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Pese a las denuncias, continúan los robos en la vía a Buenaventura

En una pesadilla se ha convertido para algunos viajeros el paso por la vía al mar, especialmente en el sector entre Cali y Felidia. Grupos de delincuentes armados, a bordo de motocicletas, interceptan los vehículos de personas que llegan a la ciudad, los intimidan y les quitan sus pertenencias.

7 de diciembre de 2011 Por: Redacción de El País

En una pesadilla se ha convertido para algunos viajeros el paso por la vía al mar, especialmente en el sector entre Cali y Felidia. Grupos de delincuentes armados, a bordo de motocicletas, interceptan los vehículos de personas que llegan a la ciudad, los intimidan y les quitan sus pertenencias.

En una pesadilla se ha convertido para algunos viajeros el paso por la vía al mar, especialmente en el sector entre Cali y El Saladito, por la presencia de delincuentes en motocicleta que aprovechan los trancones y las curvas cerradas de la carretera para atracar.En la mayoría de los casos, los asaltantes a bordo de una motocicleta, interceptan los vehículos de las personas que llegan a la ciudad, los intimidan con armas de fuego y les quitan sus pertenencias. Hace dos meses, María* y su madre regresaban a Cali de una finca, ubicada en el corregimiento El Saladito. Era un día de semana, a las 9:30 a.m., cuando la mujer hizo la curva del ‘Club Shalom’, en el Kilómetro cuatro de la Vía al mar. En ese momento, se encontró con una moto atravesada en la mitad del carril. “Esa curva es bastante cerrada, así que uno no puede ver qué hay al otro lado”, recuerda. “Cuando paré, el parrillero se bajó, me amenazó y me pidió que le entregáramos los bolsos”. Cuando consiguió su botín, el asaltante regresó a la motocicleta, se subió y escapó con su cómplice. Para esta mujer, lo más indignante es que el robo fue a plena luz del día. “Detrás mío había una fila de carros, todos veían cómo nos atracaban pero nadie hacía nada. En el carril contrario también pararon a mirar.”“Eso siempre ha sido así”Aunque María se acercó a una estación de Policía después del robo, según el mayor Juan José Pérez, comandante encargado del Distrito 1, la mayoría de los casos no son denunciados. De acuerdo con las cifras de la Policía, en este sector de la ciudad se han realizado ocho denuncias por hurto a personas, dos por hurto de vehículos y tres por hurto de motocicletas entre enero y diciembre de este año.“Se necesita que la gente denuncie, pero no lo hacen porque no se quieren comprometer, por temor o porque no tienen tiempo”, explica el mayor Pérez y añade que el sector más afectado es después del CAI Forestal. “Los delincuentes aprovechan las curvas, donde el vehículo baja la velocidad. Atracan a plena luz del día porque son descarados y arriesgados”.Hasta el momento, las autoridades no han identificado bandas organizadas para este tipo de atracos. “Es delincuencia común, se reúnen dos personas y salen a robar”, afirma el mayor Pérez. Advierte que los robos se incrementan los fines de semana, pues es cuando “baja más gente de las fincas y los restaurantes”.El oficial agrega que la Policía “ha reforzado la vigilancia en la zona. Los fines de semana se aumentó a tres patrullas y se colocaron dos puestos de control.” Sin embargo, los habitantes se quejan por la falta de uniformados. “El problema es que sólo hay una patrulla que cubre desde la portada hasta el Kilómetro once y desde Patio Bonito hasta abajo. Entonces, si están cuidando por arriba y uno llama, se demoran en llegar”, explica una propietaria de un negocio. Agrega que el tema de los robos “no es nuevo. Roban cualquier día, a cualquier hora y a cualquier persona. Si la gente da ‘papaya’, la atracan”.Otro comerciante cuenta que, la semana pasada, un grupo de hombres llegó en un carro y una motocicleta a un establecimiento del Kilómetro 18. “Entraron, pidieron un servicio y luego los amarraron. Les quitaron sus pertenencias.”El hombre dice que, aunque la Policía atiende sus llamados, todavía no está claro a qué jurisdicción le corresponde el Kilómetro 18. “Acá, aunque hay bastante vigilancia, siempre se ha presentado la problemática de que se tiran la pelota la Policía de Cali y la de Dagua: que porque del puente para allá es Cali y del puente para acá es Dagua”. Aunque María reconoce que han aumentado los controles policiales, todavía no se siente segura en carretera, pues no sabe si la vigilancia será permanente. “Nosotros tenemos una finca. A mí me gustaría subir entre semana, pero no me atrevo a ir sola”, reconoce.

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