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Proceso de paz con las Farc tardaría por lo menos un año más en terminarse

Expertos dicen que los diálogos están tocando el punto más sensible para las Farc, donde se definirá el futuro legal de sus jefes.

21 de octubre de 2013 Por: Hugo Mario Cárdenas López | Reportero de El País

Expertos dicen que los diálogos están tocando el punto más sensible para las Farc, donde se definirá el futuro legal de sus jefes.

Por más voluntad que tenga el Gobierno de dar cumplimiento a su deber constitucional de terminar el conflicto y buscar la paz del país, existen acuerdos y tratados internacionales que impiden que el presidente Juan Manuel Santos sea tan generoso como quisiera y que las Farc obtengan todo cuanto esperan.Es ese el nudo, según los analistas consultados por El País, que tiene estancado el proceso de paz de La Habana en el punto dos de la agenda, sobre participación en política, y que será junto al tema de la justicia transicional los que definan el futuro de los jefes guerrilleros tras un eventual acuerdo de paz.En este proceso, donde los especialistas creen que las partes se mueven en tiempos muy diferentes y realidades muy distantes, el Gobierno Nacional intenta rápidamente lograr el desarme y someter a la justicia a los jefes guerrilleros, mientras los líderes de las Farc creen tener todo el tiempo del mundo para lograr un acuerdo en el que obtengan la mayor participación en política y en las decisiones del Estado sin ser juzgados y sin tener que pagar un solo día de cárcel por sus crímenes.Sin embargo, dicen los especialistas, que pudieron producir desánimo en las Farc las declaraciones de la fiscal Fatou Bensouda, de la Corte Penal Internacional y del exfiscal Luis Moreno, donde coincidieron en que debe haber justicia en los delitos de lesa humanidad y que el mundo no aceptaría la impunidad total que exigen y esperan las Farc.Para Eduardo Cifuentes, exmagistrado y expresidente de la Corte Constitucional, la negociación no va más rápido porque ha entrado en un punto crucial para la guerrilla de las Farc y ya no se trata de que el Estado sea más o menos generoso o que la guerrilla sea más o menos exigente, “sino que son las reglas del juego tanto en el derecho interno como en el derecho internacional.“Nadie en Colombia tiene la franquicia para haber cometido delitos de lesa humanidad y al día siguiente decir que no quiere ser sancionado con un día de cárcel; eso es una ilusión y es un acto de cinismo de parte de la organización”, dijo el exmagistrado y recordó que el Estatuto de Roma o el Convenio de Ginebra no se maneja a discrecionalidad de las partes y que no se puede pensar de ninguna manera en indultos o amnistías.El todo por el todoPero antes de que la comunidad internacional pueda entrar a revisar el proceso que surja en Colombia, todos y cada uno de los puntos acordados deberán pasar primero por el cedazo de la refrendación de los colombianos y la normatividad interna que prohibe, entre otros, que personas condenadas por delitos accedan a cargos de elección popular.El gran inconveniente y la talanquera que tiene hoy el proceso, según el experto en seguridad John Marulanda, es que tanto el Gobierno como las Farc manejan tiempos muy distintos y siguen negociando sin haber logrado sincronizarlos y eso impide que las partes analicen racionalmente las posibilidades de negociación que existen.“El problema es que el Gobierno ya se quedó sin tiempo y las Farc siguen creyendo que tienen todo el tiempo del mundo para negociar y nunca pudieron sincronizar esos dos tiempos. Además de ello, creo que el puntillazo final para que no se logre el acuerdo lo van a dar los colombianos que han demostrado que no aceptan la paz a cualquier precio”, dijo.Para el investigador y analista León Valencia el proceso ha entrado en un punto difícil porque les llegó la hora a las Farc de decidir si van a dar o no el paso hacia la paz con las ofertas que les haga el Gobierno para ingresar a la vida civil.“Lo que pasa es que el tema político y el tema jurídico son decisivos porque es donde se establece si los jefes de las Farc van a pagar cárcel, si hay penas alternativas o qué tipo de justicia transicional van a tener. En esos dos puntos se va a definir el 80 % de la negociación para las Farc”, aseguró Valencia.“Yo le digo con franqueza, que es muy difícil que una guerrilla que no haya sido derrotada militarmente, sus jefes vayan a dejar las armas y se vengan a pagar cárcel. Si hay cárcel no habrá negociación; las Farc pueden aceptar cualquier cosa, menos eso”, agregó Valencia.A este panorama se suma, dicen los analistas, que no hay un consenso en lo que el grupo guerrillero quiere en materia política, porque algunos de los miembros de la delegación esperan aparecer en política en las elecciones regionales del 2015, mientras el propio ‘Iván Márquez’ aún cree, con todo y lo retrasado que se encuentra el proceso, que podrán jugar en las elecciones del 2014.El constitucionalista Juan Manuel Charry aseguró que a las Farc lo que les conviene es ganar tiempo para seguir vigentes en la agenda nacional y “creería que se están recuperando del embate militar de los gobierno anteriores, al tiempo que siguen jugando con la expectativa de paz del país”, pero eso les podría salir en contra.“Al ritmo que van, el proceso se tardará por lo menos un año más y aún falta el tema de justicia transicional y los procesos penales; y si las elecciones las gana un candidato distinto a Santos les podría salir al revés la jugada a las Farc y vamos a tener una coyuntura donde el electorado decidirá si respalda la gestión de paz o quiere una opción diferente”, dijo Charry.Algunos pedidosVarias y diversas han sido las peticiones que han hecho las Farc en materia política para firmar la paz. Entre ellas, que el Estado les cree medios nacionales de comunicación en prensa, radio y televisión para difundir sus ideas, y participación en la Junta Directiva del Banco de la República.También, contar con cuotas en el Consejo Nacional Electoral y tener curules directas en el Congreso de la República, entre otras solicitudes.

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