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Menores son las principales víctimas de abuso sexual en Cali

Este año el 73% de las denuncias por este delito en Cali corresponde a niños y adolescentes.

26 de agosto de 2013 Por: Diana Isabella Sánchez | Reportera de El País

Este año el 73% de las denuncias por este delito en Cali corresponde a niños y adolescentes.

Mariana tenía 12 años cuando se enteró de que estaba embarazada. Un hombre cercano a su familia abusó de ella en repetidas ocasiones y la amenazó con que si contaba a alguien lo ocurrido, le haría daño a sus seres queridos. Finalmente, la presión fue demasiada y la niña acudió a sus padres. Luego de hacer la denuncia formal ante la Fiscalía, un examen médico realizado por Medicina Legal confirmó la noticia: a sus 12 años, esta niña tendría que decidir entre convertirse en madre o interrumpir el embarazo. Tras la denuncia, las autoridades procedieron a capturar al presunto agresor, quien ahora enfrenta un proceso legal en su contra por estos hechos. Por su parte, Mariana, con el apoyo de sus padres, decidió continuar con su embarazo y ahora es madre de un niño. Este es uno de los 686 casos de abuso sexual a menores de edad que el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf) recibió el año pasado en Cali. Mariana es una de las 630 niñas a las que Medicina Legal atendió por acceso carnal. Este año la situación es igual de preocupante. Entre enero y junio del 2013, 326 menores de edad han sido víctimas de este delito: 258 niñas y 68 niños. En el mismo periodo del año pasado fueron 415 (89 casos menos), según las cifras del Icbf y Medicina Legal.Ruta de atención De acuerdo con Silvana Uribe, defensora de Familia del Centro de Atención Integral a Víctimas de Abuso Sexual (Caivas) de Aguablanca, en el momento en que se tiene conocimiento sobre un caso de abuso sexual a menores, los padres o responsables del niño deben acudir en primera instancia a la Fiscalía para impartir la denuncia ante las autoridades. “Una vez que se hace el reporte, se da una orden para que el menor sea atendido en salud como una posible víctima de delito sexual; del mismo modo se remite a Medicina Legal para la evaluación médica y luego a Bienestar Familiar, donde se verifican las condiciones del entorno del joven y se determina si es apropiado que continúe bajo el cuidado de su familia o si debe ser trasladado a una institución especializada”, explicó la funcionaria, quien añadió que en la fase de indagatoria, se realiza una entrevista en la cámara Gesell (ver recuadro). Precisamente, de las 590 denuncias por abuso que ha recibido la Fiscalía durante el primer semestre de este año en la ciudad, 431 corresponden a menores de edad, es decir el 73% de los casos. Pese a que este proceso debe ser inmediato una vez se conoce el abuso, en muchas ocasiones los menores tardan en informar sobre estas situaciones debido a que sus agresores, que en cerca de un 86% son personas de su entorno familiar según el Icbf, recurren a intimidaciones para que guarden silencio.“Recibimos el caso de una niña de 11 años que fue abusada sexualmente por su tío político, quien la amenazaba con que si decía algo la mataría a ella y a su mamá. Cuando la niña ya estaba muy incómoda con lo que estaba pasando, le contó a su familia, que inmediatamente instauró la denuncia. Como esto ocurrió en el sitio en el que la madre dejaba a la niña para que la cuidaran mientras trabajaba, alejamos a la menor de ese entorno durante seis meses, hasta que la señora encontrara un empleo que le permitiera estar más tiempo con su hija. El agresor fue condenado a 25 años de cárcel”, contó una funcionaria del Caivas. Esta tardanza en dar aviso sobre la situación de abuso dificulta la evaluación médica obligatoria, pues de acuerdo con Gloria Herrera, directora Regional (e) de Medicina Legal, durante los primeros tres días después del acto abusivo, se puede realizar el examen de laboratorio en el que se buscan rastros de semen, vellos, sangre, saliva u otros residuos biológicos. El problema es que -explica Herrera- los niños a veces avisan mucho tiempo después de lo ocurrido, por lo que no se puede hacer este examen, pero sí la entrevista para saber qué pasó, además del examen físico general, que revela si existen otro tipo de lesiones. Pero lo que viene después es aún más difícil, pues el mayor trauma con el que deben lidiar los niños abusados es la vergüenza. “En la terapia lo que se busca es disminuir el impacto del acto de violencia sexual, pues ellos llegan con vergüenza por lo que pasó. Se trabaja con el autocuidado. El fin es borrar la huella que dejó el abuso para que se desenvuelvan sin inconvenientes en la sociedad”, sostuvo María del Pilar Peña, psicóloga del Icbf.

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