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Potrero Grande, atemorizado por la violencia entre pandillas

Enfrentamientos en el Sector 9 del barrio obligaron una intervención de las autoridades. Comunidad pide inversión social.

22 de enero de 2014 Por: Redacción de El País

Enfrentamientos en el Sector 9 del barrio obligaron una intervención de las autoridades. Comunidad pide inversión social.

Lucy*, de 14 años, se acerca a un grupo de extraños que recorre las calles de su barrio. “¿Ustedes vienen de una fundación?”, pregunta. “Es que quiero que me ayuden a irme de aquí”.Dice que “esto está muy caliente y me da miedo que me coja una (bala) perdida”, que su mamá está buscando casa, pero que ella quiere irse ya mismo.Desde el jueves pasado, muchos habitantes de Potrero Grande tienen la misma sensación de Lucy. Ese día, afirman, comenzaron a enfrentarse los residentes de una parte del Sector 9 del barrio y un grupo de personas que llegó a otra cuadra de la misma zona.Las peleas han sido con machetes, piedras, cuchillos e incluso bala. Un hombre, que vive en todo el límite de las cuadras enfrentadas, tiene varios agujeros en su casa que sirven de testigos de las 'batallas'.Él, para proteger a sus cuatro hijos, ha recurrido a medidas desesperadas. Parqueó su campero pegado a la fachada de la casa, como si fuera una barricada: “que le den al carro pero no a mi familia”, dice.La situación, hasta el momento, ha dejado ocho personas heridas: dos por arma de fuego y seis por armas blancas. Uno de los jóvenes abaleados se encuentra grave en un hospital. Su sangre quedó marcada a lo largo de tres cuadras del barrio, como un recordatorio para que los vecinos tengan cuidado al salir.El miedo de los habitantes y la denuncia de los líderes obligó a varias entidades del Municipio a desplazarse a la zona y verificar qué sucede. Esos son los hombres que Lucy, pensando que eran de una fundación, esperaba que la ayudaran a salir de semejante caos.Una pelea heredadaLos enfrentamientos entre los distintos sectores de Potrero Grande son más antiguos que el mismo barrio.En el Sector 9 explican que antes la mayoría vivía en la invasión conocida como ‘la Colonia Nariñense’ y que desde esa época se pelean por distintos motivos, muchos de los cuales están relacionados con pandillas y delincuencia. Uno de los jóvenes cuenta que todo empezó cuando hace poco más de un año “los de la invasión mataron el hermano de ‘Chinga’ y con eso comenzaron las represalias”. ‘Chinga’ se pasó a vivir a Potrero Grande y en noviembre del año pasado fue capturado en un operativo contra la banda ‘los Parabólicos’. Esta banda, supuestamente al servicio de ‘los Urabeños’ y de la que fueron capturados 12 presuntos miembros en el oriente de Cali, estaría detrás de varios asesinatos y desplazamientos forzados en el barrio, según explica el subcomandante de la Policía Metropolitana, coronel Wilson Vergara. Paradójicamente, dice un investigador de la Policía, fueron las capturas las que agravaron el problema. “Tras el operativo, los que quedaron se apropiaron de la zona”, indica.Los que se habían ido regresaron el jueves pasado y desde ahí comenzaron las intimidaciones entre ambos bandos. “Unos sienten temor porque dicen que los de ‘la Colonia’ van a retomar la zona y los otros porque creen que los que quedaron no los van a dejar vivir ahí”. Detrás de todo esto, agrega el investigador, está el microtráfico. “Es una guerra por controlar expendios de droga y eso conlleva a otros delitos, como el homicidio”. El martes, la Arquidiócesis de Cali, la Personería, la Fundación Paz y Bien, la Alcaldía y la Policía, hicieron recorridos por la zona para intentar calmar la situación. Además, desde el sábado 20 hombres del grupo de Unipol patrullan los puntos críticos del Sector 9. El coronel Vergara asegura que no se irán de ahí hasta que no se haya solucionado el asunto.Pero los habitantes piensan diferente. Afirman que los delincuentes le han perdido el respeto a la autoridad y que se necesita un patrullaje constante del Ejército. Otros se muestran más radicales y piden que saquen a los que llegaron de ‘la Colonia’.Un líder comunitario dice que no ve una solución pronta, que esto ha sucedido muchas veces por lo que muchos han optado por vender sus viviendas. “Las dejan más o menos en $18 millones y se van a pagar arriendo”. Los que se quedan viven de casa en casa, de vecino en vecino. “A mí me tocó parar de trabajar para trasnochar y estar pilas de que no le hagan nada a mi familia”, relata un joven. Su vecina dejó la casa prácticamente abandonada. “Ella solo viene a bañarse y a almorzar de vez en cuando”. Así están cerca de tres viviendas en una misma cuadra: un candado en la puerta, estructuras de camas incompletas, algunos utensilios de cocina y hasta juguetes, tirados y confundidos con el polvo. “Lo que pasa es que cuando construyeron esto pensaron que la violencia se solucionaba reubicando a la gente y ya. Acá hay personas de todos los asentamientos subnormales de Cali, pero no se pensó en la parte social”, dice el líder. El hombre asegura que falta empleo. Que cuando van “a la otra Cali” las empresas los rechazan al decir que viven en Potrero Grande.El alcalde encargado, Javier Pachón, reconoció que en el sector hay varios problemas sociales. “Vamos a tomar medidas de forma inmediata. La Secretaría de Educación va a censar a los niños para ponerles un transporte permanente y que así no tengan excusa para no ir a la escuela y vamos a priorizar un programa de capacitación y empleo”. *Nombre cambiado.

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