El pais
SUSCRÍBETE

Preocupa aumento de menores vinculados a actividades delictivas en Cali

Menores entre 14 y 17 años se están viendo involucrados en hurtos y homicidios. Solo la Policía de Cali reporta en sus estadísticas que este año se han aprehendido a 486 menores.

29 de junio de 2016 Por: Elpaís.com.co

Menores entre 14 y 17 años se están viendo involucrados en hurtos y homicidios. Solo la Policía de Cali reporta en sus estadísticas que este año se han aprehendido a 486 menores.

En lo que va de este año aumentó la cifra de menores de edad en Cali vinculados con hechos delictivos relacionados con bandas y oficinas de cobro, coinciden las autoridades locales de la ciudad. 

Cifras del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Icbf, revelan que hasta el 27 de junio 629 menores han ingresado al Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes, SRPA, solo lo que corresponde al distrito judicial de Cali. Se reportan 30 casos más que en 2015 cuando se registraron 599. 

Esto significa que los menores se han entregado de manera voluntaria, han sido aprehendidos o son peticiones especiales que han hecho los juces para que definan su situación judicial. 

Sin embargo, voceros del Icbf indican que esto no significa que todos los menores estén privados de la libertad en los centros de formación Valle del Lili y Buen Pastor, algunos pudieron ser beneficiados por parte de un juez con trabajo social, prisión domiciliaria o simplemente fueron dejados en libertad. 

Lea también: En Cali hay 55 'oficinas de cobro' que reclutan menores para sus negocios ilegales.

Solo la Policía de Cali reporta en sus estadísticas que este año se han aprehendido a 486 menores por delitos que en su mayoría tienen que ver con hurto, tráfico y porte de estupefacientes y armas de fuego, sin descartar el homicidio. El año pasado fueron detenidos 474 menores, doce casos menos que 2016. 

La capitana Marcela Narváez, comandante de la Policía de Infancia y Adolescencia de Cali, explicó que los casos se han incrementado debido a que los menores de edad creen que el sistema judicial es lapso y no los cobija con privación de la libertad.  "Aparte de los problemas sociales que a diario vivimos con los menores, muchas veces hay falta de conocimiento de parte de ellos porque creen que por ser menores de 18 años van a salir fácilmente de su responsabilidad, pero están equivocados porque sí deben ir a instituciones a resocializarse", contó la uniformada.  Lea también: ¿Qué hay detrás de los recientes atentados y asesinatos en Cali? Otro de los factores que preocupa a las autoridades son los reiterados casos de vinculación de los menores a las pandillas en Cali, especialmente en zonas del oriente de la ciudad.  Jhon Arley Murillo, director del Icbf para el Valle, dijo que "están siendo vinculados a bandas de microtráfico y oficinas de cobro de la ciudad por presiones de grupos de delincuencia grandes que hay en los barrios". Murillo añadió que los jóvenes están accediendo a las pretensiones de las pandillas y bandas a cambio "de recibir salarios y hasta motocicletas para su uso", según cuentan los mismos menores cuando son atendidos por personal de psicología del Icbf. 

"Solo cerca del 35% de los menores que salen de los centros de formación, reinciden, el otro 65% por lo general no lo hace y vuelve a tener otro proyecto de vida", contó el directivo del Icbf.

Dijo que es preocupante también el caso de los adultos que son capturados por delitos cometidos cuando fueron menores de edad, lo que ha llevado a conflictos en los centros de formación.

"Entre los dos centros tenemos en este momento cerca de 350 adultos que son los que generan los desórdenes y los motines, así como también intentan manejar el microtráfico, pero por fortuna están siendo controlados", dio a conocer el director del Icbf del Valle. 

Actualmente en el Valle, contando los datos de Cali, han ingresado al sistema SRPA 750 jóvenes que fueron privados de la libertad, de los cuales 40 corresponden a mujeres. 

"Ha aumentado el ingreso de mujeres si tenemos en cuenta que hace unos ocho años atrás estaban entrando unas 20, ahora se ha duplicado", dijo Murillo, quien explicó que cada menor que ingresa a los centros de formación debe cumplir una ruta de atención.

Lo primero es determinar el nivel de escolaridad, después de ello se atiende con un trabajo de desintoxicación de sustancias psicoactivas, se elabora un proyecto de vida y se planea un trabajo con la familia, al igual que se atienden en salud, formación académica y laboral. 

Otra es la preocupación para el personero de Cali, Héctor Hugo Montoya, quien afirma que los menores son vulnerables frente a la venta de drogas. 

