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“La reconciliación tendrá que ir de la mano del proceso de paz”: OEA

Roberto Menéndez, jefe de la Misión de Apoyo a la Paz de la OEA en Colombia (Mapp), pide compromiso de toda la sociedad.

28 de febrero de 2014 Por: Andrés Felipe Becerra Ibáñez | Reportero de El País

Roberto Menéndez, jefe de la Misión de Apoyo a la Paz de la OEA en Colombia (Mapp), pide compromiso de toda la sociedad.

Roberto Menéndez, jefe de la Misión de Apoyo a la Paz de la OEA en Colombia (Mapp), está desde septiembre pasado conociendo y entendiendo la dinámica del conflicto en el país. Este argentino, que fue designado en el cargo por el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, es un experto en procesos de resolución de conflictos. Ha estado en Nicaragua, Salvador y Guatemala.El miércoles pasado fue uno de los invitados en el ‘Segundo gran encuentro regional de Reconciliación Colombia’, realizado en Cali, y afirma que para que se de un proceso de paz y reconciliación efectivo se necesitará del compromiso de todos los actores de la sociedad. “Una labor que no será fácil”, advierte. ¿Cómo va el trabajo de la Mapp OEA en el país? Con mucha intensidad, llevamos diez años de trabajo en el país. Este año vamos a trabajar en todo el territorio colombiano, pues nuestro mandato es el monitoreo y acompañamiento de procesos con víctimas y victimarios del conflicto. Usted está hace cinco meses en el cargo. ¿Qué ha hecho en este tiempo? Fundamentalmente han sido meses de conocer y aprender. Tomar decisiones en un cargo de semejante responsabilidad tiene como primer acto de responsabilidad entender lo que pasa aquí: los procesos, las instituciones, las comunidades, la gente. He estado en Guapi y Timbiquí, Cauca; en el Valle; en Catatumbo.Usted está participando en los encuentros de reconciliación en Cali y en las otras regiones ¿Cómo cree qué debe ser esa reconciliación? La reconciliación debe entenderse como procesos colectivos e individuales. En Colombia, desde hace muchos años, se vienen dando procesos para la construcción de la paz, con avances, debilidades y desafíos. En el proyecto de Reconciliación Colombia en pocos meses se han identificado más de 300 experiencias. Sin embargo, a nivel de país será un proceso largo, complejo, que irá acompañado y retroalimentado de otras dinámicas como el cese de la violencia de los grupos armados ilegales, la terminación de los cultivos ilícitos, la llegada del Estado efectivamente a los territorios. La reconciliación es un fenómeno que se está dando y tendrá que ir muy de la mano del proceso de paz. Una de las conclusiones del encuentro en Cali fue que para la reconciliación se necesita del compromiso y recursos de todos los sectores, por ejemplo el empresarial. ¿Esto se puede dar o hay riesgo de que las propuestas se queden en el papel? Este es el cuarto conflicto armado en el que participo de procesos, estuve en Nicaragua, El Salvador, Guatemala y ahora en Colombia. El aprendizaje y la experiencia es que la distribución del tejido social, de un territorio, se puede hacer y determinar con pocos actores, sin embargo la reconstrucción de la paz y la reconciliación son fenómenos que solo se dan si participan activa y comprometidamente todos los actores del país. El sector empresarial es solo uno de los actores, que es uno muy relevante porque es un capital privado. Sin el concurso de la empresa privada, aspectos como la posibilidad de empleo de desmovilizados no van a hacer tan fáciles. Es obvio que la magnitud de estas empresas excede la capacidad del Estado y por eso será importante la participación de estos actores.