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“No podemos decir olímpicamente que la tropa no quiere pelear”

El general Alejandro Navas, nuevo comandante de las FF.MM., habla sobre las nuevas estrategias para enfrentar a las Farc. Reconoce que se han cometido errores.

11 de septiembre de 2011 Por: Alfonso Ospina y Alejandra Bonilla / Colprensa

El general Alejandro Navas, nuevo comandante de las FF.MM., habla sobre las nuevas estrategias para enfrentar a las Farc. Reconoce que se han cometido errores.

La semana que termina resultó ser la más convulsionada en el año y un mes que lleva el Gobierno de Juan Manuel Santos. El primer rompimiento del grupo que inició este cuatrienio se produjo en la estructura principal del Ministerio de Defensa, acosado por la percepción y la realidad de que el país está retrocediendo en materia de seguridad urbana y rural.En ese reacomodo, la responsabilidad de comandar las Fuerzas Militares recayó desde el viernes en el general monteriano Alejandro Navas, con quien el Ejército vuelve a tomar las riendas de la lucha contra el conflicto armado. De entrada, Navas reconoce que se han cometido errores y que debe operar un replanteamiento.El cambio, explicó en entrevista dada a Colprensa, debe consistir en adecuar unas tropas que estaban teniendo éxito en el combate a unidades guerrilleras grandes en número, para enfrentar a una subversión que ahora opera en comandos muy pequeños. Fueron cambios sorpresivos los de esta semana. ¿Cuál es el reto inmediato que el Presidente y usted se han puesto para esta nueva tarea, como comandante de las Fuerzas Militares?La llegada a un cargo de compromiso demanda que uno exprese unos agradecimientos a Dios, al Gobierno, a los subalternos y especialmente a la tropa, que hacen posible que uno llegue a estas instancias de mando, por su dedicación y entrega. Su trabajo se ha constituido en la base para que yo llegara aquí, especialmente quienes dejaron su vida en el campo de batalla o quienes están curando sus heridas en los hospitales.Asumir el cargo de comandante general es asumir responsabilidad. Vamos a seguir construyendo sobre lo construido, siguiendo los lineamientos del Gobierno Nacional que ha puesto en marcha el vagón de la innovación y el cambio. Hay que hacer cosas diferentes, repetir las cosas buenas, que son muchísimas e, innovar. Hay que hacer otras estrategias para buscar el fin deseado: dar al pueblo colombiano una seguridad que brinde las condiciones para la inversión, para que haya menos desempleo, para que haya trabajo, tranquilidad, prosperidad y lleguemos a una paz duradera.En ese propósito, el Presidente, el Ministro de Defensa y usted mismo han sido enfáticos en decir que es necesario hacer cambios estratégicos para afrontar la actual situación de orden público. ¿Qué tipo de variaciones va a aplicar en esa materia?Hay que pensar en una reorganización, que ya la estamos haciendo, de colocar las personas adecuadas en los puestos para cumplir las misiones. Eso no quiere decir que las que estaban eran las inadecuadas, sino que hay que hacer unos reajustes.Las Farc estaban masificadas, habían unido cuadrillas y tenían la capacidad de atacar pueblos, colocar retenes ilegales, propinarnos golpes a los cuarteles, pero hubo un replanteamiento, se fortalecieron las Fuerzas Militares y de Policía y les hemos causado un debilitamiento estratégico, hasta tal punto que las hicimos retroceder en su doctrina militar de guerra popular prolongada y dieron un paso atrás. Ahora hacen una guerra de guerrillas acompañada de terrorismo, cuyo soporte principal es el narcotráfico. Nuestras FF.MM. son de tropas convencionales que se tienen que adecuar al combate irregular, por eso estamos replanteando.¿Y cómo es ese replanteamiento?Hemos reorganizado las fuerzas de tarea, cuyo esfuerzo va estar focalizado en las áreas bases de esas cuadrillas; tenemos unas organizaciones más pesadas, como los comandos conjuntos, que van a seguir, pero van a tener otro empleo estratégico, ahí está enfocada esta innovación estratégica. ‘Grosso modo’ ese es el cambio: adecuarnos, en los tamaños especialmente, conocer la naturaleza de la guerra; entender las pretensiones actuales de los grupos armados ilegales. Estamos innovando, material y sicológicamente.¿En qué regiones específicas se hará ese reacondicionamiento?Hay regiones, especialmente las del sur, en el sector de La Macarena, donde delinque el Bloque Oriental, en donde ellos están un poco más masificados. Y hay otros sectores de frontera y otros puntos que ya están entrando en una etapa de consolidación, donde se han desvertebradas esas estructuras, donde están en pequeños grupos. Entonces, hay que adecuar el tamaño de la Fuerza al tamaño de un enemigo que está delinquiendo. En el sur del país está el enemigo mayor, entonces se requiere de una organización mayor y hay zonas donde el enemigo está más pequeño, en grupos de 3 ó 4 hombres, entonces allí se adecuará la respuesta.