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Los doce informes sobre el conflicto armado que fueron presentados en La Habana

Reseña de los doce informes elaborados por los integrantes de la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas. Se espera que sirvan de insumo para la agenda de negociaciones.

16 de febrero de 2015 Por: Colprensa

Reseña de los doce informes elaborados por los integrantes de la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas. Se espera que sirvan de insumo para la agenda de negociaciones.

El pasado martes la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas presentó a los negociadoras de paz en La Habana los doce informes finales sobre la historia y génesis del conflicto armado colombiano.Allí, cada uno de los autores retrata su visión histórica del conflicto armado, basándose en sus investigaciones y abordándolo desde distintos enfoques. A pesar de que hay diferencias, se infiere que constituirán un gran insumo para la negociación de varios puntos de la agenda de conversaciones entre el Gobierno Nacional y las Farc.En uno de los doce estudios, el sociólogo Alfredo Molano sostiene que “si el Estado es capaz de albergar y defender las fuerzas liberadas, una vez se firme el acuerdo con las Farc, el país habrá iniciado un capítulo inédito de su historia”. Estos son los aspectos centrales.Los orígenesPara el antropólogo de la U. Nacional, Darío Fajardo, las manifestaciones más reconocidas de la violencia tras el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán tuvieron antecedentes en episodios de violencia estatal contra indígenas, campesinos y trabajadores. Según él, debido a que en 1920 se incrementaron las exportaciones de café y banano, “aumentó la demanda de mano de obra y alimentos, generando tensiones con el orden económico y social sustentado en la gran propiedad”. “Cuando el gobierno de Alfonso López intentara distribuir la tierra expropiando a terratenientes, estos reaccionaran con violencia contra campesinos”. “Expropiación y concentración de la tierra generada por las clases dominantes produjo una clase trabajadora campesina sin tierra”. Orden capitalistaEl informe del profesor de Ciencia Política de la U. Nacional Jairo Estrada Álvarez, se basa en que “la subversión y la contrainsurgencia son inherentes al orden capitalista imperante en nuestro país” y “si la subversión asumió la expresión armada, es por las condiciones de constitución y reproducción de ese orden social”. Para él, esto se debe “al proceso de acumulación capitalista y las formas históricas de organización del poder, basadas en la dominación de clase desde 1920 hasta hoy”. “La clase dominante ha apelado al recurso de la violencia para mantenerse en el poder, lo que produjo una respuesta armada”.Sobre el origenEl sacerdote jesuita e investigador del Cinep, Javier Giraldo, dijo que “a partir de una comprensión del conflicto dentro de la tradición jurídica del derecho a la rebelión, suponiendo que la relación entre los ciudadanos y el Estado hay que entenderla como la de socios de una empresa común, que tiene como objetivos esenciales la satisfacción de dos bloques de necesidades para todos los asociados”. Esos bloques son “las necesidades biológicas (alimentación, vivienda, trabajo/ingreso, salud y educación), y las necesidades de convivencia (información, participación y protección)”. Para él, la falta de prioridad que tiene el Estado legitima el derecho a la rebelión.Para el statu quoEl sociólogo francés Daniel Pécaut dice que en los años 30 del Siglo XX se produce “lo que va a marcar la diferencia con el desarrollo de países vecinos, cuando en lugar de la consolidación del Estado central se produce el fortalecimiento de las redes partidistas y un modelo liberal de desarrollo”. Para él, eso desencadena que las instituciones del Estado lleguen en forma precaria a las regiones, que se fortalezcan redes de poder privadas, formas de clientelismo en las regiones e institucionalización de las desigualdades. El experto en Colombia agrega que el narcotráfico y el surgimiento de grupos paramilitares contribuyeron a prolongar el conflicto.Una guerra sin compasiónEl filósofo de la U. Eafit Jorge Giraldo afirmó en su informe que “en Colombia la guerra se inició por la voluntad de grupos revolucionarios que desafiaron mediante las armas al Gobierno y a la sociedad, y que fueron imitados después por los narcotraficantes”. Según él, la debilidad del Estado, la dificultad de las élites para lograr acuerdos y superar la violencia y la ineficiencia de varios gobiernos para identificar y actuar en coyunturas críticas influyen principalmente en la persistencia de la guerra.Nudos de la guerra La investigadora de la U. de los Andes, María Emma