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Los ‘Rastrojos’ hacen de El Dovio el municipio más violento de Colombia

El año pasado esta población tuvo una tasa de 233 homicidios por cada cien mil habitantes. Causantes: ‘Rastrojos’ y violencia política.

10 de agosto de 2011 Por: Redacción de El País

El año pasado esta población tuvo una tasa de 233 homicidios por cada cien mil habitantes. Causantes: ‘Rastrojos’ y violencia política.

La mujer aparece como un fantasma. Se ubica al frente de las 28 escaleras que conducen a la oficina del Alcalde de El Dovio. Escribe su número celular en un papel arrugado que saca del bolsillo derecho del jean. Mira hacia todas partes. Luce misteriosa. Susurra estar dispuesta a hablar, pero en otro lugar. Agacha la cabeza y abandona el edificio municipal.Son las 10:00 a.m. del martes 9 de agosto. El secretario de Gobierno, Wilson Castillo, ya tiene las cifras de homicidios en sus manos. Por este tema lo han consultado varias veces en los últimos días. Cómo no. El pueblo premiado con montañas imponentes fue el año pasado el municipio más violento de Colombia. Desde el pasado 2 de agosto, cuando el Forensis del Instituto de Medicina Legal dio la noticia, en El Dovio se duplicaron las reuniones en la Policía. El Alcalde se la pasa gestionando recursos en la Gobernación del Valle y el tema central de las sesiones del Concejo es la seguridad. Pero en el parque principal, en la iglesia, en los restaurantes, en los hoteles, todo luce en una aparente calma. En este lugar, donde sólo se escucha el sonido del viento, la tasa de homicidios es de 233 asesinatos por cada cien mil habitantes.Medicina Legal informa que en El Dovio ocurrieron 21 crímenes durante el 2010, pero las autoridades locales sólo reportan quince casos. El Secretario de Gobierno, que sigue con las estadísticas en la mano, sostiene que este año van doce asesinatos, tres menos que en el 2010.El municipio tiene dos caras. Aunque se insiste en una leve disminución de la violencia, hay otra realidad, que habla de asesinatos selectivos, presencia de las bandas criminales, desplazamientos forzados de campesinos y falta de personal policial. La estación solo cuenta con 16 uniformados. Un policía por cada 562 personas. Desesperados por el poderLa mujer, esa que parecía un fantasma, contesta el teléfono casi de inmediato. Promete llegar en diez minutos al asadero de pollo que queda en todo el frente de la plaza municipal.La violencia es por asuntos políticos -denuncia-. Tal vez no se equivoca: este año en el pueblo han asesinado a un candidato a la Alcaldía y a uno del Concejo. Y el año pasado intentaron matar al notario. La propia Defensoría del Pueblo ubica al municipio como uno de los de mayor riesgo por la violencia política.La mujer pide llamarse María. Así -dice- no se delata. ¿Cuántas Marías puede haber en El Dovio? “Hablar desde el anonimato es nuestra única opción”.Luego de pedir una gaseosa, explica que detrás de los crímenes que ocurren en el municipio sigue estando la mano del nacortráfico. Pero eso no es nuevo. Las autoridades saben que las bandas criminales tienen el poder en la zona montañosa. Lo que hoy le preocupa a María y al resto de habitantes es la desesperación de estos grupos por tomarse el poder político. Están matando a los dirigentes. Exclama la mujer. “Desde hace diez años los grupos armados son los que eligen a los políticos. Pero antes, lo hacían con razones, hoy ni siquiera los amenazan, llegan a matarlos”. A don Gabriel Castillo lo visitaron dos hombres. Fue el pasado 13 de julio, justo tres meses después de haberse inscrito como candidato al Concejo por el Partido Conservador. Estaba solo en la finca, cuando cuatro disparos lo mandaron directo al cielo. Hoy, según el informe de alertas de la Defensoría del Pueblo, ‘Los Rastrojos’ son la única banda criminal que siembra miedo en El Dovio. Pero ese monopolio- cuentan uniformados- ha disparado la violencia en el pueblo.El Informe de Riesgo que presentó la Defensoría en septiembre del año pasado planteaba que de los homicidios que se habían presentado en El Dovio, el 83,5% estarían relacionados con ‘Los Rastrojos’.¿Por qué? “Por el temor a perder el territorio. ‘Los Rastrojos’ deben vender una imagen de que están fuertes y por eso matan campesinos y políticos”, explica un policía al que apenas se le escucha la voz. Como todos en El Dovio, no revela su nombre y mira de un lado a otro cada vez que abre la boca.Otras versiones acusan a testaferros de Iván Urdinola como los responsables de los asesinatos de agricultores. En la zona montañosa hay decenas de fincas que pertenecían al narcotraficante. Aunque la mayoría están en extinción de dominio, otras lucen abandonadas. “Los agricultores llegan a tomarlas y a los días aparecen muertos. Es que esas tierras no se pueden tocar”, cuenta una fuente.María recuerda la maldición que desde hace años tiene El Dovio. Por ser una de las salidas hacia al Cañón de las Garrapatas es uno de los corredores más importantes para el narcotráfico. “Somos el botín de los grupos armados. Entonces hoy mandan ‘Los Rastrojos’, pero en cualquier momento vuelven ‘Los Machos’ o llegan otros”, advierte. La única opción: huirCinco minutos antes de llegar a El Dovio un retén policial recibe a los visitantes. Es por seguridad -explican los dos uniformados-. La orden es apuntar el nombre y el número de cédula de cada ciudadano que ingresa al municipio. Hace unos años quienes recibían a los habitantes eran hombres, poco amigables, que seguían en motocicleta a cada vehículo extraño que llegara a la zona.Quizá por eso, ahora son pocas las personas que visitan el pueblo. El personero Cristobal González no esconde su preocupación. Confiesa que al municipio se le ha estigmatizado. “Aquí hay gente buena, hay sitios turísticos, pero son pocos los que quieren venir”. En cambio, sí son muchos los que se han ido: tan sólo este año 40 familias han dejado abandonadas sus fincas. Algunos empacaron al afán lo que pudieron, otros lo dejaron todo, la mayoría acudió al edificio de la Alcaldía para que alguien de la Administración les regalara lo del pasaje.Las salidas forzadas, según cuenta el Personero, suceden a los pocos días de que se comete un homicidio. Así pasó en la vereda El Oro. Allí, hace unos meses habitaban más de 20 familias, hoy, sólo tres hogares decidieron quedarse. En un parque del municipio de Roldanillo, el familiar de uno de los ciudadanos que fue asesinado este año en El Dovio, dice no haberlo dudado. Aclara que cuando la vida está en juego, la única opción es huir. Una noche, la tercera luego del homicidio de su madre, se despidió de las tierras que le dieron de comer durante 40 años. La finca quedó abandonada.

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