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Niños y niñas del Pacífico son un botín de guerra de los grupos armados

Un informe sobre el abuso sexual de los menores en el conflicto denuncia la violencia de este tipo en Cali, Buenaventura y Tumaco.

13 de junio de 2014 Por: Redacción de El País

Un informe sobre el abuso sexual de los menores en el conflicto denuncia la violencia de este tipo en Cali, Buenaventura y Tumaco.

El Pacífico, especialmente las poblaciones de Buenaventura y Tumaco, son dos de las zonas del país más afectadas por la violencia sexual contra los niños en el conflicto. Allí, los diferentes actores armados han convertido a los menores en un botín de guerra: son ‘enamorados’ como estrategia de reclutamiento, usados como carnada, obligados a la prostitución o agredidos sexualmente como venganza por peleas entre bandas.Así lo indica el estudio ‘Dejen de Cazar a las Niñas y Niños’ presentado esta semana en la Cumbre Mundial contra la Violencia Sexual en Londres, en la que participan delegaciones de 140 países, entre ellos Colombia. Este estudio realizado en todo el país por la Oxfam y Coalico –Coalición contra la vinculación de niños y niñas en el conflicto-.Y el estudio arrojó que “aproximadamente entre el 2008 y el 2012 se registraron en el marco del conflicto armado 48.915 víctimas de violencia sexual menores de 18 años, 41.313 niñas y 7.602 niños, en 1.070 municipios de los 11303 existentes en el país, lo anterior implica que cerca de 27 niños, niñas y adolescentes han sido agredidos sexualmente a diario”.Los departamentos más afectados, según los registros, son Antioquia (6870 casos), Valle del Cauca (3893), Nariño (3266) y Santander (2900).Sin embargo, se aclara que la violencia sexual es un delito silencioso, que tiene un subregistro por el miedo de las víctimas a denunciar. “La invisibilidad de las violencias sexuales en Colombia y en el mundo en general, derivadas de conflictos armados, ya sean como arma de guerra o como resultado de la militarización de la vida civil, entre otras, es consecuencia, en parte, de un alto subregistro. En Colombia, de acuerdo a organizaciones de la sociedad civil que han hablado al respecto, se reconoce la existencia del subregistro y se habla de un intervalo entre el 80 % y el 87 %”.Y esa no denuncia se da en muchos casos por miedo a represalias de los agresores, quienes permanecen en el territorio. “El silencio se convierte en mecanismo de autoprotección en medio del profundo impacto psicosocial en la vida de las víctimas, sus familias y comunidades”, se indica en el informe.Cali, Buenaventura y TumacoEn otro aparte del estudio se indica que en Buenaventura y Cali “se estructuran las violencias a través de la presencia de los grupos posdesmovilización y de su articulación con las bandas locales”.Una de las formas de violencia sexual está en “enamoramiento”, “utilizado como estrategia de reclutamiento ilegal. Las niñas consideradas más bonitas son seleccionadas y reclutadas para servir de carnada y cometer otro tipo de delitos, hurtos, secuestros y extorsiones, entre otros”.“Las niñas son agredidas sexualmente por venganzas entre grupos armados de otros barrios, es un mecanismo de control social pero también de medición de fuerzas entre los grupos.Asimismo, para los heterosexuales en ciudades como Buenaventura, en algunas zonas son víctimas de violencia “como de humillación, especialmente de los niños y adolescentes”.Para los investigadores, Buenaventura y Tumaco son los municipios que más altos valores de violencia sexual en escenarios de conflicto armado tienen en la región. “En Tumaco el tema de la prostitución forzada y la explotación sexual comercial por parte de redes administradas por los actores armados es alarmante. En la zona rural hay una modalidad de explotación denominada ‘chongos móviles’ y consiste en que llevan a las niñas de vereda en vereda explotándolas sexualmente con los actores armados del lugar, legales e ilegales. Lo que genera preocupación es que por la presencia del puerto y de los contratistas extranjeros –también sucede en otros municipios- y de cara a la precaria situación socio-económica, se ha normalizado este tipo de prácticas tanto en niñas como en niños”.En Tumaco, desde el 2008 hasta el 2012, 238 niñas y 328 niños fueron víctimas de abuso sexual. Una cifra que está por encima de Pasto, capital del departamento de Nariño.Cumbre contra el abusoUna colombiana y una estadounidense contaron sus historias en la Cumbre. Víctimas de abuso cuando ejercían su trabajo, la periodista Jineth Bedoya y la activista estadounidense Jody Williams, que sufrió la agresión en El Salvador, participaron en la conferencia.La Cumbre es presidida por la actriz Angelina Jolie, quien el jueves estuvo acompañada de su esposo Brad Pitt. “Esta cumbre me da mucha esperanza, es lo que esperaban muchas mujeres desde hace tiempo", explicó Jineth Bedoya, quien fue víctima de secuestro y abuso sexual por un grupo paramilitar.Jody Williams, de 64 años, es una estadounidense que en 1997 recibió el premio Nobel de la paz por su combate contra las minas personales. A finales de los años 90 trabajaba en El Salvador, donde fue violada por miembros de un escuadrón de la muerte, en su hotel. “No quiero solamente hablar de violencia sexual, también de violencia institucional, de violencia económica, de toda la estructura de la sociedad que continúa relegando a las mujeres a tercera o cuarta fila dependiendo del país en el que vivan. Una cumbre así posee un enorme potencial, pero hay que seguir atentas y recordar a los gobiernos en los años venideros todos los compromisos que adquieran aquí" , sentenció.En el mundoSegún la ONU, 36 mujeres y niñas son violadas a diario en la República Democrática del Congo, donde se estima que más de 200.000 mujeres fueron víctimas de violación desde 1998.En Ruanda, entre 250.000 y 500.000 mujeres fueron violadas en el genocidio de 1994, más de 60.000 en el conflicto de Sierra Leona y al menos 20.000 en el conflicto de Bosnia en los 90. También se mencionó el abuso en Nigeria.

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