"Nos preocupa mucho otro tema que tiene que ver con las drogas sintéticas, donde los menores se están viendo involucrados. Esto está acabando con la juventud y lo más grave es que detrás de todo están grupos organizados, mafias, que se están aprovechando de ellos para la venta de drogas", dijo el funcionario. 

Dio a conocer que la Personería ya adelanta encuentros con jóvenes en riesgo para alejarlos de pandillas dedicadas al microtráfico y la trata de personas. 

Otra parte de la problemática tiene que ver con los menores que son asesinados en la capital del Valle. 

Para la secretaria de Gobierno de Cali, Laura Lugo, la situación sigue siendo preocupante pese a que los homicidios de menores en la ciudad han disminuido en 21 casos comparado con el 2015, en el periodo del 1 de enero al 18 de junio. 

"Nos preocupan las comunas 12, 13,14, 15, 16 y 21 donde hay más violencia contra los jóvenes, también la zona de ladera. No podemos determinar las causas por las que fueron asesinados, pueden ser por riña, intolerancia o ajuste de cuentas", acotó Lugo. 

Entre los 0 y 17 años este año han sido asesinadas 59 personas (3 mujeres), mientras que el año pasado fueron asesinados 80 menores. 

Pero, ¿cómo están ingresando los menores a las bandas?

Una fuente de la Sijín le contó a Elpaís.com.co que todo comienza con una aspiración de querer ser "como el duro del barrio o el jefe de tal parche".

"Los pelaos permanecen mucho tiempo solos, en su mayoría porque sus padres trabajan todo el día, esto lleva a que tengan demasiado tiempo libre para llevarlos a pensar que quieren ser como el mayorsito del barrio que anda en la moto, se compró unos tenis y tiene platica en los bolsillos para comprar lo que quiera", dijo la fuente. 

El 'gancho' utilizado es la droga. La primera responsabilidad del menor que quiera hacer 'carrera' en el mundo delincuencial es vender estupefacientes en parques o por encargo. 

"Los jefes de las bandas empiezan a probarlos diciendo que no son capaces de hacer tal vuelta, tal otra, y los retan a que se roben un bolso u otro elemento, bajo los efectos de la droga, para probarlos y ver si son capaces", afirmó la fuente. 

Una vez ellos cumplen esto y empiezan a cometer los hurtos de manera seguida y con resultados positivos, las organizaciones ya los empiezan a vincular con los homicidios. 

"Pasan a ser campaneros mientras se cometen los delitos, luego a enseñarles a disparar con armas de fuego, que para empezar pueden ser unas conocidas como 'pachas', que son de fabricación artesanal, de doble cañón y un solo tiro. Si prueban finura, les dan una nueve milímetros o un revólver", revela el investigador. 

La prueba continúa. Los menores son llamados a formar parte de la banda para enfrentar a los enemigos del barrio vecino en las llamadas líneas invisibles, si no se 'arrugan' y están firmes, pasan luego a ser contratados para cometer homicidios selectivos, es decir, que alguien paga para que maten a otro. 

"Cuando hay estructuras grandes o bandas criminales, lo que hacen los altos mandos es mandar a buscar menores a sectores del oriente como Mojica, El Retiro, Marroquín y Potrero Grande; en el norte el sector de Floralia, al lado del jarillón del río Cauca; y en la ladera está Siloé", dio a conocer la fuente. 

Dependiendo de la "logística del homicidio", así mismo le pagan al menor los servicios prestados. "No es lo mismo que le encarguen matar un 'gota a gota', que ir a asesinar a un miembro de una bacrim, un juez o un fiscal que anda con escoltas", contó. 

Lo mínimo que le pagan a un menor utilizado para asesinar a una persona, según cuenta la fuente, son 100 mil pesos, y lo máximo pueden ser 700 mil pesos. 

Actualmente la Policía, dice el investigador, está tras la pista de un menor de edad con el alias de Chingaharry, señalado de cometer al menos seis homicidios en el sector de Floralia: "Hoy está huyendo de las autoridades y otras oficinas de cobro que han dado la orden de asesinarlo". 

Mujeres menores de edad, utilizadas para la huida  "A las mujeres las emplean no tanto para cometer los homicidios sino que las llaman para que les guarden las armas de fuego una vez se cometen los homicidios, como también para vender drogas en algunos casos", indicó el investigador de la Sijín. Aseguró que ellas se deben hacer una cuadra más abajo del lugar donde fue asesinada la persona y por una esquina pasan "los sicarios a entregar el arma para que las guarden en bolsos o maletines y huyan en buses o taxis. Los casos así son muy pocos pero se ven en Cali". 

AHORA EN Judicial