¿Y cómo ha sido la participación de esos actores? Buena, en la Mapp la estamos viendo con un moderado optimismo, entendiendo que la activa participación de los actores es un desafío que habrá que abordar con el tiempo y que va a tener cierto grado de complejidad. Reconciliación Colombia, por ejemplo, está dando muestras de que el empresariado comienza a incorporarse a este tipo de proyectos y que otros están incorporados sin hacer tanta publicidad. La Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR) está teniendo también políticas activas que buscan sensibilizar al sector empresarial sobre estas dinámicas. Con el tiempo veremos cuál será la respuesta definitiva de éste y todos los sectores y actores. Usted habla de procesos de paz y reconciliación en otros países. ¿En qué se diferencia el de Colombia al de esos otros lugares? Un rasgo diferencial y característico del proceso en Colombia radica en que el Estado y la sociedad enfrenta la construcción de la paz y la reconciliación en medio de un conflicto aún vigente. Un rasgo común de estos procesos es que en general la infraestructura que se monta se da después de la firma de los acuerdos, luego de la entrega de armas y la desmovilización. ¿El país está preparado para la reintegración a la vida civil de los excombatientes con una llegada de miles de personas? Yo creo que parte de la población está más sensibilizada y más preparada para recibirlos. El tema no es nuevo, según la ACR, hay unos 50.000 excombatientes que han regresado a la vida civil y los ejemplos de aceptación se han dado, pero también existe una estigmatización de desconfianza y de no apertura para brindar nuevas oportunidades a estas personas. Para que esto cambie uno de los grandes desafíos es masificar la información, sensibilizar, generar debates de lo que implica salir del conflicto y de lo que es darle nuevas oportunidades a los que dejan las armas.¿Y qué pasará con todas la víctimas del conflicto, generado en muchos casos por esos excombatientes? ¿Cómo se debe dar su reparación? Colombia tiene un marco legal, institucional, políticas de Gobierno, proyectos, mecanismos de participación en donde ha habido avances en procesos como restitución de tierras a las víctimas. Sin embargo, estamos hablando de que la reparación a las víctimas se está dando en medio del conflicto y de un andamiaje institucional que es reciente, de tal manera que habrá que estar atentos a qué cosas funcionan y señalar los aspectos que hay que mejorar. Para esto hay que tener constante paciencia.Se habla de que algunos desmovilizados pueden terminar integrando las denominadas bacrim... No existe ningún proceso de transición de conflicto armado a la paz que no implique la desmovilización y la entrega de armas de miles y miles de combatientes, el paso a la vida civil, la reintegración y que, asimismo, creen otros grupos al margen de la ley. Esto ha existido siempre y los países han tenido que crear políticas institucionales y estrategias fuertes para abordar también el lado de la continuación de la criminalidad.Un día después de terminar la tregua, las Farc detonaron una motobomba en Pradera, Valle. ¿Cómo creer en un proceso de paz y más en un posconflicto cuando ocurre esto? Estos mecanismos y los que van a venir, que implique tregua, cese al fuego, neutralización, traslado de tropas, son complejos porque afectan el día a día de todos los actores. Dentro de los actores armados puede suceder que falle la comunicación o cosas así. Hoy creemos que cualquier mecanismo de tregua que se haga de ahora en adelante podrá ser satisfactorio, por los avances en los diálogos.¿Las políticas de paz del Gobierno son verificadas de alguna manera por la Mapp? Nosotros estamos aquí con un mandato explícito de monitorear y acompañar el proceso de paz y eso incluye el marco institucional y sus políticas. Cuando hablan de restitución de tierras, justicia transicional, entre otros, siempre estamos evaluando al Estado.¿Es necesario establecer también unos diálogos de paz con el ELN? Es necesario y estamos optimistas de que esto ocurra. Estamos confiados de que tanto el ELN como el Gobierno van a concretar este diálogo y poder llevar a Colombia a un verdadero escenario de posconflicto.¿Qué opinión tiene de casos como las recientes ‘chuzadas’ a diferentes personalidades, entre ellas presuntamente a miembros que integran la mesa de diálogos de paz en La Habana? Habrá que esperar las investigaciones oficiales. El mismo Gobierno, quien está investigando el caso, debe ser el encargado de dar respuestas, que son vitales para seguir pensando en paz.

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