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La vanidad delató a alias Juanes, jefe de la oficina de cobro de los Comba

Por un tratamiento estético, el narcotraficante Adolfo Erazo Rosero pudo ser capturado por las autoridades. Perfil delictivo.

19 de diciembre de 2011 Por: Colprensa

Por un tratamiento estético, el narcotraficante Adolfo Erazo Rosero pudo ser capturado por las autoridades. Perfil delictivo.

Adolfo Erazo Rosero había viajado a Bogotá a buscar una nueva cédula. Tenía coordinado todo para que le entregaran el nuevo documento, el cual -según fuentes de inteligencia- había adquirido en $50 millones. Desde la ventana del avión notó que la aeronave se estacionó en un lugar que no era el acostumbrado. Vio, además, dos policías a la entrada de la puerta de embarque que lo hicieron sospechar.Pasó ese primer control, pero no el segundo. Efectivos de la Unidad Especial Investigativa de la Dijín lo requirieron, a pesar de que les presentó una cédula falsa. El registro dactiloscópico daba cuenta de que ese hombre era el mismo que estaban buscando desde hace por lo menos quince años y que, quizá, era la persona de más confianza de capos del norte del Valle.Ahí terminó la historia de Erazo, a quien se conocía con el alias de Juanes, aunque no siempre se llamó así. Al comienzo de su carrera delictiva era ‘Chigüiro’ y empezó como sicario del extinto jefe Wílber Alirio Varela, ‘Jabón’. Era jefe de una temida ‘oficina de cobro’ y libró una batalla contra la organización de Diego Montoya, la que se sintió con fuerza en el Eje Cafetero, Nariño, Cauca y, por supuesto, en el Valle.Esa guerra dejó al menos unas mil personas muertas entre el 2000 y el 2008. Una de ellas es alias Tocayo, quien en vida respondía al nombre de Luis Ocampo Fómeque. Sucedió en el 2004 y, al parecer, el crimen está relacionado con el hecho de que su hermano medio, Víctor Patiño Fómeque, estaría dando información a la DEA en contra de los cabecillas del cartel del norte del Valle.Para la época de la muerte de ‘Jabón’, en el 2008, Erazo ya era ‘Juanes’. Adquirió más poder y un grado de importancia al interior de la banda de ‘Los Comba’. Su poderío consistía, de acuerdo con los informes de inteligencia, en tres aspectos: seguía a cargo de los cobros del narcotráfico, proporcionaba seguridad a los familiares de los Calle Serna y organizaba el llamado brazo armado de la organización.Pero así como era su poder también lo era la facilidad para no ser detectado por las autoridades. Sabían que existía, que coordinaba la logística de transporte del dinero de la mafia y de sicarios, así como armas de largo y corto alcance, pero nadie lo había visto, no sabían cómo era, salvo una vieja foto en la que se ve a un Erazo con cabello largo, un bozo y una verruga en la frente.Su ‘pecado’“El día de su captura quedó tan asustado que, literalmente, le dio soltura. Nos confesó que si hubiera sido un lugar diferente se hubiera volado. Pero en el aeropuerto no tenía por dónde”, dijo uno de los investigadores que participó en el operativo.Su localización no fue fácil. Contrario a lo que suele suceder con otras personas que están al servicio del narcotráfico. Erazo mantenía un perfil bajo. Se movilizaba en vehículos de gama media, sus propiedades estaban en los sectores poco ostentosos y aunque era un hombre vanidoso, le era fiel a su pareja.Así lo pudieron constatar los investigadores que infiltraron a una mujer en un reconocido SPA del sector de Ciudad Jardín, en la capital del Valle. A ese sitio Erazo iba a que le hicieran masajes para mantener su abdomen plano, ya que meses atrás se había sometido a un tratamiento para que le marcaran los músculos.El rol que le endilgaron a la mujer para que lograra información de Erazo era el de una dama adinerada, profesional, de negocios y a quien le gustaba estar en forma. Pero el trabajo no fue fácil. Erazo era reservado hasta el límite, no parecía estar interesado en aquella mujer pese a los coqueteos furtivos que lanzaba con los que pretendía cuando menos un saludo.Entre la poca información que para esa época se obtuvo estaba la del centro de operaciones que había dispuesto para coordinar todas las acciones delictivas. Era un local en un centro comercial del barrio Versalles, en Cali, cuyo arriendo de varios meses fue pagado por anticipado bajo la condición de que no se les exigiera documentos.Vidrios oscuros, cero teléfonos fijos y vehículos que no llamaban la atención eran parte de la vida de ‘Juanes’. Manejaba un bajo perfil ante todo.Pese a todo ello, era buscado ya no sólo por las autoridades, sino por el bando contrario. Por esa razón sus jefes decidieron enviarlo al exterior para que no corriera más riesgos en el país, ya que la consigna de sus enemigos era “que lo trajeran vivo o muerto” y como recompensa ofrecían una jugosa suma: $2.000 millones.“El tipo no se parecía en nada a la foto que teníamos. Sabíamos que venía en ese avión, pero estábamos pendientes de alguien con la verruga en la frente”, recordó el investigador. Como también evocó la vez en que estuvieron muy cerca de capturarlo, pero se les escapó como por arte de magia.Fue a través de una interceptación telefónica que lograron identificar el sitio en el que estaba. Fue en enero del 2011 y ‘Juanes’ notó que algo raro sucedía en el sector por lo que salió en un carro a una velocidad normal para no despertar sospecha. Los agentes encubiertos lo siguieron al tiempo que pidieron refuerzos.El carro de Erazo dio varias vueltas hasta que llegó, donde ingresó su vehículo. A media cuadra se ubicó el carro de las unidades de la Dijín. “Ya lo tenemos”, pensó el investigador. Sin embargo, no llegaron registros del teléfono del hombre.Luego de cuatro horas, hubo una alerta que llegó desde el celular de Erazo. En la conversación decía que notaba que algo raro sucedía y que por eso tuvo que salir del sitio y dejar abandonado el carro en un parqueadero. A partir de ese momento, ‘Juanes’ no hablaba por celular. Siempre mandaba razones a través de terceros.Pero la organización de ‘los Comba’ ya había perdido muchos hombres y la empresa criminal no se arriesgaría a que le quitaran al más importante que tenían. Por eso lo mandaron a Bogotá, para que sacara un nuevo documento, regresara a Cali y de allí partiera para Ecuador.Pero este último destino tuvo que cambiarlo por Estados Unidos, país al que fue extraditado la semana pasada tras ser requerido por una Corte para el Distrito Este de Nueva York por delitos de narcotráfico.Guerra de cartelesTras la extradición de tres de los lugartenientes de ‘Los Comba’: Adolfo Erazo Rosero, alias Juanes o Chigüiro; Heder Augusto Sarria Martínez, ‘Niño Malo’, y Francisco Javier García, ‘Pacho Garra’ (jefes del reducto que aún existe del Cartel del Norte del Valle), la Policía confirmó que el antiguo capo Víctor Patiño Fómeque habría regresado al país para librar una guerra con los hermanos Calle Serna.Según las autoridades, “producto de viejas disputas y de las pretensiones por el aseguramiento y control de las rutas de narcotráfico, Víctor Patiño Fómeque, en alianza con ‘Martín Bala’, desató una pugna en Cali y varios municipios del Valle en contra de alias Juanes y su organización, la cual ha respondido con asesinatos y amenazas”.

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