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Los amos de la coca en Perú: narcos extranjeros y senderistas

Guerrilleros de Sendero Luminoso custodian la producción de coca en Perú, narcos nacionales y extranjeros la comercializan.

26 de diciembre de 2010 Por: Daniel Suárez Pérez Reportero de El País

Guerrilleros de Sendero Luminoso custodian la producción de coca en Perú, narcos nacionales y extranjeros la comercializan.

En las áreas rurales los integrantes de Sendero Luminoso cobran ‘impuestos’ a los narcotraficantes, controlan los corredores de la hoja de coca y desde el 2008 han asesinado a 50 militares. Narcos colombianos y mexicanos compran los cargamentos en Lima y en las principales ciudades costeras peruanas, para ‘exportarlos’ por el océano Pacífico en grandes cantidades. Así funciona el negocio del narcotráfico en Perú, señalado por la ONU como el principal productor de coca del mundo.La semana pasada Sendero Luminoso mató a dos militares y dejó heridos a seis, en dos ataques en el Valle de los Ríos Apurímac y Ene (Vrae). La respuesta del Gobierno fue una prórroga de 60 días al estado de emergencia que regía desde hace un año en cuatro provincias de la región que comprende un área de 12.081 kilómetros cuadrados.Para algunos analistas los secuestros, extorsiones y ajustes de cuentas a manos de sicarios motorizados en zonas urbanas imitan la violencia en México y en Colombia.La base de la cocaínaLa Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Onudd) publicó este año el Informe sobre el monitoreo de los cultivos de coca en el 2009 en Colombia, Perú y Bolivia.Según el documento Perú tenía 59.900 hectáreas sembradas con hoja de coca en el 2009, el doble del área registrada hace diez años. La ONU calcula que se pudieron producir 119 mil toneladas del producto. El estudio revela que las áreas donde se cultiva la mayor cantidad de coca son el Alto Huallagas y el Vrae, sitios donde se radicaron los primeros miembros de Sendero Luminoso desde principios de los años ochenta, “para establecer acuerdos de protección con los sembradores de coca y con el narcotráfico, y así financiar sus incursiones subversivas”.Rubén Vargas, investigador del narcotráfico en Perú, comenta que “el negocio era en un 100% de los carteles de Cali y Medellín desde 1983 hasta 1995”.La ONU expone que la “alianza se rompe” a mediados de 1988 e inicia el cobro de “cupos” o cobros a los productores de hoja, “desatando e imponiendo elevados niveles de violencia acompañada de frecuentes asesinatos, como medidas ejemplarizadoras”.El experto manifiesta que Sendero Luminoso también solicitaba una cuota por el manejo de los aeropuertos clandestinos donde aterrizaban las aeronaves procedentes de Colombia, encargadas del transporte de la coca.Vargas indica que un testigo declaró sobre la relación entre los narcotraficantes colombianos y Sendero Luminoso ante la Comisión de la Reparación y la Verdad. El hombre señaló que los líderes terroristas, el jefe militar, el jefe de la policía y la autoridad política, recibían cada uno dos mil dólares por parte de los narcos colombianos.El investigador explica que después de 1995 los narcotraficantes colombianos deciden dejar los cultivos de coca en Perú y se pasan a su país. “Era una circunstancia del mercado. Ese espacio también fue llenado por las Farc, ellos ya controlaban territorios colombianos donde se cultivaba y procesaba la pasta base”. La reactivaciónEn 1999 los dos reductos de Sendero Luminoso que ocupan el Vrae y el Alto Huallagas deciden separarse de la corriente ideológica de Abimael Guzmán, líder de ese grupo recluido desde 1992, y que argumentaba una participación en la política.Algunos expertos coinciden que para finales de los noventa las dos facciones alcanzaron a ser integrados por 150 hombres pero que estaban fortalecidos militarmente y apuntaban de nuevo a la reactivación del cuidado de las rutas cocaleras para financiarse. Jaime Antezana, consultor sobre el narcotráfico y la violencia en Perú, explica que “de 1999 al 2003 lo que hacen los del Vrae es establecer una alianza con el narcotráfico que consiste en la protección de los mochileros- transportadores de coca en mulas- que van desde la selva a las zonas andinas. A cambio de esa protección, las grandes firmas les pagaban grandes cupos”.Antezana comenta que los senderistas inician con “mensajes prácticos para que la personas no los vean con los ojos del pasado: como una maquinaria asesina de campesinos sino como una organización relacionada con la coca que no va a matar campesinos, ni autoridades, ni miembros de las autodefensas campesinas”. Según el cálculo de la Comisión de la Reparación y la Verdad, Sendero Luminoso ha sido el culpable de 31.331 asesinatos de las 69.280 muertes que dejó el conflicto entre los años 1980 y 2000. Los narcos extranjerosEn el 2005 las acciones violentas contra el Estado reaparecen. “El 5 de diciembre Sendero Luminoso atacó un convoy policial antidrogas en el corazón mismo del Vrae y asesinó a cinco uniformados. El grupo se oponía a la instalación de la base antidrogas de Ocabamba sobre el río Apurímac y que había sido inaugurada el 16 de noviembre. Esa acción señala el nuevo sentido de las acciones de esa organización”, apunta Antezana.Con las nuevas ‘políticas’ de los senderistas aparecen en el mercado de la coca los mexicanos. El Informe sobre los cultivos de coca señala que desde el 2000 los carteles de droga colombianos comparten espacios en Lima y otras ciudades costeras con cuatro grupos ilegales mexicanos: Tijuana, Sinaloa, Juárez y Guadalajara.El informe demuestra que su presencia “en las zonas de producción es mínima”, y en la costa pacífica “dirigen los ‘negocios’ y arman los grandes stocks de drogas para su despacho al exterior vía marítima”.Según la ONU el ‘modus operandi’ del narcotráfico hasta el año anterior era el del “acopio, comercio, ingreso de insumos químicos y traslado de la droga captada hacia los centros poblados de la sierra y, asumidos por organizaciones nacionales dedicadas al tráfico ilícito de drogas”.La Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA), señala que el cártel de Sinaloa domina y acopia más del 80% de la droga que se procesa en el Vrae.El diario La República de Perú publicó una nota el pasado 28 de noviembre en la que señala que entre los crímenes de extranjeros cometidos “por encargo” en Lima y el Callao aparecen colombianos, mexicanos y ecuatorianos.El medio informa también sobre el asesinato de un dominicano que apareció descuartizado en abril del año pasado. Las investigaciones señalaron a cuatro compatriotas de la víctima como responsables materiales, y como autores intelectuales a una pareja de esposos que lideraban una banda que enviaba cocaína a Europa.Narcotráfico y corrupciónEn informaciones reveladas por Wikileaks se cita a un informante del anterior embajador de Estados Unidos en Perú, Michael McKinley, quien manifestó que el comandante del Ejército, general Paul Da Silva, tenía relación con un empresario peruano que fue detenido transportando 840 kilos de coca. Las filtraciones afirman que “altos mandos reciben lucrativos pagos de los narcos”.Otro cable muestra que esta situación hace “creer” a EE.UU. que continúa la red de corrupción a favor del narcotráfico. Esta fue creada en los noventa por el ex asesor presidencial, Vladimiro Montesinos.Laboratorios Los laboratorios procesan 375 kilos de hojas de coca para producir un kilo de cocaína.Los sitios de procesamiento de la coca son custodiados por Sendero Luminoso. Se han descubierto laboratorios que son propiedad del grupo ilegal.

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