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Modelo Katherine Martínez | Foto: Bernadro Peña / El País

MUJERES

"¿Porque soy bailarina no tengo dignidad?": modelo Kathe Martínez

Kathe Martínez habla de su vida y del video en una estación de Policía en Cali que generó un escándalo. Responde las críticas e insiste en que la obligaron.

8 de agosto de 2017 Por: Ana María Saavedra / editora de Orden 

Kathe Martínez es modelo, Dj, bailarina en bares y cabarés, madre de una niña de 3 años y fisioterapeuta graduada en la Escuela del Deporte. El martes pasado se hizo viral un video suyo, grabado en una estación de Policía por un uniformado, en el que se le veía esposada a una ventana y mostrando sus partes íntimas al grito de hombres -presos y policías- que le pedían que mostrara más.

Desde ese día Kathe ha hablado en programas de televisión nacionales y locales, en la radio, en prensa. Famosas como Vicky Dávila o Mábel Lara la han entrevistado. Y ella ha repetido una y otra vez que la obligaron a hacer ese ‘show’.

Las redes sociales se han llenado de insultos, de mujeres y hombres, que la llaman oportunista o la tildan de prostituta. Sus frases, como la de llamar a sus sandalias romanas, “canchis canchis” han sido objetos de memes. Kathe se volvió famosa. “Pero no quería que fuera así -dice en esta entrevista, la tercera de la semana-. Yo le pedía a Dios que me ayudara a ser famosa, pero como una buena Dj, por mi baile. Pero no como la boleta, la borracha. No por eso. Ahora con todo esto, quién me contrata. O si me contratan, yo que voy saber si es seguro, si no me quieren hacer es una emboscada o una maldad. Usted sabe que muchas modelos las desaparecen”.

Kathe llega a la oficina de su abogado, Elmer Montaña, acompañada de un amigo. Le dice a su defensor que está asustada porque siente que la siguen: carros extraños rondan su casa.

Cuénteme de su vida...

Soy caleña, de 27 años. De una familia humilde. Me crié hasta los 15 años con mi madre en el barrio Sindical. Yo trabajo desde los 16 años. Me gusta ayudarla, ella me crió.

Luego, nos fuimos a Villa San Marcos y después ella compró un lote en Aguablanca, donde vive. Vivo sola hace doce años, me he defendido sola. Estudié en la Escuela Nacional del Deporte, mientras trabajaba.
Estuve un año y medio de práctica en hospitalización del Hospital Universitario, y después hice un diplomado de UCI; me enviaron a la Sala de Neurocirugía. Estuve un año allá.

A mí me tocó la crisis del hospital, hacía turnos de mesera en Palmetto para ganarme el centavo de la semana mientras en el hospital nos pagaban, porque se demoraban los sueldos. Es que yo tengo la responsabilidad de mi niña, el papá se fue para la China, lo tengo demandando por alimentos. A mí me ha tocado guerrearla.

¿Cuándo inició en el modelaje?

Hace como tres años me tomaron unas fotos de una agencia matrimonial para que fuera su imagen. Pero después me sacaron. Entonces yo empecé a tomarme fotos y a subirlas a Instagram y subieron los seguidores. Del mundo del modelaje me empezaron a contactar; di con un buen manager Kike Rosero. Yo ya empezaba a ser reconocida, me llamaron de la revista número 1 en Europa, Show Magazine; salí en el Canal Fox como Diabla del América. He tenido un reconocimiento bastantísimo en tan cortico tiempo.

Empecé a ganar dinero con el modelaje, ya no tenía que hacer más turnos en el bar de Palmetto. Era mucho trabajo, lo del manejo de la UCI con mis pacientes y el modelaje.

¿Está arrepentida de haberse ido del hospital?

Ahora creo que sí. Por todo lo que está pasando. Es horrible. Hasta el 24 de enero de este año que era fisioterapeuta todos me conocían como la doctora y ahora me convirtieron en una p...

¿Qué fue lo que pasó ese día en el que la grabaron?

Un amigo me invitó a ir allí, llegaron amigas. Estaban en lo del tejo, mucho licor sí hubo, mucho ron. Todas estábamos ebrias, una amiga empezó a pelear con la mamá. Llegaron los policías y me dicen que me van a judicializar. Empecé a forcejear con ellos cuando me agarraron, yo forcejeaba bastante y ellos me cogían horrible. Me decían miré la modelita borracha, que boleta. Me llevaron a la estación, mis amigas se fueron detrás de mí y les dijeron que me iban a dejar allá dos horas.

Les dije que tenía esguince de tobillo. Me exhibieron desde un principio,’ miren muchachos a la que le traemos’, a la modelito Kathe Martínez.

Usted ha dicho que la obligaron...

