, quien además afirmó que el asalto duró cuatro horas. “Desde la 1:30 a.m. hasta las 4:15 a.m., esos delincuentes tuvieron vía libre para hacer lo que se les dio la gana con nosotros”. El mayor Juan Pablo Díaz aseguró que varios hombres llegaron hasta el lugar para controlar los disturbios, sin embargo, dijo que en esas situaciones “las personas la emprenden contra la Policía cuando  llega para adelantar los operativos y capturar a los responsables de los hechos violentos”. Según evidencia un censo comunal, 40 viviendas resultaron afectadas durante los saqueos y dos personas resultaron heridas.  Deyanira Henao Dagua, de 43 años, se encontraba en su vivienda cuando escuchó los disparos, fue al segundo piso, se asomó por el balcón para ver qué pasaba y en ese instante fue impactada por un disparo en la cabeza. De igual manera, una menor de 13 años fue herida en las piernas.  La mujer fue trasladada a la Clínica Valle del Lili, donde los médicos reportaron que su estado de salud es crítico. Según narra la comunidad, estos episodios se han vuelto muy frecuentes. “En septiembre tuve que irme de la casa porque me la destruyeron. Esa vez llegaron a las 3:00 a.m. y se llevaron la nevera, el televisor, la ropa; aunque la Policía sí actuó ese día, por miedo tuve que irme de ahí”, contó una vecina afectada. En esa ocasión, según la comunidad, resultaron afectadas 33 viviendas.  Según las estadísticas de las autoridades, aunque los índices de homicidio han bajado en la ciudad, Potrero Grande sigue siendo uno de los barrios más violentos de Cali. Control policialSegún el mayor Juan Pablo Díaz, comandante encargado del distrito cuatro de la Policía, en los últimos dos meses el Gaula, la Sijín y la Dijín han realizado   “capturas importantes sobre grupos dedicados al sicariato y esclareciendo algunos casos de homicidios”. El mayor asegura que estas acciones “han ayudado a bajar los índices delincuenciales, mejorado la seguridad” 

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