Wills, califica el conflicto armado colombiano como “una nueva vieja guerra”. Según ella, esa guerra se configura por tres nudos. El primero es “la manera como el sistema político no ha logrado tramitar y representar los reclamos por un buen vivir de los campesinos” de Colombia. El segundo corresponde a que las instituciones del Estado “aún luchan por alcanzar imparcialidad frente a los distintos actores en conflicto”, refiriéndose a la Fuerza Pública. El tercer nudo “alude a las fracturas entre la esfera y la agenda política del nivel nacional, y las de los niveles regionales y locales”. Según ella, esto produce debilitamiento en las instituciones del Estado.Injerencia de EE. UU.Para el historiador de la U. Pedagógica, Renán Vega, el conflicto se deriva de la relación entre el Estado colombiano y EE. UU., “la cual ha llevado a los gobiernos locales a asumir una perspectiva de contrainsurgencia y terrorismo de Estado”. Según él, desde 1920 los organismos del Estado, bajo el régimen conservador, perseguían a sus contradictores liberales. Ya en 1940 se conformaron grupos paramilitares conocidos como ‘chulavitas’, que junto a Policía y Ejército perseguían a gaitanistas, comunistas y liberales. Vega afirma que, tras la revolución cubana, la alianza con EE. UU. convierte la doctrina de la contrainsurgencia en algo oficial para el Estado colombiano.Dimensión política El informe redactado por el profesor de filosofía de la U. de los Andes, Sergio de Zubiría, plantea cuatro factores como generadores y desencadenantes del conflicto: La ausencia de solución al problema agrario, la retirada del Estado de varios territorios, el fracaso del mismo en la resolución y prevención de conflictos, así como el vínculo negativo de las élites y el desarrollo del conflicto. Se establecen los años 30 del Siglo XX como el comienzo de los orígenes del conflicto colombiano, estableciendo entre 1930 y 1958 como “la protogénesis del conflicto colombiano”. Para él, en ese periodo se deciden aspectos centrales de la historia como el modelo capitalista de desarrollo, el carácter de las instituciones estatales y los grupos de poder.¿Historia simple? El profesor de Ciencia Política de la U. Nacional, Francisco Gutiérrez, plantea que “el conflicto colombiano es el más largo del mundo” y que sus orígenes se basan en las herencias de la violencia, la asignación política de derechos de propiedad en la tierra y la exclusión permanente del campesinado.. Luego, la financiación de la política por los ‘narcos’, los paras y la corrupción de agentes del Estado prolongaron la guerra.Fragmentos de la historia del conflictoPara el sociólogo Alfredo Molano, “las acentuadas tendencias hacia la exclusión política y económica de la mayoría de la población colombiana han sido cuna de varios actos de resistencia civil y persistentes alzamientos armados desde la segunda mitad del Siglo XIX”. Según él, la prohibición de partidos diferentes al Liberal y el Conservador durante el Frente Nacional, el exterminio de la Unión Patriótica y la barbarie de los paramilitares han influido en la violencia política del país. Además, la concentración de la tierra y la ganadería extensiva han hecho que los campesinos acudan a los cultivos ilícitos.Conflicto irregular Para el profesor de Ciencia Política de la U. del Rosario, Vicente Torrijos, “la evolución estratégica del conflicto se basa en los intereses de organizaciones subversivas que, en procura de fortalecer sus posiciones y la lucrativa explotación ilegal de recursos escasos, se fundaron con claros criterios de racionalidad organizacional”, “aprovechando las expresiones de gamonalismo, patrimonialismo y voracidad de algunas élites nacionales y regionales, así como los microvacíos estatales de poder”.Exclusión, crimen e insurrección El informe del profesor de Ciencia Política de la U. de los Andes, Gustavo Duncan, parte de la base de que “Colombia es un país extremadamente excluyente”. “Basta una mirada desprevenida a los listados de desigualdad, para darse cuenta que en cuanto a ingresos, tierras, servicios estatales y muchas otras estadísticas, las brechas son enormes”. Pero afirma la criminalidad en el país también ha contribuido a que los delitos cometidos por los insurgentes sean cada vez más graves. Para él, el secuestro y el narcotráfico ayudaron a perfilar la estrategia de guerra, tanto de la insurgencia como del paramilitarismo, debido a que “las partes tuvieron que organizar sus aparatos coercitivos y planear sus acciones en el conflicto para acceder a los recursos provenientes de la criminalidad” y el narcotráfico se convirtió en un medio de acumulación de poder por parte de los sectores más favorecidos.

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