El policía que estaba al lado izquierdo, él me decía, grabándome, míreme Kathe, míreme. Yo le hice ese gesto con la mano, que se ve en el video. Me dijo muéstreme algo pues y le paso el asiento. Los policías le decían a los presos, que nos baile. Eso parecía un estadio de la bulla, una burla esa estación.

Ellos me dijeron, bueno si usted quiere que nosotros le quitemos esas esposas y le pasemos un asiento, muestre, muestre. Ahí ellos me comenzaron a grabar. Yo después lloraba impresionante.

¿En las imágenes se le ve con una sonrisa?

La gente lo que no ha visto es precisamente lo que estoy hablando, en esos fragmentos hay una parte en la que me subí el vestido y el que estaba en frente me dijo que mostrara el seno, por eso lo hice. Yo grité que me tienen esposada y pregunté que por qué no lo filman a él que me está haciendo esto. Yo en ese video digo mire como me están obligando. Varias veces les dije que ya no quería más y ellos me insistían.

¿Cuándo vio el video?

Lo vi al día siguiente cuando estaba llevando a mi hija por urgencias porque en el colegio le sucedió un cacharro. Me llegó al whatsapp, porque se lo mandaron a mi manager y él me lo envió a mí. Todo el mundo empezó a llamarme, ese celular parecía loco sonando a cada rato.

Después de esto empezó a circular por las redes sociales otro video de un baile...

El 15, 16 y 17 tuve un contrato. Yo me presento con diferentes uniformes, sea de monja, de bombera, de barbie. En ningún momento yo hago striper ni estoy acostumbrada a mostrar mis partes íntimas y así lo estuviera, ellos no tenían porqué haberme hecho eso.

¿Qué diferencia hay entre esos show y el que se muestra en el video de los policías?

La diferencia es el lugar, allá me pagan, yo lo disfruto, me gusta bailar. Soy bailarina de salsa, tango, milonga... Ahora me gusta el trap. He hecho muchos, desde noviembre que comencé me han contratado en Deluxe, en Tangas Club, en Eventos Liz hasta en la Comadre Club que es una discoteca.

En la estación no me estaban pagando, me obligaron y además estaba en estado de embriaguez, me sometieron a una presión. Ellos me chantajearon como cuando uno es un niño, hágame eso y yo le paso el asiento. ¿Porque soy bailarina no tengo dignidad? Las bailarinas también somos profesionales. Yo decidí ser bailarina, me gustaba serlo, como una artista, no obligada, ebria y esposada.

En las redes sociales algunos le han dicho oportunista, que lo que quiere es fama y dinero. Otros la han apoyado...

Me han dicho de todo. Que soy prepago, que trabajo en una red de microtráfico, que le doy escopolamina a los hombres. Un mexicano, que yo denuncié, también anda diciendo cosas mías. No soy prostituta, me han ofrecido hasta $10 millones por enviar fotos o un video y yo nunca lo he hecho.

Nadie ha pensando en el daño que sentí con ese video. Pero por eso busqué a un abogado. Todo el mundo ha dañado mi imagen, no les interesa si me dan trabajo, si como. Y pensé que si por esto que me han hecho me van a indemnizar, pues bienvenido sea. Y si esto me da fama, todo por mi bien, pues también.

¿Después del video se le han cerrado puertas?
Algunas. Por ejemplo, Jhony Hoyos, el director de Diabla de las Américas, me dijo que borrara todas las fotos que tenía de ellos porque de pronto la gente iba a pensar que las muchachas que trabajan allí son así.

Con lo que pasó, ¿se ha sentido juzgada?
Uy sí. No esperaba nada de esto, mirá, no sabía que tanta gente me iba a decir cosas en contra. En estos día iba por la calle y un señor desde un carro me gritó: ¡desvergonzada!

Denuncia

¿Por qué denunció al mexicano?
Por trata de personas. Ese señor es de Guadalajara, me contactó por las redes sociales porque tenía una exposición de carros en Cancún. Eso
me insistía, me decía que también me llevaba de Dj y me iba a presentar muchas personas para hacer un concierto en Playa del Carmen. Yo sentía que era raro, pero yo siempre he tenido el hambre de salir adelante, de ganar más, de ayudar a mi familia. Y eso era una oportunidad. Él me prometió muchas cosas.

En abril viajé con él. Todo fue muy extraño, en Inmigración me retuvieron un rato hasta que él llamó y habló con los policías y me dejaron salir. Me advirtió que no podía decir que era modelo. Llegamos al hotel, pero siempre estuvo muy extraño. Me había pagado una parte de dinero y la otra me la dio allá y resulta que me la robó. Al final yo pude regresar a Colombia pero sentí que él me quería vender allá, sino que algo no le salió y no pudo. Me salvé. Yo lo denuncié y él llamó a amenazarme.

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