¿Cómo hacer que ese acomodo a las necesidades que plantea la guerrilla no altere el control de otras formas de criminalidad, como las bacrim, que operan de manera tan distinta a la de la subversión?Las Fuerzas Militares y la Policía, porque estamos actuando conjunta y coordinadamente, no solamente tenemos esa tarea, tenemos muchas, con nuevos retos y nuevas amenazas. Aparte de las operaciones ofensivas que tienen como finalidad quebrarle la voluntad de lucha al adversario en el campo de combate para que se desmovilice, tenemos otras tareas. Una de ellas es la lucha contra el narcotráfico, donde sobresalen estas bandas criminales. También tenemos otras tareas, como la preservación del medio ambiente y las especies naturales. La Fuerza Pública está brindando seguridad para infraestructura eléctrica, a los hidrocarburos, a la actividad agrícola, en lo que hay un porcentaje de pie de fuerza. Destaca usted la necesidad de tener una legislación adecuada en Derechos Humanos…Es otra tarea vital: la aplicación de los Derechos Humanos y del DIH, su respeto, su garantía. Nuestros soldados tienen una cultura de los derechos humanos y hay muchos casos que a diario ocurren y el país conoce, cuando el adversario cae herido en el campo de combate y el soldado lo socorre y lo transporta a un hospital; también estamos atentos a la aplicación de todas las reglas de enfrentamiento, la proporcionalidad de las armas, siempre respetando a la población civil. Infortunadamente los grupos subversivos toman a la población civil como escudo, la utilizan, reclutan menores y los enlistan allá en sus cuadrillas. Nuestros soldados están muy bien entrenados, tenemos una muy buena inversión horaria en todos los pensum académicos, sembrando esta cultura. Quizá sea esta la única guerra en el mundo en la historia que se va a ganar con la observancia de los derechos humanos. Pero, en resumen, prefiero decir que las Fuerzas Militares están listas para asumir un papel fundamental en defensa de la sociedad, de cumplir con los deberes constitucionales de preservar la soberanía y la libertad.¿Es verdad lo que se dice en la calle, que los soldados están desmotivados?Se ha dicho por parte de algunos líderes de opinión y por algunos ciudadanos desprevenidos que la Fuerzas Militares, especialmente el Ejército, tienen los brazos caídos, que están desmoralizadas. Eso es diametralmente opuesto a la realidad. Hay que ir a los campos de batalla, hay que recorrer el país a lo largo y ancho para evidenciar cuál es la realidad. Nuestra gente está peleando. Prueba de ello son nuestras víctimas, nuestros hombres caídos en el campo de batalla, los heridos y, también de los enemigos y, por supuesto, que llevamos un saldo positivo. Los adversarios quisieran que eso fuera realidad y muchas veces son ellos los que hacen eco o los que inventan esos argumentos. Entonces, no podemos decir olímpicamente que la gente no quiere pelear. Más bien invito a esos ciudadanos que en una forma muy facilista manifiestan que las tropas no quieren pelear, a que vayamos a donde está la tropa, a esos campos de combate, a la primera línea, para que vean esos hombres que están consagrados al servicio de la patria, que dan todo, inclusive su vida, a cambio de nada sino tener la satisfacción de cumplir con su deber. Nuestros hombres están peleando, pero tal vez han tenido alguna desconfianza con la administración de justicia, indudablemente ha habido algún maltrato en ese orden.¿En qué consiste ese maltrato de la administración de justicia del que usted habla y sobre el que ha habido tanto énfasis durante este cambio de ministro y en el alto mando?La gente tiene desconfianza, eso es natural, porque tenemos que tener en cuenta que el hombre de guerra es voluntario, estamos en las Fuerzas Armadas porque somos voluntarios, porque tenemos una vocación militar. Juramos bandera y no podemos rehusar al combate, porque vamos a estar contra el Código Penal y no pelear es un delito imputable de cobardía. Lo importante ahora es que hemos llegado a un punto en que todos los hombres de las Fuerza Pública tienen garantizada la defensa jurídica, hay un buen número de abogados que han asumido la defensa institucional. Y también estamos a la ofensiva: cuando nos acusan, tiene que haber una recusación también. Contamos también con la Defensoría del Pueblo, muy eficaz, que tiene un buen número de abogados a nuestro servicio. Y tenemos un proyecto de ley sobre la defensa técnica, la defensa jurídica que va a brindar el Estado. Ningún soldado, ningún hombre uniformado tiene que sentirse desprotegido, no tiene que acudir a la defensa particular, de empeñar sus propios recursos en su defensa porque para eso está la estrategia de defensa jurídica que tiene la institución.Una preocupación general en el país es la salvaguarda de las elecciones, más cuando han crecido, en comparación con procesos recientes, las cifras de candidatos amenazados o muertos. ¿Qué ajuste van a hacer para evitar que crezcan esos datos tan graves?Se ha determinado que hay 67 municipios, que los hemos denominado rojos, que tienen dificultades en esa materia electoral, donde ha habido persecución e injerencia de grupos armados ilegales. Hemos recibido instrucciones claras del presidente de la República y del ministro de Defensa para comenzar a hacer el despliegue. Vamos a adelantar para la próxima semana el inicio de la ejecución del Plan Democracia, para garantizar que los colombianos ejerzan el derecho al voto y a los líderes políticos, garantizarles todos sus derechos como aspirantes. La Fuerza Pública está comprometida, en un número de 80% u 85% en el control de esa actividad electoral. Todo nuestro esfuerzo está destinado a finales de octubre, pero desde ya estamos en acción, prestándoles seguridad a los candidatos para que hagan sus campañas proselitistas, evitando injerencia de los grupos subversivos.

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